El pueblo manda… ¿Quién manda a quién?

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Marcela Maldonado Bodart

Sistemáticamente, todos hemos escuchado que en el discurso político del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se hace alusión al argumento de que: “en la democracia, el pueblo es el que manda”, destacando con ello una nueva forma de hacer política de su gobierno, y en donde a través del discurso, se expresa que la toma de decisiones ya no la realizan los políticos, o grupos minoritarios de intereses, sino que es a través de consultas ciudadanas, en donde el “pueblo” participa, decide y elige, a fin de sentar las bases hacia una democracia participativa.

Así, en el argumento político, se manifiesta una relación entre la democracia y el “pueblo”, pero también una relación entre “el pueblo” y el poder, pues es el “pueblo” quien dentro de este esquema toma las decisiones, ejerciendo su poder de “mando”. Partiendo de lo anterior, se genera una percepción de que el gobierno en la toma de decisiones es más pluralista e incluyente, pero también que se genera una relación de poder horizontal, pues en este esquema todos los ciudadanos son iguales, ejerciendo el mismo poder a través de su participación en la toma de decisiones políticas.

En esta dinámica, si entendemos que quien manda en la democracia es el “pueblo”, entendido este último como la mayoría, no queda claro cuál es la relación entre gobernantes y gobernados, quién tiene la titularidad del poder dentro del Estado, o si estamos entonces haciendo alusión a un tipo de autogobierno, por ejemplo.

Al respecto, el politólogo Sartori (1), señala la importancia de entender que “el poder del pueblo”, es una expresión elíptica, es decir, en donde el procedimiento político puede quedar suspendido en su propio proceso, toda vez que el poder se ejerce sobre un destinatario, pero también, el gobierno supone que hay gobernados, y que, de esta manera, el gobierno sobre el “pueblo” corre el riesgo de no tener ninguna relación con el gobierno del “pueblo”.

Un ejemplo de esto último, se puede identificar, más claramente, en otro de los argumentos del discurso político del actual gobierno, y que está señalado en el punto 12 de los “Lineamientos básicos del proyecto alternativo de nación 2018-2024”, relacionado con la revocación de mandato, pero en el que también se hace alusión a que: “El pueblo es soberano: así como otorga un mandato, puede retirarlo. El pueblo pone y el pueblo quita” (2).

De esta manera, el lineamiento observa que existe una dinámica en donde el “pueblo” posee intrínsecamente un poder soberano, y que lo ejerce a través de su participación política en la toma decisiones, dando legitimidad, por medio de la voluntad popular, que se traduce en un proceso en el que el “pueblo” puede “poner”, pero también puede “quitar”.

Dado lo anterior, es importante no confundir, y entender, que existe una gran diferencia entre la dinámica del poder que emana del “pueblo”, cómo es que éste poder se ejerce, y sobre quién lo ejerce, para entonces responder ¿quién manda a quién?

@MarcelaBodart

Notas:

  1. Sartori, G. (2003). ¿Qué es la democracia?.
  2. Morena (2016). Lineamientos Básicos del Proyecto Alternativo de Nación – Morena.Si. Ciudad de México, 20 de noviembre.