Alharacas por un testamento político, la disociación informativa y por embajadores burdos

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Es mucho eso: alharacas. Rasgarse las vestiduras por un testamento político del presidente, es una tontería mayúscula y eso saca las cosas de contexto. Rasgarse las vestiduras con jeremiqueadas que circulan los sabedores de que sí hay manipuladores de la información que revuelven la nota con la opinión amañada enseguida expresada y sesgándola, es una tontería buscando justificar que continúe esa insana mala costumbre de manipular desinformando, disfrazando la manipulación de información que no es; y solo por que sí desautorizar al presidente por sus nombramientos en el servicio exterior sin contextualizar, es una tontería. Y desde luego que podemos evitarlas. Siga leyendo

Los dirigentes a veces hacen testamentos políticos, que se entiende que no es algo jurídico y mucho menos, ilegal. Tales no inciden para mal en el tinglado de proponer algo  a un país per se ni pueden determinarlo ni condicionarlo si las leyes son firmes y si no lo fueran, no sería culpa del testador. Los testamentos políticos por sí solos, son nada. Los testamentos políticos pueden ser de distinta índole. Unos dan ideas, otros pergeñan propuestas, otros son una mezcla de todo eso y más. Los testamentos políticos son simplemente guías tipo llamados a misa, concejas, difíciles de entenderlas cual órdenes. Difícilmente. Y aun siéndolas, serían, si bien cabe, para su partido. Al país, a lo más pueden proponerle cosas. Proponerle y quién sabe si alguien las cumpla. El testamento político de López Obrador no es ni más ni menos ni el mejor ni el peor. No lo conocemos en sus detalles y someterlo a la especulación es inútil y descalificarlo es ocioso y estéril.

Decir que el testamento de López que no conocemos, incide desde ya en la sucesión, es ridículo. Que es para definir la sucesión cuando ya hay Constitución, sale sobrando;  está fuera de la ley si lo hiciera marcando procedimientos, pero no al ir sugiriendo nombres; y es no entender un testamento político, que no jurídico. Y encima, ni sabemos de qué trata. ¿Qué se descalifica por haberlo hecho López? dígase así, sin tapujos y ya, pero no se expresen argumentos falaces para desestimarlo, porque es falaz decir que propone algo, aseverándolo, como ya lo hicieron algunos de sus opositores que desconocen su contenido y afirmar otra cosa es intentar vender humo. Y si lo que preocupa es que propusiera mantener su idea de 4T ¿cuál es el problema? ¿no puede? Gritonear, no lo impedirá y que nadie olvide que así como el Castrismo sin Fidel, ha muerto o como el Franquismo sin Franco, así el Lopezobradorismo, mutará. Mudará ante la falta física del personaje. Es una regla inexorable. Habrá remedos, emulaciones, copias, pero nunca es lo mismo y acaba por fenecer y eso no lo puede evitar nadie.

Por cierto, que si López propusiera un sucesor en su testamento político, sería valedero. Que luego queda la tarea de todos para leer la Constitución, que al día de hoy no determina que un sucesor producto de la desaparición del mandatario, sea ni deba ser obligadamente del mismo partido gobernante ni predispone algo contrario en forma alguna. Es omisa. Punto. Así que la silla presidencial puede recaer en cualquiera. Y cualquiera es cualquiera, sea o no de Morena. A los otros 125, 999, 999 mexicanos, así de sencillo, aturdidor y certero. Estudiemos antes de vociferar.

En cuanto al tema de la Suprema Corte de Justicia estableciendo acertadamente disociar la nota informativa de la opinión, ha sido exagerado lloriquearle; y, en efecto, ha evidenciado a manipuladores de la información que se han servido de torceduras para prácticas “periodísticas” que no lo son. Es verdad. Dedican media hora a una sola nota hasta obtener forzadamente un tono antiMorena porque para eso están, para hacer ese papel desinformador. ¿Media hora a eso? ¿cómo alguna conductora que detesta a Morena y sus “desinformativos” consisten en ir a buscar al alcalde más recóndito si es de Morena, para decirnos que no usa tenedor al comer? Y en eso se le va su tarea desinformadora. Tan poca seriedad y su animadversión, la descalifican. Y en el camino revuelve la nota con su opinión.

