Hace unos días, en voz de su dirigente nacional Mario Delgado Carrillo, Morena anunció ir en coalición con Nueva Alianza para en 2021 en todos los estados donde éste partido tenga registro.
Y miembros de Panal-Oaxaca desmintieron haber siquiera indicios para una coalición; la joven presidenta estatal Angélica Juárez Pérez y el representante ante el OPL, José Manuel Luis Vera, enunciaron claramente una razón de mucho peso:
“Una vez desaparecida la dirigencia nacional, no hay ningún órgano que vincule acuerdos nacionales con decisiones estatales y (Sonia Rincón) no tiene función estatutaria para definir…”
Totalmente cierto.
Habrá que recordar que el Nueva Alianza perdió su registro como partido nacional tras las elecciones 2018 por no haber alcanzado el porcentaje mínimo de votos.
Y luego, en aquellas entidades federativas donde sí lo alcanzó, los miembros del extinto Panal constituyeron partidos locales acogidos a la Ley General de la materia que dispensa la realización de asambleas constitutivas a aquellos que perdieron el registro nacional.
Pero eso no los convierte en una alianza de partidos locales con fuerza nacional, solo tienen efectos en el ámbito del estado de que se trate y únicamente para elecciones locales: Gobernador, diputados y ayuntamientos.
Incluso, hasta puede estar en entredicho el que el Panal pueda coaligarse en las entidades donde opera como partido local y compite por primera vez como tal.
¿A TÍTULO DE QUÉ?
En ese contexto, también cabe preguntar a título de qué salió Sonia Rincón junto con Mario Carrillo anunciando una alianza electoral.
El comunicado morenista tiene un manejo muy peculiar, por no decir engañoso.
Incluso, en el mismo se cita que Sonia Rincón “aseguró que en el marco del proceso electoral 2020-2021, Fuerza Turquesa, busca sumarse a la Cuarta Transformación.”
“’La asociación civil Fuerza Turquesa manifiesta que somos una organización de ciudadanos con presencia real en toda la República Mexicana que busca impulsar la participación ciudadana en asuntos relacionados con la educación pública y gratuita, la salvaguarda de la soberanía nacional, el respeto y defensa a los derechos humanos, la igualdad de género, el combate a la pobreza, y la protección al medio ambiente y los recursos naturales’, declaró”.
Bien, cualquier organización de ciudadanos tiene derecho a la participación política; incluso de manera fáctica; o sea, sin que exista figura jurídica que los ampare en una coalición legal nacional o local. Sin embargo, pueden ser fatales las consecuencias de mandar mensajes engañosos.
¿VOTO CORPORATIVO?
Pareciera que Mario Carrillo busca un voto corporativo al presumir “el compromiso de la Cuarta Transformación con los maestros y maestras del país”.
Puntualizó: “En el 2018, los maestros y maestras de todo el país, de todas las afiliaciones políticas votaron por Andrés Manuel López Obrador porque había una promesa muy clara: revertir la mal llamada Reforma Educativa para terminar con la persecución de maestros y tener una nueva reforma hacia el futuro de las niñas, niños, jóvenes y adolescentes”.
Ajá, pero eso ya pasó.
No obstante, es de suponerse que en virtud de ese “compromiso” es la presunta alianza con el Panal en las entidades federativas, que suponemos sería solo para elecciones de cargos locales porque los partidos con registro estatal no pueden competir para cargos federales.
Una alianza en veremos en algunas entidades.
Por cierto, hay estados donde la membresía del Panal ni se nota.
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