Nadie duda en este momento del propósito de la iniciativa de Alejandro Moreno Líder del PRI, para consolidar la alianza como vía para derrotar a MORENA. Previo a la celebración de la Asamblea del PRI, ese instituto político ha realizado conversatorios y reuniones previas, para sensibilizar y preparar a la militancia en la fase definitoria de los procesos electorales venideros y antes, en la Asamblea Nacional del PRI.
A los eventos han sido invitados tirios y troyanos, observadores de diversas ideologías e inclusive extracciones partidistas, para realizar un ejercicio, que supone una catarsis de autocrítica, desde una óptica foránea ajena al PRI, donde se han escuchado cosas que en otra época ni siquiera se hubiese permitido. Claramente no es algo a lo que esté familiarizado el priismo, durante la época en que la disciplina imponía que todo estuviera planchado, donde la disidencia tenía que guardar silencio cómplice, una etapa donde se ejercía el poder absoluto, absolutamente, razón que al paso del tiempo descarriló el proyecto nacional.
La catarsis a la que debe someterse y se está sometiendo la militancia del PRI, deberá rendir frutos, permear hasta las bases y más aún en la sociedad, materializarse en la próxima asamblea. Muchos priístas – no todos – saben que si no se transparenta y democratiza el PRI en esta asamblea ya no tendrá otra oportunidad.
La dirigencia del PRI – ahora se ve más claramente – que la alianza sí funciona, que se construye desde el poder legislativo, que particularmente es precisamente en la cámara de diputados y no en la de senadores propiamente, donde se pueden construir las alianzas y, que es en el senado donde se afianzan y consolidan, la aprobación de la le ley de ingresos y el presupuesto de egresos, es la prueba del ácido para demostrar de que está hecha realmente la oposición y si ésta existe, el mensaje subliminal, es que los muertos que ayer enterrabais hoy gozan de cabal salud.
Muy a pesar de algunos priístas de fuego amigo y otros morenistas, la maquinita va jalando, dando tumbos, pero sin detenerse a relamerse las heridas, porque no hay tiempo para ello, porque de la construcción de la unidad en cada partido, dependerá la eventual unidad de la alianza.
A estas alturas parece, que al menos en la clase política ya permeó lo suficiente el ejemplo de las alianzas partidistas entre viejos antagonistas, como en otros países, donde han demostrado su eficacia, que el prurito de las ideologías, pasa a segundo término cuando es la Patria, la que está en riesgo, pero ello debe permear todavía en el resto de la sociedad.
Aún falta capitalizar por todos los partidos políticos, los errores del gobierno, deben acostumbrarse a resistir los cañonazos propagandísticos distractores desde Palacio que pretenden continuar imponiendo la agenda nacional con temas tan triviales como ridículos, que por eso precisamente alcanzan su efecto.
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