Palabras que dañan a las fuerzas armadas y a la patria

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En estos tiempos que se ha hecho evidente la violencia en todas sus manifestaciones, hasta la violencia verbal tiene efectos y consecuencias en el trato entre personas, especialmente con la mujer y los niños.

Las palabras emitidas por un esposo, por un padre, una madre o por cualquier persona refiriéndose con desprecio, burla – hoy bullying – sorna o irrespetuosamente, así ha cambiado – no sé si evolucionado – pero sí ha cambiado a nuestra sociedad. Pero que desde Palacio Nacional, se haga uso de la fuerza de la palabra, para burlarse, ofender acusar y satanizar, con el pretexto de defender a la persona, por encima de la institución, el acto se vuelve intolerable inaceptable, tan grave por quien lo pronuncia que un día – no muy lejano – el juicio de la historia nos alcanzará, y no habrá tribuna que revierta la condena.

La formación castrense, contrariamente a lo que se pretende hacer creer que es irracional, dictatorial y tiránica, nadie que haya aprendido en esa disciplina puede opinar desde fuera, porque, cómo puede opinar alguien que ignora los valores militares, es fundar juicios equivocados desde la ignorancia, los principios, valores y ética militar tiene su razonamiento lógico, es rígida y disciplinada, basada en los objetivos y metas que se propone y plantea, mediante estrategias y tácticas que garantizan el triunfo o el alcance de los objetivos o metas.

Pero para lograr su fin requiere de disciplina e identidad de sus miembros obediencia y espíritu de corpus, eso se construye a base de mucha disciplina y esfuerzo de todos los miembros que la integran, desde los altos mandos hasta la tropa.

No es casualidad que el orgullo del Ejército, Fuerza Aérea, Marina Armada de México se compone con la suma del orgullo individual de su personal.

Desde su entrenamiento, capacitación y adiestramiento, tanto cadetes como el personal de tropa se impregnan de principios y valores compuestos por la gallardía, lealtad, obediencia, coordinación, habilidades, identidad y orgullo de lo que son y lo que hacen, ello incluye el altísimo sentido patriótico, que los miembros de las fuerzas armadas encarnan, con el país, su pueblo y la Patria con su sentido de corpus, que les hace altamente orgullosos de su desempeño y trabajo.

En todos los ejércitos del mundo es similar, son los defensores de la Patria, nada más, pero nada menos. Ellos constituyen también el orgullo de sus pueblos, que en consecuencia y de manera inseparable conlleva también, su respeto y admiración, porque se identifican con él y representan la materialización de la fuerza de la Nación y la Patria.

Al ejército se le siente – al menos en México – como algo suyo, no impuesto o ajeno al pueblo, son el pueblo mismo, a diferencia de los países con fuerzas armadas elitistas, en México son populares, porque en ellas están los hijos de las clases marginadas y más golpeadas de éste país, que ahí han encontrado un trabajo, una forma de realizarse, una manera de ascender en la escala social y en el escalafón castrense, pero además, su razón de vida, de ser, de servir y de existir, todo ello se ha logrado, por el entusiasmo de sus mandos y sus instructores, que templan y moldean su carácter, a golpes como el bronce, se fraguan las fuerzas armadas.

Por el contrario, que el comandante supremo, claudique ante el enemigo, si un líder en todos los sentidos, pero más en el mundo castrense, cuando aún después de muertos deben seguir liderando a sus tropas, como el cabalgar del Cid campeador después de muerto, que su cadáver lideró a sus tropas a la victoria.

Cómo mantener la disciplina y confianza el orgullo de pertenencia, si su comandante supremo, se acobarda y pregona abrazos no balazos, cómo pensar en la trascendencia de un gobierno, cuando reclamamos a Santa Anna haber dejado perder la mitad del territorio, si hoy entregan el país completo a la delincuencia, eso es, aún más grave que el pecado de Santa Anna, cada palabra emitida por su comandante, desalienta a la tropa, le predispone a la derrota, es un gesto de irresponsabilidad o complicidad con el enemigo, que raya en traición a la Patria, que desde ningún punto de vista se justifica, en las personas es bullying, en las instituciones, crimen y alta traición a la nación, crimen de lesa Patria.

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