En un foro sobre las perspectivas económicas y tecnología en Latinoamérica, el expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León lamentó el crecimiento de gobiernos populistas en la región latinoamericana.
Zedillo quien también es académico de Yale apuntó: “Esperemos que la ola de gobernantes populistas e ineptos que están sufriendo un buen número de países latinoamericanos sea seguida (gracias a la democracia que, aunque dañada, aún tenemos) de liderazgos decididos y capaces de hacer lo necesario para que nuestras naciones se encausen firmemente en el camino del desarrollo y la superación de nuestros rezagos históricos”.
El exmandatario también calificó a la gestión de la pandemia en Latinoamérica como un desastre. Además, habló sobre la importancia de las reformas estructurales para incentivar el crecimiento económico en la región. Zedillo señaló que el problema de detener las reformas estructurales es que éstas no fueron completas con sus objetivos ni al momento de ejecutarlas.
En su análisis, además expresó que “La estrategia debería contener en su núcleo la provisión de una seguridad social, que incluya la cobertura efectivamente universal de la salud, así como la garantía de acceso a una educación de calidad.
Ese sería el instrumento más eficaz para obtener la voluntad y la acción de nuestras poblaciones para la construcción de países, con prosperidad económica y verdadera justicia social”.
Una visión contundente de Zedillo, clara en el mensaje fue “en una República democrática como México los presidentes somos presidentes en el término qué marca la Constitución y cuando se acaba, ¡se acaba! Quiere decir que ya no somos presidentes, pero también quiere decir que no trataremos de continuar teniendo poder político o influencia derivada de la condición de haber sido presidente”.
A esto el primer disparo verbal de AMLO fue “¿y quién es Zedillo?” Pues le recordamos, Zedillo le permitió entre otras cosas acceder a la jefatura de gobierno de la CDMX cuando no cumplía él requirió de residencia. AMLO intentó atropellarlo aún más y mencionó que en el sexenio del priista se privatizaron los ferrocarriles y se convirtió deuda privada a pública. A Zedillo lo desconoce. A Fox lo calificó de “chachalaca”, a Calderón de “espurio”, con Peña Nieto jugó con su apellido y dijo nos llevó al “despeñadero”, así su calidad dentro de la moral republicana.
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