Tabasco: Navidad roja

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La semana pasada que la Secretaría de Salud nacional cambió de amarillo a naranja el color de Tabasco en el semáforo epidemiológico por el repunte de los casos de coronavirus, se debieron encender las luces en el tablero de seguridad del estado por la posibilidad de regresar al rojo, lo que significaría un nuevo confinamiento para frenar el crecimiento de la enfermedad.

Aunque para la dependencia federal la entidad estaba en ámbar, desde hace meses el gobierno local no se ha movido del anaranjado.

El problema es que, si bien la administración estatal ha dado muestras de querer aplicar sus propias estrategias para contener la pandemia, los mandatarios de estados morenistas están siendo conminados a seguir la directriz del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Desde hace semanas, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, hace malabares para alertar a la población del riesgo de saturación de hospitales, pero, a decir de analistas, la federación no la deja decretar la “alerta roja”.

La “presidenciable” ha tenido que jugar con el idioma agregándole calificativos al color naranja por no atreverse a mandar al púrpura a la capital, como sí lo han hecho Zacatecas y Baja California.

En un principio Tabasco tomó sus propias decisiones como establecer la “ley seca” y el cierre de comercios los fines de semanas; también hizo “obligatorio” el uso de cubrebocas en espacios públicos.

La mejor muestra de que la entidad tiene sus propios lineamientos es que el gobernador Adán Augusto López Hernández utiliza mascarilla en eventos públicos, mas cuando acude a reuniones con el jefe de la nación va descubierto.

El tabasqueño sentaría un precedente si se atreve a regresar al rojo a la tierra del mandatario del país.

Si de por sí Tabasco fue de las entidades más afectadas por el SARS-CoV-2, un repunte sería catastrófico: si bien se creció en infraestructura hospitalaria, la entidad también estuvo en los primeros lugares de incumplimiento de las medidas de higiene para contrarrestar los contagios.

Tal vez la población no ha reparado en la gravedad del repunte; esto porque los casos están subiendo a niveles de la mitad de la etapa más crítica, pero el número de fallecidos no se ha desbordado.

Esto es, suben los casos positivos, no obstante la mortalidad se mantiene.

Ahora bien, aunque los decesos repuntaran, está visto que el tabasqueño parece no temerle a la muerte y, lo que es peor, le ha perdido el respeto al virus que vino de China.

Un golpe de timón del mandatario para confinarnos en Navidad podría hacer la diferencia: es posible que una determinación de ese tamaño hiciera entrar en razón a la ciudadanía.

 

PARA SU INFORMACIÓN… 

EL MAYOR LEGADO del notario Payambé López Falconi, papá del gobernador de Tabasco, fue haber mantenido inalterables sus convicciones: desde 1988 que aceptó dar fe de las movilizaciones de AMLO, se mantuvo con el de Tepetitán. Y esto no es poco, ya que en los 80 el régimen priísta castigaba con todo el peso del Estado. Su hijo Adán, también desde que abdicó al PRI por irse a la izquierda, ha estado con el movimiento que hoy gobierna México.

EL FIN DE semana circuló en redes sociales una supuesta lista de “candidatos” de Morena a las 17 alcaldías del estado. En dicha relación se da como un hecho que Yolanda Osuna Huerta será la abanderada en Centro. Si bien es falsa la “información”, la exsecretaria de Cultura se encuentra en el ánimo del primer círculo morenista.

@RodulfoReyes