“La actitud del señor López Obrador en cuanto a la designación de su representante en nuestro país es infantil. Somos un país pequeño pero digno y valiente. Más nos necesita México a nosotros que nosotros a México”.
¡Este mensaje recibió el mundo a través de redes sociales y va firmado por el expresidente Ernesto Pérez Balladares de Panamá, y tiene razón! Han sido dos insultos consecutivos proponiendo a personajes muy cuestionados y sin experiencia alguna en materia diplomática. Allá no aceptan nombramientos como pagos de facturas políticas ya sean de ex periodistas, abusadores o artistas.
El problema no radica en el desprestigio personal y mundial de López Obrador sino el desgaste que nuestro país está registrando. Somos inestables, ignorantes, intolerantes e indisciplinados. Insisto si Ebrard por permanecer en el círculo de poder sólo sigue instrucciones del tabasqueño se va a hundir con él.
¿El “canciller” asegura participa de un proyecto encabezado por AMLO, es en serio? Marcelo ya sufrió un descolón cuando tiempo atrás en su permanente campaña al poder AMLO había propuesto a Ebrard como secretario de gobernación y luego, así ocurrente, en un informativo de tv destapó a Juan Ramón de la Fuente para el mismo cargo.
Hace apenas una semana el presidente como “destapador” lanzó, entre otros, a Ebrard como aspirante a la presidencia, pero con su “testamento” AMLO dejó muy en claro que da la espalda a Monreal y a Marcelo aún con los mensajes de unidad que presentan estos dos personajes en impactos mediáticos con fotografía. La costumbre de AMLO es traicionar y los de Morena saben de ello, pero también los del PRI, los del PRD y Movimiento Ciudadano. La composición del Servicio Exterior Mexicano representa valores adicionales a los comunes.
En la responsabilidad diplomática descansa el proceso internacional de nuestro país. Se requieren personajes preparados, con vocación, con autoridad moral y académica, reconocidos en el amplio universo de la diplomacia, que dominen idiomas y sepan de historia, religión y cumplimiento de protocolos institucionales. Ser embajador o cónsul no significa permitirse arrastrar la bandera nacional en una ceremonia cívica ni alterar las arengas para lambisconamente incluir el nombre del presidente como héroe.
Dejar buena estampa de nuestra cultura y categoría no es acompañarse de improvisados burócratas come/cacahuates en las mesas de diálogo más importantes en la Casa Blanca ni contratar a jovencitos de acuerdo a sus preferencias sexuales.
Todavía hasta hace unos meses AMLO era la materia primera de programas de comediantes en el extranjero por sus ocurrencias, disposiciones y hasta por la tambaleante defensa de su hijo José Ramón acusando la riqueza de “la señora”, ahora es rechazado por gobiernos de otras naciones por su reducida capacidad para presentar funcionarios dignos y decentes como embajadores.
Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2 (izzi 135)