2024: Ricky Arcos, ¿proyecto de Movimiento Ciudadano?

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Por lo visto, el diputado federal plurinominal Gerardo Gaudiano Rovirosa ya se asume como “el bueno” para buscar la gubernatura en 2024 por Movimiento Ciudadano, partido con la mayor rentabilidad en el país durante las elecciones intermedias de junio pasado y que, por ende, es el único que tiene despejado su horizonte político.

En la Ciudad de México, los periodistas se refieren al legislador plurinominal tabasqueño como “el que va para Tabasco”, en alusión a que la dirección nacional de su instituto lo está preparando para dentro de tres años.

Sin embargo, con el excandidato perredista a la gubernatura se reducen las posibilidades del instituto de Dante Delgado, que, para poder meterse a la pelea por Plaza de Armas, tendría que buscar un abanderado externo o un cuadro propio al que debe proyectar desde ahora.

De tal manera que, según analistas, MC ya tiene en sus filas a quien podría darle plusvalía en la siguiente elección. Se trata del presidente municipal de Tacotalpa, Ricky Arcos Pérez, quien fue uno de dos opositores que ganaron un ayuntamiento hace seis meses.

Arcos se impuso en un municipio que tradicionalmente era bastión del PRI, cuyos cuadros dirigentes emigraron a Morena para sobrevivir a la decadencia de este instituto.

De hecho, Arcos fue el candidato opositor que más sufragios logró.

Tan solo por no ser conocido como político tradicional y por contar con una trayectoria sin escándalos, el tacotalpense tiene mejores perspectivas de crecimiento que Gaudiano.

La poca rentabilidad a futuro de Gaudiano puede verse a partir de que, según fuentes enteradas, no es la preocupación del régimen para las elecciones de 2024: se tiene medido que no recuperará ni siquiera la presencia que tuvo en el año y medio que estuvo al frente de la comuna de Villahermosa.

El problema de Gaudiano no es con Morena. El aprieto del exalcalde es con los habitantes de Centro, territorio que aporta dos terceras partes de los votos necesarios para ganar la gubernatura.

Entre otras cosas, el nieto del exgobernador Leandro Rovirosa Wade perdió en 2018 porque los pobladores del municipio que engloba a la capital no les gusta que sus autoridades abandonen el cargo antes de tiempo para ir por otro hueso político.

Ahí está el expriísta Jesús Alí de la Torre como mejor ejemplo: en 2012 perdió la gubernatura por el rechazo de los electores de Centro, que le cobraron haber dimitido un año antes por aventurarse en pos de la Quinta Grijalva.

Hace tres años Alí quiso probar suerte de nuevo como candidato “independiente” a la gubernatura y no logró pero ni el 1 por ciento de los sufragios, pese a que antes de los comicios su equipo difundió “encuestas” que lo ubicaban en “empate técnico” con su par de Morena, Adán Augusto López Hernández.

Más allá de que está buscando la nominación en un instituto que ni cascarón tiene, la figura de Gaudiano se encuentra marcada por el hecho de haber abandonado la comuna, estrategia que la ciudadanía rechaza como ninguna otra medida acostumbrada por los políticos tabasqueños.

Peor aún: la dirigencia estatal de MC, a cargo del expriísta Pedro Palomeque Calzada, no tiene contemplado al excandidato a la gubernatura, mientras otras figuras estatales ya están siendo “tentadas” con la posibilidad de que obtengan la postulación en 2024.