Conectividad a la Cuenca, ¿promesa de campaña de AMLO?

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En San Pablo Guelatao, la tierra natal don Benito Juárez García, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo: “Regresaré el año próximo para seguir informándoles sobre nuevos logros conseguidos entre todos y desde abajo.”

Entonces confía absolutamente en ganar la jornada de Revocación de Mandato en su “vertiente” de que “siga” en la Presidencia de la República (la otra, es que se vaya).

tan seguro está de permanecer en el cargo hasta el 2024 (salvo decisión de última hora de prolongarse el mandato reeligiéndose previa una reforma electoral o una decisión de la Corte como ha ocurrido en otros países) que prometió carreteras y caminos.

¿O solo es promesa de campaña ratificatoria?

Pues por mucho amor a Oaxaca, AMLO no da pie sin huarache; y menos ante la proximidad de la jornada revocatoria a celebrarse el próximo diez de abril. Por tanto, todo foro es una tentación para aprovecharlo para promocionar el “siga”. ¿O no?

Como sea, con lo prometido en el homenaje a Don Benito Juárez García con motivo del 216 aniversario de su natalicio, da en el clavo a la demanda más sentida de oaxaqueños y oaxaqueñas, pues la falta de conectividad ha sido uno de los mayores obstáculos para el desarrollo social y económico de las ocho regiones de la entidad.

Las otras demandas insoslayables son: Seguridad pública y paz social.

Una paz relacionada con apaciguar a la delincuencia organizada, pero también a las más de 250 organizaciones sociales existentes en Oaxaca que anualmente presentan ‘pliego petitorio’ al Gobierno del Estado de cientos de millones de pesos, presionando con bloqueos carreteros y vialidades en la capital de la entidad.

Y el gobierno cede y cede y cede.

Las ‘organizaciones sociales’ se han convertido en una jugosa industria para los líderes. Hay la sospecha, incluso, que atrás de algunas (o muchas) se encuentran políticos de diversas filiaciones. Es el “modus vivendi” y el “modus operandi” para fines electorales.

Retomando el tema de la conectividad. La promesa de AMLO de empezar a atender la necesidad de la comunicación Oaxaca-Cuenca del Papaloapan volviendo a construir la carretera de la capital de la entidad a Tuxtepec, representa para la población el anhelo de conectarse de manera más fluida, lo cual significa desarrollo económico.

La conexión a Tuxtepec es una de las más abandonadas. La carretera es sumamente angosta y, dada la difícil orografía, una de las más serpenteadas, y, por lo mismo, peligrosa y de tránsito lento. Por eso, las personas tuxtepecanas prefieren comercializar su producción hacia otras entidades como Veracruz, donde, incluso, van de compras.

Mientras, pocos son los habitantes de la capital oaxaqueña que se animan a viajar hacia ese destino de la región de la Cuenca del Papaloapan, rica en producción piña y caña de azúcar. Cuando viajan, prefieren dar toda una vuelta tomando parte de la supercarretera a la Ciudad de México hasta una desviación que conduce a Tuxtepec.

Es más, jóvenes de distintas partes de la entidad oaxaqueña, sobre todo de la capital, van a estudiar a Veracruz por la especialidad de las carreras en universidades, y no hay ni vía, ni transporte directo a dicha entidad; tienen que viajar a Puebla y de ahí a Veracruz.

El presidente no dio más detalles sobre “construir nuevamente la carretera” Oaxaca-Tuxtepec. ¿Se trataría de una remodelación? ¿De una ampliación de carriles? ¿O de una supercarretera? Esta última sería lo ideal.

Como el mismo AMLO dice: “Amor con amor se paga”. Entonces, si Oaxaca le ha dado casi dos millones de votos, pues ¿por qué no pagarle con una supercarretera Oaxaca-Tuxtepec? Le da tiempo, tiene todavía dos años y medio, pues no se irá; la jornada del próximo diez de abril le será favorable o el resultado simplemente no será vinculatorio.

En fin. Una promesa más: “Analizará la petición de ampliar la vía Oaxaca-Ixtlán.” 

Dicha vía forma parte de la carretera a Tuxtepec. Puede empezar por la ampliación de la misma, puesto que además conduce a la tierra de Don Benito Juárez García; su inspiración, según grita a los cuatro vientos.

CAMINO REAL 

En San Pablo Guelatao, municipio natal del Benemérito de las Américas, el presidente López Obrador anunció la construcción del Camino Real en honor a don Benito Juárez, el mismo que recorrió cuando partió a Oaxaca para estudiar y trabajar.

Según dijo, será una vereda nueva construida para caminar, correr, andar en bicicleta, con árboles y flores en todo el trayecto, hospedaje y miradores. La ejecución contará con la asesoría de habitantes de los pueblos y personas que conozcan la vida y obra de Juárez.

Lo precisó así: “El camino de Benito lo vamos a iniciar lo más pronto posible. Nos van a ayudar todos los pueblos, gobiernos municipales, delegaciones, (para que) nos vayan indicando cuál es el camino, también historiadores de Oaxaca y gente mayor para ir haciendo este sendero y que pueda haber peregrinaciones cívicas desde Oaxaca a Guelatao.” 

Suena bien.

Sería algo así como un plus al destino ecoturístico de la Sierra Juárez.

LEALTAD A JUÁREZ 

Que se vea en los hechos el dicho de su discurso: “Lealtad al presidente Juárez”. Y no se trate solamente de anuncios y promesas de la campaña rumbo a la jornada de la Revocación de Mandato en la vertiente morenista de que “siga” como Presidente de la República…eso sí, hasta el 2024.

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