AMLO, #JusticiaParaMaríaDelSol

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Soledad personalmente enteró al presidente Andrés Manuel López Obrador de la impunidad sobre el asesinato de María del Sol Cruz Jarquín, la más pequeñas de sus hijas y quien seguía sus pasos en el mundo de la comunicación como foto-periodista.

Fue necesario entrar a la “mañanera” de ayer para pedir la intervención del mandatario en la investigación de aquél triple asesinato ocurrido la madrugada del 2 de junio de 2018, en la antesala de las elecciones concurrentes en el centro del municipio de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca.

“Desconocidos” vaciaron la carga de balas sobre Pamela Terán, candidata a segunda concejala en la planilla del PRI al ayuntamiento juchiteco, cuando iba a subir a su auto; resultando víctimas colaterales María del Sol y el chofer; dos mujeres tan jóvenes, la política tenía 29 años de edad y la foto-periodista 27.

En su momento circuló un video donde la desgarradora voz de un hombre gritaba saber quiénes habían sido mientras llevaba en brazos el cuerpo de Pamela, recién levantado de lugar del crimen. Incluso, el hombre, cuyo rostro no se veía, amenazó con que el crimen de la joven política no se quedaría así.

El cuerpo de María del Sol quedó tirado en la calle, abandonado; después alguien lo llevó a la morgue, donde Sol la encontró tendida en aquella plancha, aún con almácigos de sangre en el rostro que le quitó uno a uno, pero lo que no pudo hacer es quitarle las más de 13 balas incrustadas en el cuerpo de la joven.

Más o menos así lo narró Soledad, quien ese día del crimen se encontraba en otra entidad federativa realizando una trabajo periodístico cuando se enteró del asesinato de Pamela Terán, pero nunca se imaginó que una de las víctimas colaterales era su hija.

Desde entonces, solamente se ha abultado el expediente y se han abierto tres carpetas de investigación, pero sin llegarse a nada en concreto, sin el castigo correspondiente a los autores materiales e intelectuales del crimen.

Alguno que otro sospechoso ha sido liberado.

Si después de haberse enterado el presidente Andrés Manuel López Obrador, siguiera tan enredado como hasta ahora el esclarecimiento del triple asesinato es porque en el fondo se encuentra algo demasiado turbio.

Cuando políticos se encuentran involucrados en hechos de sangre, casi siempre terminan dando carpetazo a los casos.

María del Sol fungía como jefa de prensa en la entonces Secretaría de Asuntos Indígenas de Oaxaca a cargo del priista Francisco Montero López, quien la habría comisionado para cubrir la campaña de su hermano Hageo a la presidencia municipal de Juchitán.

La única instancia que impuso una sanción al funcionario fue el Tribunal Electoral del Estado de Oaxaca por incurrir en una infracción administrativa al desviar recursos públicos a una campaña política.

Sin embargo, la Fiscalía Especial en Delitos Electorales hizo mutis respecto a su competencia.

Y en cuanto al asesinato, las carpetas de investigación van de la Fiscalía General de Justicia a los juzgados competentes del Poder Judicial como pelotas de ping pong.

Una instancia culpa a la otra de ineficiencia, negligencia, dilación.

Mientras, Sol sigue esperando justicia para su hija María del Sol.

Todo el tiempo ha sido un secreto a voces que en municipios del Istmo de Tehuantepec operan bandas de huachicol y de otro tipo del crimen organizado.

Y han pululado políticos de todos los tiempos aliados con grupos de tal naturaleza.

Pamela, era hija de Juan Terán, preso desde hace tiempo acusado de liderar una banda de delincuencia organizada.

El Istmo de Tehuantepec es paso de sur a norte y de norte a sur por el país, colinda con mares y por sus tierras pasan ductos de Pemex; tiene una posición estratégica que la hace atractiva no solo para las inversiones lícitas, sino también para las ilícitas.

La situación multifactorial ha dejado víctimas como María del Sol; personas inocentes que mueren en el fuego cruzado.

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