Pues aquí, esperando buenas noticias.
Pero algo pasa que se resisten, no acaban de llegar.
Podemos esperar sentados para no cansarnos. Pues sí.
Lo que hoy ocurre en el contexto político nacional me recuerda el universal título de uno de los mejores textos de José Emilio Pacheco: “tenga pa´que se entretenga, tenga pa´que se lo prenda”.
NI más ni menos.
A muchos no se nos olvida cuando en los primeros meses del año pasado este señor de apellidos López Gatell decía que una mala noticia sería que la pandemia durara hasta agosto o septiembre. Pero eso lo dijo en marzo del año pasado, hablaba del año 2020 y hoy estamos en agosto de 2021, en la cresta de la tercera ola.
Es más, hoy nadie se atreve a negar que la pandemia seguirá con otras variantes hasta 2022.
Pero vea, a pesar de los fracasos en el manejo nacional de la pandemia, seguimos entre ocurrencias, sin planeación.
Lo realmente penoso es que la petición formal de seis ex secretarios de Salud para que el gobierno federal cambiara la estrategia ante la pandemia, porque las medidas tomadas han sido insuficientes, simplemente cayó en el vacío.
La iniciativa de Julio Frenk, Guillermo Soberón, José Ángel Córdova, Salomón Cherstorivski, Juana López y José Narro, que muchos vimos con buenos y esperanzados ojos, la mandaron por un tubo.
El manejo de la pandemia ha sido político, nadie olvidará estas frases: “de llegar a los 60 mil muertos sería un escenario catastrófico” o aquella de que “el cubrebocas da una falsa sensación de seguridad”.
Estamos cumpliendo año y medio de auto confinamiento por una pandemia que ha hecho estragos en lo económico, en lo social, y por supuesto en lo político porque estamos sumidos en la incertidumbre.
Pero donde más se resiente es en el ánimo personal. En conversaciones familiares y con amistades es frecuente escuchar “cuando pase la pandemia…”, lo que resume que la hemos pasado bastante mal y hemos llorado a muchos muertos.
Y para acabarla, en un contexto de polarización política absurda.
Pero el círculo dorado todo lo ve con otros datos.
Mire, Para el segundo trimestre de 2021 hay una recuperación en el mercado laboral. Sí, pero con sus asegunes.
De acuerdo a datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, en el 2T 55.2 millones de personas declararon tener trabajo, lo que mostró un incremento de 10.5 millones de personas empleadas tanto en el mercado formal como informal respecto a un año antes.
Lo malo es que las remuneraciones de los nuevos empleos son muy precarias, pues más de las dos terceras partes pagan entre uno y dos salarios mínimos.
Y en este entorno, organizaciones civiles como Acción Ciudadana Frente a la Pobreza piden que dejen de atribuirle milagros a los programas sociales para abatir la pobreza, pues no se ha revertido la precariedad laboral.
Y la inflación, desbordada. Ir a la gasolinería es todo un lujo. Cada vez se obtiene menos y se paga mas en el mercado o en el súper. El domingo nos enteramos, otra vez subió el gas LP.
Qué podemos esperar.
Para 2022 tendremos un presupuesto público inercial, sin reforma fiscal, con un crecimiento económico gracias al rebote de los vecinos del norte, una desaceleración en el crecimiento y una inflación sin contención. Lo más seguro es que para el próximo año la economía seguirá a la buena de dios.
En el arranque del cuarto año de gobierno federal, el grueso del gasto público estimado en 6.3 billones de pesos, seguirá orientado a los programas sociales (pensiones y becas) y a los proyectos estrella del sexenio (Aeropuerto Santa Lucía, la refinería Dos bocas y el Tren Maya).
El gasto federal que discutirá el Congreso a partir del 8 de septiembre tendrá como contrapeso un presupuesto alternativo del frente opositor. A ver hasta dónde llega.
Pero lo que preocupa en la burbuja son las purgas al INE, al TEPJF y a otros órganos autónomos, así como las elecciones de gobernador en seis estados, el plebiscito de ratificación y alguna otra consulta pa´entretener.
La inversión productiva privada tendrá que seguirse rascando con sus propias uñas.
O sea que la recuperación está más lejos de lo que quisiéramos.
¿Y la sillita? Pa´que no se canse.
Columnómetro de Aquiles Baeza
1.- Cacería de… patos.
La denuncia del ex candidato presidencial Ricardo Anaya de que es víctima de persecución política es otra muy mala señal en el ámbito político nacional.
Dicen que no hay cacería de brujas, que el que nada debe nada teme y que hay políticos presos no presos políticos. Ajá.
Camina como pato, vuela como pato, grazna como pato, no me digan que es un ganso.
2.- Quien debe estarse tronando los dedos es el ex secretario de Hacienda, Arturo Herrera, porque nadie sabe cuándo será su presentación ante la Comisión Permanente del Congreso a la que solo le queda esta semana.
La comparecencia podría reagendarse para septiembre, después de que se instale el nuevo Congreso, pero el hecho de que su caso no fue considerado de urgente y obvia resolución, cala.
3.- Mujer, indígena y poeta del Istmo.
Tras conocerse la propuesta de que la agregada cultural en la embajada de México en España podría ser mujer, indígena y poeta del Istmo, destacó el perfil de Celerina Patricia Sánchez Santiago, poeta, narradora y traductora en lengua tu’un savi, originaria de San Juan Mixtepec Distrito de Santiago Juxtlahuaca, Oaxaca.
Doña Celerina estudió Lingüística en la ENAH y en 2003 participó en la primera reunión de análisis de la lengua mixteca, propuesta para su rescate, difusión y estudio en la Universidad Tecnológica de la Mixteca, en Huajuapan de León, Oaxaca.
4.- El jueves será el recuento del voto por voto, casilla por casilla, en la elección de Campeche. Chan chan chan.
@Chucho_Sanchez