La seguridad nacional mexicana se sustenta sobre la base de los objetivos permanentes y en los objetivos coyunturales, en el que los primeros se encuentran en la Constitución y los segundos en el Plan Nacional de Desarrollo y en los programas derivados del Presupuesto de Egresos de la Federación.
Estos objetivos permanentes y coyunturales son los que miden los campos y subcampos del poder, como lo son, el poder político, económico, social y de seguridad, y junto con sus con sus estructuras son lo que conforman todo el panorama de la seguridad nacional mexicana.
La crisis por la pandemia del COVID19 ha mostrado las vulnerabilidades que tiene el sector salud que conlleva la planeación de seguridad nacional mexicana, y que tiene impacto en mayor o menor medida en todos los campos y subcampos de la seguridad.
En el campo político el manejo de la pandemia vino a relucir que el sistema de salud mexicano no estaba preparado, ni poseía una planeación para atender a los enfermos de esta enfermedad.
También vino a relucir que el sistema de salud mexicano es deficiente; carece de muchos elementos para elevarlo a la calidad de primer mundo que prometió el presidente de la República, cuando en realidad el sistema de salud está sostenido por su capital humano y alejado de los procesos o recursos de primer mundo.
El desempeño del secretario de salud es nulo y desplazado por el subsecretario Hugo López-Gatell, quien rechaza la crítica y no permite cuestionamientos sobre el manejo de la pandemia.
México es el país en donde se practican el menor número de pruebas COVID, cuando desde el inicio de la pandemia se menospreció el uso de cubrebocas y posteriormente se insistió en su uso y con una contabilidad dudosa de víctimas y fallecidos, bajo el mal ejemplo de un presidente que se resiste a utilizarlo en público y maneja a conveniencia política la sana distancia.
También en un bochornoso suceso, al inicio de la pandemia se supo que México vendió a China cubrebocas, que después fue necesario adquirir.
Asimismo el sistema de salud está sostenido por las capacidades institucionales que tiene implementado el ejército y la marina en todo el país.
En la atención de la pandemia fue necesario desviar recursos de atención que normalmente se prestaban a otras enfermedades, para que los hospitales del sector salud mexicano se destinaran a COVID19.
La planeación en seguridad, incluyendo salud pública funciona, sí y sólo sí, existe voluntad política, se siguen las reglas y la conducción política se asume bajo un ejemplo que otorgue a los ciudadanos la seguridad que sus autoridades están convencidas de que es lo mejor para ellos y alejado de un manejo político partidista pero con una visión de Estado.
El autor es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
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