La CTM y el destape presidencial

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Guillermo Buendía

El destape del candidato a la presidencia de la República una vez designado por el gran elector era proclamado por Fidel Velázquez Sánchez, secretario general de la Confederación de Trabajadores de México, la otrora poderosa central obrera del PRI. ¿Por qué adquirió gran influencia política esta organización? ¿Quién fue ese líder?   La función de la CTM en la imposición del pacto social con el Estado mexicano, ¿fue determinante para hacer suyo el anuncio del destape? ¿Por qué el movimiento obrero organizado tuvo ese rol relevante y no la dirigencia del partido?

La clase obrera fue asimilada por la estructura corporativa del PNR y continuó ese control férreo sobre ella con el PRI. Como todo proceso social posee determinaciones históricas por medio de las cuales se pueden explicar las particularidades económicas y políticas del rol de la CTM para la conformación del pacto social en las siguientes décadas posrevolucionarias, y, por lo tanto, para el desarrollo capitalista. Otras etapas del movimiento obrero organizado ocurrieron en los años del “milagro mexicano” y del periodo neoliberal. Sin la fuerza política de antaño, no obstante, la CTM mantuvo el esquema contractual de las relaciones laborales de protección patronal, en tanto permitía el deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores.

La muerte de Fidel Velázquez ocurrió cuando el presidente de la República había puesto sana distancia con el partido que lo encumbró. El ocaso de la CTM coincidió con la crisis política del partido casi único del sistema presidencialista y el ascenso de la derecha.  La tecnocracia priísta relegó primero y acabó después con las cuotas de la representación obrera en el Poder Legislativo y gobiernos de los estados. Las reglas democráticas del liberalismo pusieron fin al partido de masas para transitar a un partido de clases dominantes, y eso provocó la desaparición de los rituales del destape por parte del movimiento obrero organizado.

La vetusta sede cetemista ubicada en la calle de Vallarta fue demolida para erigir en el mismo sitio el edificio que hasta ahora ocupa. El paso firme del líder en dirección al Monumento de la Revolución -inmortalizado en la estatua- es el rumbo que marcó para el control de la clase obrera. Control que ejerció por más de cincuenta años. “La política de masas que puso en práctica el gobierno de Lázaro Cárdenas subordinó el movimiento de los trabajadores a la política y los intereses del Estado… El carácter que la CTM asumió y los métodos internos que aplicaron los dirigentes obreros aseguraron el control de los trabajadores. Mas el Estado se preocupó esta vez por reforzar y darle permanencia a las amarras que había vuelto a anudar, para lo cual el partido oficial se transfiguró con el propósito de integrar en su seno a la clase dominada”, apunta Arturo Anguiano en El Estado y la política obrera del cardenismo -Ediciones ERA, 1975- quien añade: “Este resultado fue producto de la centralización de las decisiones y el control sobre los sindicatos y federaciones que el comité nacional de la CTM comenzó a ejercer desde la fundación de la misma. En particular la secretaría general, en manos de Vicente Lombardo, y la secretaría de organización y propaganda, a cargo de Fidel Velázquez… (quien) se dedicó a combatir a los comunistas y a reducir su influencia, hostilizando a las organizaciones dirigidas por los miembros del PCM o bajo su influencia, desconociéndolas y enfrentándoles organismos improvisados, <legalmente> reconocidos por la dirección nacional de la CTM”.

El papel central de la CTM estuvo determinado “más por los intereses gubernamentales que por los de los trabajadores a los que supuestamente debería representar y proteger. De esta manera, la élite de líderes conformó una burocracia separada de las masas obreras, colocada por encima de estas y dominándolas, pero que a su vez dependía del Estado… En efecto, desde el primer consejo nacional de la CTM se planteó la necesidad de que todas las huelgas se efectuaran con la previa aprobación del comité nacional… Con el control de las huelgas, la élite burocrática incrementó su dominación sobre los trabajadores, recogiendo así la experiencia de la CROM, que había sido la primera en utilizar tal procedimiento”, afirma Anguiano. Si sobre esta estructura de control se construyó el poder cetemista, la alianza para la producción del gobierno lopezportillista alteró los factores del pacto social trabajo-capital, trastocando de paso la rectoría del Estado, la cual en los siguientes años se redujo a regular los intereses del libre mercado. El periodo de privatizaciones de empresas públicas, incluso las estratégicas para la soberanía y seguridad nacionales, acabó con la rectoría del Estado en la economía. El dominio de las empresas monopólicas extranjeras en los sectores energético, eléctrico, minero, telecomunicaciones y financiero asignó a la CTM el rol de mantener vigentes los contratos laborales como instrumentos de protección patronal. La contención del nivel salarial, incrementar la base de trabajadores que perciben entre uno y dos salarios mínimos, disminuir la población económicamente activa que gana entre cinco o más veces el salario mínimo, eliminación de prestaciones sociales y la subcontratación son los elementos que han caracterizado la nueva cultura laboral impulsada por el gobierno del doctor Zedillo Ponce de León, y que los líderes cetemistas admitieron.

La titularidad contractual que conserva la CTM es un obstáculo para los fines de contratación individual de trabajadores por parte de las empresas, y para los sindicatos blancos una disputa por conculcar los derechos de los trabajadores. En el periodo neoliberal los líderes cetemistas Fidel Velázquez Sánchez, Leonardo Rodríguez Alcaine, Joaquín Gamboa Pascoe y el actual secretario general, Carlos Aceves del Olmo han servido a los intereses patronales, razón por la cual el cargo sindical sigue siendo vitalicio. El auge del poder de la CTM se expresó en el ritual de proclamar al candidato presidencial destapado. La decadencia, cuando Fidel Velázquez Sánchez declaró no saber el rumbo que tomaría México el mismo día en que Carlos Salinas de Gortari acudió a la sede del PRI como candidato presidencial.

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