Gerardo Lozada Morales
La Fiscalía General de la República dio a conocer las investigaciones que se tienen abiertas frente a las corruptelas históricas que se desarrollaron durante los mandatos presidenciales de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto. Lo que se puede entender es que se encuentra dura la disputa por el poder político y económico que dichas corruptelas aún se mantienen en diversos estados del país. No es casual mirar que se haya liberado dicha información en un periodo tan crucial como el que estamos presenciando, debido a que el próximo año se disputa la elección en el último bastión del priismo; es decir: el Estado de México.
La alianza PRI-PAN-PRD ha coludido totalmente a sus fuerzas políticas para sobrevivir a su decadencia electoral. Han intentado remover a toda su red política nacional y local, así como haber buscado a los principales referentes del INE para evitar su inminente colapso partidista en la búsqueda las sanciones a las diversas movilizaciones políticas que ha tenido MORENA desde el mes pasado. Sin embargo, esto viene sumándose a la par de los escándalos del dirigente priista Alejandro Moreno acusado de corrupción y de abusos sexuales, y la más reciente aprobación para la investigación del enriquecimiento ilícito del ex narco-gobernador de Chihuahua Javier Corral, etc.
Es notable rescatar que el día 3 de agosto del presente 2022, el presidente Andrés Manuel López Obrador en rueda de prensa señaló que los casos de la investigación se vinculan a las viejas redes de corruptelas internacionales que buscaron saquear la producción energética del país. Cuando el presidente señala a los sectores conservadores, se puede entender que los grupos políticos que respaldaron tanto a Calderón como a Peña Nieto son la evolución de las viejas aristocracias y camarillas provenientes del siglo XIX e inicios del siglo XX del país, aquellas que se transformaron en clases políticas con una amplia relación a élites económicas internacionales. ¡Ahora entendemos por qué les denomina también como neoporfiristas!
Por citar un ejemplo, se tiene el caso de la extinta OHL, empresa investigada en España por graves casos de corrupción, de la que es dueña la propia monarquía española. Dicha empresa ha sido investigada también en nuestro país debido al financiamiento multimillonario que ejerció para las campañas sucias de sexenios pasados en contra del actual presidente López Obrador, como aquella promoción del “populismo” donde lo compararon con el finado dictador venezolano Hugo Chávez, y del cual, los medios de comunicación promovieron hasta el cansancio en medios abiertos, así como diversos intelectuales orgánicos del país.
Esto devela que la red de la derecha internacional no ha quitado su lucha por seguir violentando a la soberanía nacional, haciéndose de servicios de personajes como Calderón y Peña Nieto, el primero vinculado al narcotráfico y a empresas como Repsol (de donde es operador), y el segundo resguardado por la aristocracia monárquica española, quien le dio una visa dorada para poder protegerse de sus crímenes, blindar sus cuentas enriquecidas ilícitamente, y dejarlo vivir en las zonas exclusivas de Madrid.
Lo que tampoco se puede descuidar es que el gobierno federal se encuentra en una lucha directa frente a las corruptelas que se fortalecieron desde los 80s con el neoliberalismo y principalmente en los sexenios pasados. Aquellas que desde finales de siglo XX buscaron desarticular a las funciones del Estado Mexicano. El desenlace de dichas averiguaciones impactará rotundamente en las futuras elecciones en México, y principalmente será un parteaguas para la sucesión presidencial, puesto que en el interior de MORENA se ha generado mucho malestar por parte de los candidatos rumbo al 2024, debido a que cada vez que avanza el tiempo, se fortalece más la hipótesis de que el sucesor continuará con la empresa de la cuarta transformación.
El autor es catedrático de la UDLAP y miembro colaborador del Observatorio ciudadano de cultura y prácticas de un buen gobierno A.C.