Disociar pudiera combatir prácticas como la de Televisa que entre nota y nota metía vil propaganda del gobernador Peña Nieto, avalando su gobierno cual si fuera inocente comercial para ir vendiendo su estampa. Era un proceder tramposo. Dirán sus corifeos que no ilegal. Sí, pero desvergonzado y manipulador. Punto.

En su emisión del martes 25 de enero, con su clásica voz impostada y tremendista, Ciro Gómez Leyva añadió un tono de hartazgo y reproche, reprobables. Sí, reprobables. Se atrevió a  reclamar cosas inauditas e irresponsablemente: a) que se dejara de defender el derecho de las audiencias, arguyendo que la gente escoja lo que quiere ver y oír. Calló que se las orienta para no ser engatusadas; b) secundó el extraviado comunicado de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT) repitiendo tratarse de un atentado contra la libertad de expresión y cuestionó que se hable de “audiencias”, confesando él que no entendía el concepto (sí, leyó bien, dicho por una persona que lleva décadas en los medios) y que, en dado caso, y eso ya entre recochineo y soberbia sancochada de tufo de suficiencia y hartazgo inexplicable, se la dejara de invocar. Tal vez su molestia por los muchos señalamientos contra sí. Y c) que la Corte pedía un imposible: disociar nota de opinión. Fatal y falsario.

Qué lástima que mintió a su público ¡Claro que sí es posible conseguir esa disociación! Eso, si se pretende ser objetivo. Das la nota, los datos fríos y ciertos, no supuestos y asegunes, no suposiciones o editorializaciones adelantadas para inducir a la op, o suposiciones insondables y utópicas que sesgan o tergiversan los datos y así dibujan los peores escenarios que tantas veces ni asoman; y evitas la trampa al disfrazarla de “mi estílo” y ya después, solo después de la nota  añades, editorializas lo que gustes y te dejas de monsergas. Fácil aunque no tan redituable ese ya no desencaminar a la opinión pública, y ya no usas la información para golpeteo. Los espectadores lo merecemos. Y tamaña tontería es decir que lo mandado por la Corte atenta contra la libertad de expresión. El periodismo responsable puede estar a la altura y defiende audiencias, lo que tanto pica a Gómez Leyva, jugando al no me entero y la CIRT acostumbrada a ello.

Termino. El listado de propuestos al servicio exterior decepciona porque ni es gente con mayores antecedentes diplomáticos –que es lo más destacable, parecido a PRI y PAN–  y de dudosa reputación, propia y para fines de defender la 4T, sin olvidarnos de que la política exterior se fabrica adentro.  Baraja ajada como Muñoz-Ledo, impresentables como Salmerón, de muy dudoso desempeño en la encomienda de atender el V centenario de la Conquista. Ya la postura panameña dice nada por ambigua y carente de seriedad su ministra de Exteriores evadiendo el punto ante la prensa. Sostener a Salmerón recuerda haber enviado a Beatriz paredes a Brasil, siendo estratégico lugar y desconocido para la política mexicana. Lo mismo. Y para los priistas que se rasgan las vestiduras olvidan el papelón de Robledo en Buenos Aires, prácticamente obligado a renunciar a esa embajada por violación de DDHH y con la sombra del Zapatismo. La escritora Laura Esquivel a embajadora, pues como lo fue Amado Nervo. Sí, no se le ve tablas, pero ¿las tenía Patricia Galeana al marchar a Colombia en la era peñista? Así que hay de todo.

Y es verdad: de los nombramientos a priistas, sí son perfectamente condenables. Pero por impresentables. Pavlovich como Ordaz con tufos de corrupción, el sello de la casa priista, y muy dudosamente se identifican con la política de este sexenio. Sobran en el servicio exterior. Lo sabemos y repitámoslo por si alguien de su partido aún no acaba de entenderlo, pese a lo fácil de hacerlo.