La importancia de las renuncias de Romo, Urzúa, Cárdenas, Martínez Cázares, Jiménez Espriú, Toledo…

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 Algunos de los apellidos cobraron notoriedad pública desde antes de que Andrés Manuel López Obrador triunfara el domingo 2 de julio de 2018 y mucho antes de que tomara posesión.

Conforme Enrique Peña Nieto y su equipo se fueron rápidamente alejando de la vida pública, y sus funciones fueran llenadas por personajes del nuevo Gobierno de la 4T, los nombres de Carlos Urzúa, el empresario regiomontano Alfonso Romo, el ingeniero Javier Jiménez Espriú, el exdirigente panista Germán Martínez Cázares, el aguerrido académico de izquierdas Jaime Cárdenas, el reconocido biólogo Víctor Manuel Toledo y otros tantos sorprendieron y causaron expectación.

Todos ellos eran producto de sus propias carreras y esfuerzo. No le debían nada al nuevo presidente con el cual iban a colaborar. Al contrario, todos contribuyeron a darle seriedad y perspectiva a la nueva administración a la cual no pocos consideraban desde entonces como un fracaso anunciado.

Ya desde 2006 AMLO fue calificado como “un peligro para México”. Y muchos lo creyeron porque el pasado del tabasqueño así lo prefiguraba. Es más, lo notable de su triunfo fue porque justamente Andrés Manuel López Obrador había ganado a contrapelo de esa advertencia. Si nadie lo hubiera considerado un riesgo para el futuro del país no hubiera sido noticia su gane.

Precisamente ese contexto hacía más notable la participación de esos personajes y otros más en el círculo cercano al nuevo presidente.

Todos ellos y otros muchos entraron en conflicto rápidamente con la forma de gobernar y más con las decisiones asumidas por su nuevo jefe. Sobre todo porque cada uno de ellos tuvieron pronto que salir a defenderlo, a explicarlo y a justificarlo en lo injustificable.

Y al hacerlo absorbieron su parte de la sinrazón de las acciones y decisiones del tabasqueño.

Los más expuestos desde un inicio fueron sin duda Carlos Urzúa, como secretario de Hacienda y Javier Jiménez Espriú como titular de Comunicaciones y Transportes. El tercero fue Alfonso Romo, quien logró mantenerse contra viento y marea fuera de los titulares de los medios.

Todos ellos sabían desde entonces que el destino del descrédito y las decisiones infundadas, absurdas, injustas muchas de ellas -lo de las estancias infantiles, la falta de medicinas para niños con cáncer- , de su presidente los alcanzaría y quedarían marcados como reses con hierro candente por ellas para sus historias personales. Sus familias y cercanos los acompañarían en eso.

Y se fueron bajando. En su mayoría expresando su inconformidad. Sus desacuerdos con el presidente. Lo hicieron para tomar distancia de lo hecho y no hecho. En un intento por disculparse con los suyos y con el resto de los mexicanos. Así lo entiendo.

Todos y cada uno de los señalados, desde el doctor en economía y catedrático e investigador Carlos Urzúa, o el empresario regiomontano Alfonso Romo, así como el ingeniero Javier Jiménez Espriú, el michoacano y expanista Germán Martínez Cázares, el constitucionalista Jaime Cárdenas, o el reconocido biólogo Víctor Manuel Toledo y todos quienes han renunciado a trabajar con Andrés Manuel López Obrador, forman parte de importantes sectores y cúpulas de la sociedad mexicana.

Ellos representaron sin duda a esos sectores y cúpulas, grupos, en la 4T. Un puente hacia el Presidente de la República. Seguro no pocos de estos sectores creyeron que con estos personajes estaban a salvo sus intereses y sueños, proyectos y perspectivas.

¿Y qué creen? Pues no había nada de eso.

Y al renunciar e irse del primer círculo de AMLO, al romper con él tabasqueño, de estar ahora en el lado opuesto, en el de la crítica como es el caso de Carlos Urzúa, queda claro que esos sectores que ellos representaban viven hoy en conflicto con el tabasqueño y su administración.

Así, al abandonarlo, Carlos Urzúa, el empresario regiomontano Alfonso Romo, el ingeniero Javier Jiménez Espriú, el exdirigente panista Germán Martínez Cázares, el aguerrido académico de izquierdas Jaime Cárdenas, el reconocido biólogo Víctor Manuel Toledo y otros tantos se han llevado con ellos, lejos de López Obrador, las esperanzas y sueños de esos sectores a los que ellos pertenecen.

Nadie duda que todos ellos son personajes racionales, moderados, para nada un grupo de locos activistas o revolucionarios chavistas. Son mexicanos que creo quieren el bien de su país.

Eran un grupo que sin duda aportaban moderación y cordura a su exjefe.

Sin ellos, Andrés Manuel López Obrador a quedado cercado, dentro de la influencia de personajes como Paco Ignacio Taibo II y de Epigmenio Ibarra, quienes lo encuerdan y lo llenan con visiones bolivarianas.

Así que la renuncia última de Alfonso Romo sí tiene su importancia, como la tiene la de los otros mencionados.

Triste caso el nuestro…

POSIBLE EXTRAORDINARIO EN ENERO

Durante su mañanea de ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador definió dos de sus prioridades legislativas: la reforma a pensiones para mejorar a los trabajadores mexicanos y la subcontratación.

En rápida respuesta, Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política, y el presidente del Senado, el chiapaneco Eduardo Ramírez indicaron que dentro de la Agenda Legislativa de la Cámara alta está previsto desahogar la próxima semana lo de nombramientos de nuevos magistrados y magistrados en materia electoral, magistrados agrarios; la ley orgánica de la Fiscalía General de la República y esperarán a que la Cámara de Diputados envíe lo del Outsourcing, o sea, el dictamen de la subcontratación ya aprobado por ellos para poder discutirlo en el Senado.

Entre otros pendientes se encuentran: la ley de disciplina financiera; acuerdos sobre la secretaría de Marina para el próximo año, y otros que se desahogarán la próxima semana como el tema de la igualdad Salarial entre hombres y mujeres tramitado por la Comisión del Trabajo presidida por Napoleón Gómez Urrutia,

Eduardo Ramírez dijo a reporteros que en el Senado se sigue de cerca todo lo del Outsourcing a fin de garantizar los Derechos de los Trabajadores mexicanos que acuden a ese esquema lboral.

Y adelantó que para atender todo lo posible en estos días de fin de período, está acordado que en las sesiones de la semana entrante los presidentes de las distintas Comisiones subirán al pleno los dictámenes de aquellos asuntos que cuentan ya con el consenso de sus integrantes para determinar si son o no a su vez avalados por la mayoría legislativa.

Por otra parte Ramírez consideró que Alfonso Romo fue un “puente” entre, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el sector empresarial del país, con excelentes resultados.

Y adelantó que de acuerdo con la importancia de los temas que queden pendientes luego del 15 de este mes, podría convocarse a un periodo extraordinario en la segunda parte de enero, para lo cual se requeriría de acuerdos entre los coordinadores al interior de la Jucopo.

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