En el catálogo de las intrascendentes e innecesarias confrontaciones que se nos pretenden imponer desde el 2018, se agrega la trillada de los otros datos. Con el objeto de evaluar los avances –sobre todo de programas públicos- la sociedad logró con muchos esfuerzos establecer organismos –independientes o no- que nos permitieran saber si avanzamos y en caso contrario cuales son los factores que nos detuvieron para así poder usar o inventar correctivos. Los datos que nos ofrecen desde la ONU, el CONALEP, el INEGI y muchos más, nos han mostrado hoyos negros en la educación, en ciertos aspectos de la salud y por supuesto los vinculados, con la población en términos económicos, de bienestar, seguridad, justicia y obviamente armonía y paz ¿Por qué debemos descalificar el hecho -a la vista de todos y en muchos casos en experiencia propia- de que la pobreza se ha incrementado?
Más allá de los análisis y las reconvenciones desde el más alto púlpito político de México, en nuestros datos están hechos como: El SAT, nos envía a discreción informes de multas debido a omisiones que no son nuestras; sin embargo, no da citas para aclarar el error del gobierno y cuando lo hace nos responde con evasivas o cosas sin fundamento. ¿Será que están viendo si es chicle y pega? ¿Nos enfrentamos simplemente a una pandemia de ignorancia? Quienes tienen algo de recursos –para pagar un abogado o moverse con conocidos del poder judicial- están promoviendo amparos y otro tipo de procedimientos para forzar a las autoridades a atender a los ciudadanos. ¿Por eso hubo cambios otra vez en la secretaría de hacienda?
Asumiendo, sin conceder, que el problema sea un asunto de incultura que ha infectado a personas que nunca imaginamos tan limitadas en sus coeficientes racionales, sociales y emocionales, es tiempo ya de poner cotos a supuestos planes que están mermando la población –por muertes de todo tipo y por fenómenos de migrantes huyendo del caos- destruyendo el entorno –por incendios, inundaciones, grietas abriendo carreteas terrenos de cultivo a viviendas; socavones que aparecen por obra de magia; agua potable que se desperdicia…uff- y dejando en la miseria a muchas familias ¿De verdad con una insignificante y ofensiva dádiva gubernamental los nuevos limosneros ya no son pobres?
En el tema de la “maldad” del outsourcing, son cientos de empresarios que luego de luchar dos años para no cerrar su empresa no ven en el horizonte más que la quiebra, el endeudamiento sin posibilidades de pago y la pérdida del esfuerzo empresarial y honesto no solo de su generación sino aun la de sus padres y abuelos. Un solo ejemplo, un ingeniero, maestro de una universidad de prestigio, al retiro del padre continua con lo compañía que supongamos es de construcción y por tanto requiere cada vez que le aprueban –o gana por concurso como se hacía antes- una obra; dado que se ha capacitado en los nuevos procesos y que nadie podrá tener de planta permanente de 150 trabajadores –albañiles, plomeros, electricistas, colocadores de vidrios etc.- recurre a contratarlos solo si hay construcción, bien porque están dados de alta como persona física con actividades empresariales o bien en una compañía, que igual los rota entre varias constructoras. ¿Sabía que ahora esta empresa no puede usar el out sourcing porque son trabajadores de su giro? Para hacerlo debe tener otro objeto que no sea la construcción¡¡¡!!! ¿Tienen idea los de los otros datos cuantas empresas de instalación de cómputo, limpieza, mantenimiento etc. están en similar situación?
Pero el tema no se agota ahí, porque si intenta, cambiar de giro inmediatamente lo ponen en la lista de sospechosos de delincuencia y defraudador del fisco y sea como sea, siempre tendría la obligación de mantener, aunque sin actividad, a una plantilla altísima de semi-ocupados. Gente por supuesto en la que pesan más sus carencias que un puesto, aunque sea de salario mínimo y como no todos tienen los mismos valores que el empresario boicoteado por el gobierno, algunos -no sé si muchos- terminarán traicionado “su” empresa, aceptando ser espías, sicarios, vándalos y toda suerte de actores de hechos ilícitos “para subsistir” ¿Conoce algunos administradores de condominios que terminan facilitando el despojo de una propiedad que como dueño Usted les encargó?
Así como estos, varios millones de ciudadanos tenemos otros datos, como que gentes que acudían como fieles a una iglesia terminan robando, igual que lo hacen en clínicas, despachos de profesionista, casa en las que se contratan como asistentes domésticas, restaurantes, tiendas de ropa, oficinas gubernamentales e incluso cuerpos de seguridad pública o privada y así hasta el infinito y es que además de lo cierto del dicho bíblico acerca de que todos pecamos [1] ¿qué resabio de culpa puede haber si la cabeza del orden social permite tales conductas y luego las justifica como sufrimiento y aceptación presente generados por las malos ejemplos del pasado?
Más allá del partido al cual Usted sea afín, su mínima responsabilidad con la descendencia a la cual quiere dejarle un país de orgullo, es no rendirse; cambie la súplica por la exigencia legal, el sufrimiento por la lucha honesta y justificada, el ojo por ojo por la confianza que según sus datos le han funcionado por décadas para afrontar la diversidad, evitando echar leña al fuego y tratando en cambio de avivar lo positivo de sus familiares, vecinos, compañeros de escuela, club o cualquier otro círculo, para que nuestros bomberos prefieran quedarse a combatir las llamas en nuestro país en vez de irse a Canadá o California. Usemos nuestra aún vigente libertad de expresión y el valor que nos caracteriza para decirle a quien corresponda la incongruencia de acusar de injerencista a nuestros vecinos y luego agradecerles que nos sigan donando vacuna ¿De verdad no entienden lo que está pasando? ¿será que eso es lo que han planeado que ocurra?
[1] Carta del apóstol Pablo a los romanos Capítulo 3:23