Rusia: la rifa del tigre

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Martha Aguilar

Las tensiones en Ucrania permanecen en un inquietante impasse. En ocasiones, parece surgir un detalle de voluntad para dialogar y de inmediato brota de alguna de las partes un ataque verbal con serias consecuencias. Lo que sí es evidente, es que las dos potencias están en el tablero ucraniano midiendo sus fuerzas, atisbando sus respectivas zonas de influencia, al estilo de la Guerra Fría, mientras que en oriente, un tigre chino observa con ladina atención el forcejeo de estos gladiadores.

Lo que sí es palpable es la presencia militar de Occidente y Rusia, ambas potencias han enviado tropas, Rusia por la cercanía tiene equipo militar, tanques y artillería pesada. Estados Unidos moviliza sus tropas en Alemania y envía más efectivos para tratar de tranquilizar a sus socios europeos.

No es nada difícil proyectar la imagen de la Guerra Fría en este escenario. Es posible afirmar que son otros tiempos, pero en realidad hay que reconocer y entender que el conflicto trata de las zonas de influencia de cada potencia, es decir, de la capacidad de cada una de ejercer control político, económico y militar sobre una zona geográfica en particular, en este caso Ucrania. Así ha sido a lo largo de la historia, desde la antigüedad cuando Roma defendía su control por la ruta comercial del Mediterráneo (el Levante) por poner un ejemplo.

Hoy Estados Unidos tiene una amplia zona de influencia en el continente europeo, en Asia, en Medio Oriente. Sin embargo, el escenario internacional no lo acapara totalmente, está su tradicional adversario Rusia y está China, quien es ya toda una potencia económica mundial. 

La visita del mandatario ruso Vladimir Putin a China, en la inauguración de los juegos olímpicos en ese país da mucho qué pensar en estos momentos del impasse en Ucrania. El acercamiento entre China y Rusia, parece establecer un serio reto al liderazgo de Estados Unidos. Y ante este reto, ambos fortalecen sus respectivas zonas de influencia.

El tablero internacional se complica, ya no son dos potencias, hay más. En este escenario, Estados Unidos debe revisar su papel y analizar cómo va a mantener, defender y asegurar su propia seguridad ante la presencia de nuevas potencias. Rusia quizá ya no sea la vieja Unión Soviética, pero tiene un ejército poderoso y armamento nuclear. China tiene fuerza económica, militar, tiene presencia sobre sus vecinos y mantiene bajo su poder a Hong Kong, importante centro financiero.

Resulta muy significativa la declaración conjunta de Putin y Xi Jinping en ocasión de la inauguración de los juegos olímpicos de invierno: “algunas fuerzas que representan a una minoría en el escenario internacional continúan defendiendo el enfoque unilateral para resolver los problemas internacionales y recurrir a políticas militares” en una velada referencia a Estados Unidos y sus aliados.

La foto de los mandatarios en la inauguración es significativa, parece un claro intento de demostrar que son ya un fuerte contrapeso para el bloque occidental liderado por Estados Unidos toda vez que China muestra un creciente apoyo a Rusia en su disputa por Ucrania, un conflicto que a veces parece a punto de estallar. Si había dudas respecto a China, pues ya se aclararon, en la crisis Ucraniana, definitivamente están juntos.

¿Esta China preparada para apoyar a Rusia en caso de conflicto? Definitivamente sí. Xi Jinping confirmó a Putin que están comprometidos a una muy profunda cooperación, “espalda con espalda”, dijo. Así que hay apoyo, hay tigre chino para apoyar a Rusia si es que le aplican las sanciones económicas que tanto promete Estados Unidos.

Pero no todo es miel sobre hojuelas, en toda relación siempre hay detalles. Qué tal si esa cooperación trae su “negrito en el arroz”. Habría que ver qué es lo que obtendría China de este compromiso. Quién sale ganando. ¿De verdad Putin está seguro de este paso?

Son interrogantes que quedan en el tintero, habría que pensar como queda la relación de poder entre Rusia y China después de la crisis de Ucrania. ¿De verdad será una relación pareja, simétrica? O será que Rusia, al final del túnel, se de cuenta que se sacó la “rifa del tigre”.