Las últimas reuniones con carácter internacional previas al cierre de 2020, van dejando como común denominador una cercanía de opiniones y propuestas tanto de gobernantes, como de representantes de instituciones internacionales, en pro de varios conceptos: la búsqueda de un nuevo multilateralismo; la perentoria necesidad de fortalecer a la OMS; la impronta de un nuevo contrato social; la implementación de un new deal; la aceleración de los procesos digitales y la economía verde como premisa fundamental incluso para evitar una nueva pandemia.
Y desde luego está doblegar a la pandemia, la vacunación como arma para controlar y después vencer al virus que a finales de noviembre ha provocado más de 60 millones de fallecidos por coronavirus.
No obstante, se cierra el penúltimo mes del año con noticias halagüeñas: las vacunas de Pfizer con BioNTech (elaborada a partir del ARN mensajero) genera una inmunidad superior al 95%; Moderna (también está hecha con el ARN mensajero) tiene una eficacia del 94.5%; la inmunización de AstraZeneca con la Universidad de Oxford (adenovirus de un chimpancé) ha presentado una eficacia que oscila entre un rango del 62% al 90 por ciento.
El comité científico del Instituto Gamaleya en Rusia, unas horas después del anuncio de la británica AstraZeneca, emitió una serie de declaraciones señalando que su vacuna Sputnik V (adenovirus de la gripe humana) provoca una inmunidad superior al 92%; su suero ha sido registrado desde el 11 de agosto pasado como el primero en el mundo bajo el recelo de la OMS.
AstraZeneca y la inmunización experimentada desde marzo pasado por el Instituto Jenner y la Universidad de Oxford ha sido siempre la apuesta de la OMS; de hecho, creó un Acelerador de Acceso a las Herramientas contra la Covid-19 (ACT, por sus siglas en inglés) un proyecto de colaboración global desde abril que reúne a gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y filántropos para la asignación equitativa de las pruebas diagnósticas, las vacunas y los tratamientos para combatir el SARS-CoV-2.
También la OMS formó el Mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas contra la Covid-19 llamado COVAX (al que México está adscrito) en el que igualmente participa la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI, por sus siglas en inglés); y la Alianza para las Vacunas (GAVI, por sus siglas en inglés).
El esfuerzo de repartir vacunas en tiempo récord a todo el mundo es ingente son más de 194 países con una demografía superior a los 7 mil 700 millones de seres humanos.
La OMS, en voz de su titular, Tedros Adhanom así como António Guterres, cabeza de la ONU, han señalado que se utilizará toda la infraestructura disponible para que de forma segura sean suministradas todas las dosis a la población.
Adhanom que, siempre ha mantenido una postura de precaución, respecto del ritmo de la pandemia y la celeridad en el proceso de investigación de las vacunas, se mostró “optimista” luego de que AstraZeneca emitió sus resultados obtenidos en la fase III.
En unos días más cada país empezará a planear su esquema de vacunación, qué grupos etarios irán primero; si será una vacunación voluntaria o bien obligatoria; si entrará o no en el esquema nacional de salud y, por supuesto, si será gratuita o habrá que pagar por ella.
A COLACIÓN
A la par, Moderna, Pfizer-BioNTech y AstraZeneca empezarán los trámites para patentar y comercializar sus respectivas vacunas; el pasado 20 de noviembre, Pfizer solicitó a la Administración de Medicamentos y Alimentos de EU (FDA, por sus siglas en inglés) la autorización de “emergencia” para usar cuanto antes su vacuna lo que implicaría que Estados Unidos podría ser el primer país en vacunar a su población de riesgo a partir de mediados de diciembre.
La propia FDA ha dado su consentimiento para usar el Regeneron se trata del medicamento que tomó Trump cuando fue hospitalizado por coronavirus; el visto bueno permite que este medicamento sea suministrado a mayores de 12 años de edad con síntomas graves, en octubre, otro medicamento llamado Eli Lilly, también obtuvo consentimiento de ser aplicado en los hospitales norteamericanos.
Por otro lado, con las vacunas que tendrán el visto bueno fast track tanto de la FDA, de la OMS, como la Agencia Europea de Medicamentos queda por resolverse la logística: el suero de Pfizer y Moderna necesitan una temperatura menor a los 70 grados centígrados, un punto de congelación para su conservación y traslado.
Mientras tanto, el mecanismo de COVAX ya ha precomprado más de mil millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca y su intención es tener otros mil millones de dosis más para ser distribuidas entre los países adheridos a esta plataforma de la OMS. Hay una luz de esperanza… es menester no bajar la guardia.
@claudialunapale