Igual que José Ramón López Beltrán con lo de la Casa Gris en Houston, el Fiscal General de la Nación Alejandro Gertz Manero no ha dicho ni una palabra respecto de los escándalos estallados estos días a su alrededor, seguro porque piensa que ni falta que hace ante la defensa que hizo en su favor el presidente Andrés Manuel López Obrador quien salió a decir: “yo confío en él”.
La abierta exoneración presidencial a su favor surge desde la misma mañanera en que el mandatario convierte el reclamo generalizado en contra de Gertz, como un nuevo embate en contra de él y su Gobierno.
“Lo que ocurre es que durante su gestión el Fiscal ha afectado muchos intereses. Pero en el fondo lo que quieren es descarrilar al Gobierno”, afirmó.
Es dos en uno, quieren “tumbar al Fiscal General… y de paso, descarrilar al Gobierno”, insistió.
De igual forma el presidente López Obrador consideró que si Gertz recibió información del dictamen que haría un ministro de la Corte, ello no podía considerarse como tráfico de influencias o intromisión y menos aún manipulación de poderes porque lo recibido era información sobre un asunto familiar.
El cree, indicó AMLO, que su hermano fue asesinado y pues solo le da seguimiento a ese asunto.
Así el que le hayan entregado al Fiscal el informe previo del proyecto de sentencia de la Corte sobre el homicidio de su hermano no debe usarse en su contra por los “grupos de interés creados” que buscan aprovechar este incidente contra el Fiscal y el Gobierno de la 4T.
“Que se le deje este asunto al Poder Judicial, y que ellos actúen con libertad y resuelvan. Y lo demás pues es apostar, para hablar claro, a tumbar al Fiscal; pues eso como que no nos conviene a los mexicanos…
“Los grupos de intereses creados, las minorías, pues están viendo cómo descarrilan al Gobierno, bueno, hasta en los casos más extremos. Hay gobernabilidad en el país, hay estabilidad política, entonces no apostemos a la inestabilidad”.
Mantener en su cargo a Gertz Manero pese a sus escándalos y violaciones a la Ley es para López Obrador garantía de estabilidad nacional.
En este contexto y bajo esta lógica, el mandatario no cuestionó si los audios de la intercepción telefónica son, independientemente de su ilegalidad, ciertos o no.
Esos audios son para él un motivo político de golpeteo mediático en contra de su administración.
E insistió:
“Él (Gertz) presume que su hermano fue asesinado, y que es un asunto que él quiere que se aclare y que se haga justicia. La otra parte sostiene lo contrario. Él llega a la Procuraduría (Fiscalía) y quiere que este asunto se resuelva…
“Ahora, si va a utilizar su cargo para influir en el caso, habría que esperar el resultado de los ministros, hay que esperar el juicio, porque no depende de la Fiscalía, depende del Poder Judicial, en esta etapa, entonces vamos a esperar, lo demás no deja de tener tintes políticos”, concluyó.
¿QUID PRO QUO?
Suspicaces, analistas afirman con esta pre-exoneración a Gertz Manero, el presidente López Obrador podría estar pagando su cuota para la tramitación sin sobresaltos de más de un asunto penal que está hoy en manos del Fiscal.
Sin duda el primero de todos, es el caso de la entrega de cientos de miles de pesos en efectivo de David León Romero a su hermano Pío López Obrador que según videos eran para el propio Andrés Manuel.
Luego está el caso de su otro hermano, Martinazo, quien igual recibe dinero en efectivo del mismo David León Romero, ex operador del exgobernador de Chiapas Manuel Velasco.
Es obvio, coinciden estos analistas, que el caso de la indagatoria abierta en Estados Unidos por lo de la Casa Gris y el evidente conflicto de interés en que incurrió su hijo José Ramón López Beltrán, que podría derivar en corrupción si se comprueba que detrás de todo eso estuvo la tramitación y entrega de al menos 400 millones de dólares de Pemex a la empresa Baker Hughes, va a llegar en un momento a la Fiscalía encabezada por Gertz.
De igual forma en manos de Gertz está el caso del exjefe del jurídico de la presidencia Julio Scherer quien se dice usó esa oficina para traficar liberaciones de imputados en grandes juicios penales, a cambio de cientos, quizá miles de millones de pesos.
O sea, por Gertz pasan muchos asuntos del máximo interés de Andrés Manuel López Obrador– El caso es que, si decide cesarlo, entonces AMLO podría verse en medio de un gravísimo embrollo porque quien llegara en lugar de Gertz podría irse por la libre y actuar en contra de los intereses del mandatario.
Vistas las cosas así, los escándalos de Gertz son una bendición para AMLO quien ahora lo exhonera y apoya para que el Fiscal actue como él quiera.
Un quid-pro-quo político-mediático-penal muy conveniente para AMLO.
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