Si el PRI histórico había sido destruido por Carlos Salinas de Gortari y Luis Donaldo Colosio con las reformas constitucionales que liquidaron el modelo de la Revolución Mexicana, el PRI posneoliberal acaba de ser asimilado por el PAN: nada menos que la secretaria general del tricolor será candidata panista al gobierno de Hidalgo.
El enredo forma parte de los arreglos de la alianza opositora Sí Por México del PRI-PAN-PRD-Coparmex-Claudio X. González: el reparto de candidaturas en función de la mejor presencia partidista en cada entidad. Pero Hidalgo ha reflejado, como si hiciera falta, el reparto de posiciones entre las élites oligárquicas partidistas: el PRI es fuerte en Hidalgo, pero la candidatura le correspondía al PAN.
En nada han contado posiciones políticas o ideológicas. La secretaria general del PRI, Carolina Viggiano Austria, fue registrada por el PAN a la candidatura aliancista, presentando no una coalición sino un batidillo de intereses de las dirigencias del PRI y del PAN, en tanto que la presencia del PRD es inexistente en el estado y en la alianza.
El PAN no ha entendido los mensajes recientes. El candidato presidencial panista de 2018, Ricardo Anaya Cortés, firmó una alianza con el fantasmal y neoliberal PRD y no le redituó ningún voto, pues, al contrario, panistas conscientes no votaron a favor del candidato de su partido.
La candidatura aliancista en Hidalgo está mandando mensajes distorsionados a la sociedad y a los militantes de los partidos de oposición, borrando de un plumazo con existencias históricas que dieron sentido a esos partidos. Si la alianza gana en Hidalgo, habría una gobernadora priísta que administrará el poder desde los intereses del PAN. Y el PRI, que ha tenido una presencia histórica en el estado, quedará de patiño panista.
El PRI de Calles como PNR nació en 1929 para darle institucionalidad a los compromisos históricos de la Revolución Mexicana y el PAN surgió en 1939 para confrontar los desvíos y corruptelas de la clase revolucionaria gobernante. Cada uno de los dos partidos representó un alineamiento ideológico radical, pues el PRI fue consolidado en 1938 como PRM por Cárdenas al darle como columna vertebral a las clases productivas obreras y campesinas frente a la burguesía prefigurada por Manuel Gómez Morin.
De 1939 a 2020, el escenario político-ideológico estaba claro en un PRI progresista vis a vis un PAN neoliberal de mercado. Los reacomodos de la alianza Sí Por México se cristalizan en Hidalgo con la fusión de un proyecto que regresa el PRI progresista postsalinista a los territorios ideológicos del neoliberalismo panista, es decir, en la alianza el PRI se quita la careta de “centro-progresista” para vestirse con la casaca conservadora del PAN en fase de ultraderechización consolidada con los acuerdos secretos con la ultraderecha española de Vox.
En este sentido, Hidalgo sería el ejemplo de la fase ultraderechista del PRI con la internacional fascistoide de Vox y representaría el fin histórico de la segunda oportunidad progresista del PRI después de su largo periodo neoliberal 1987-2018.
El nuevo itinerario político-ideológico del PRI lo coloca en el furgón de cola de la alianza neoconservadora promovida por una élite intelectual antipopulista, el PAN neoliberal fascistoide por Vox y el papel central de la Coparmex y los empresarios Gustavo de Hoyos y Claudio x González en la construcción de un nuevo bloque de poder neoliberal, basado en todos los principios ideológicos que el PRI combatió hasta 1981.
La alianza del PRI con el PAN en Hidalgo debe leerse en el escenario político del salinismo y su proyecto neoliberal copiado de los tres valores centrales vigentes del conservadurismo panista: el solidarismo, el bien común y el Estado subsidiario, frente al modelo histórico del PRI como representante de los intereses de los sectores productivos obrero y campesino que determinaban el modo de producción capitalista.
En este contexto, la candidatura panista de la secretaria general priísta termina el ciclo histórico del PRI posrevolucionario fundado por Calles y lo deja como sector del nuevo PAN en el escenario bipartidista frente a Morena.
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