Recuerdo bien aquel editorial del escritor Mario Vargas Llosa que describía la vorágine del Brexit en Reino Unido y que publicó el periódico El País y en el que hacía referencia a lo que quedaría de dicha nación insular después de su salida de la Unión Europea (UE); el Nobel de Literatura lo desdibujó claramente: “Quedará un paisito”.
A ciencia cierta desde el referendo del Brexit auspiciado por David Cameron –23 de junio de 2016– tal parece que hay una corriente del Partido Conservador obstinada con reducir la grandeza económica de su país a cenizas obcecada con un nacionalismo rancio que, a estas alturas, ya no sé si va en contra del signo de los tiempos de la globalización o es más bien, el augurio del proteccionismo que nos quedará con todos los reacomodos que dejará el nuevo orden mundial como resultado de todo lo que gira alrededor de la invasión rusa de Ucrania.
Rishi Sunak, como en su momento lo ha sido Barack Obama, es el fiel reflejo del nuevo signo de los tiempos. Este avezado político británico, graduado de negocios por Stanford y de economía por el Lincoln College es el primer nuevo premier de ascendencia sudasiática; sus padres son hindúes africanos y tienen ascendencia india. Su familia llegó a Reino Unido desde África en 1960 mismo caso que Barack Obama, en Estados Unidos, cuyo padre biológico era keniano y su padrastro de Indonesia.
Sunak de 42 años recién recibió la venia del rey Carlos III para ocupar el 10 de Downing Street, para los próximos dos años, porque después habrá que convocar elecciones generales. Si todo va bien, claro, porque hay tal inestabilidad internacional con una funesta combinación de factores: una guerra con impacto geopolítico y geoeconómico; shocks de los commodities sobre todo en los energéticos.
El que fuera titular del Tesoro y luego de Hacienda durante el convulso gobierno de su compañero de partido, Boris Johnson, tendrá que maniobrar para lograr un programa económico que suavice la desaceleración de la economía británica.
Aunque está formado para saber bien lo que viene encima, durante su discurso –tras ver a Carlos III y arribar a Downing Street– subrayó incisivamente que hará todo por devolver la estabilidad económica, la confianza en Reino Unido y unirá a los británicos. Aunque fue sincero al señalar que “vendrán decisiones difíciles” porque se avecina “una profunda crisis económica”.
Convertido ya en el político más joven para gobernar, Sunak no solo deberá contentar a sus ciudadanos, sobre todo caerle bien a los mercados que no acaban de creerse del todo que el Partido Conservador tenga claro el panorama para Reino Unido.
Este martes 25 de octubre mientras Liz Truss daba su discurso de despedida, el FTSE-100 principal indicador de la bolsa británica caía un 0.60% y prácticamente se mantuvo plano después de que Sunak fue oficialmente ya el primer ministro. La bolsa cerró con una caída marginal del 0.0073% y la libra se ubicó en 1.15 euros y frente a la divisa norteamericana, también una libra igual a 1.15 dólares. La moneda británica que durante décadas presumió de su fortaleza está ahora por los suelos.
A COLACIÓN
Dice el FMI que el mundo se enfrenta a una doble crisis en un lapso de tres años, para Reino Unido el cataclismo es mayor porque a esta doble caída debemos añadir la ruptura del Brexit que significa un daño que ya resienten las cadenas de valor y de distribución.
En sus perspectivas, el organismo internacional avizora para Reino Unido un PIB de 3.6% este año y para 2023, de 0.3% este cuarto trimestre y el primero del próximo año entrará en recesión técnica.
Qué curiosa es la vida, India que pasó varios siglos bajo el dominio del Imperio Británico (desde el siglo XVIII hasta su independencia en 1947) tiene de forma positiva una expansión económica importante para el siglo XXI.
De hecho, así como va India, terminará desplazando a la economía británica por su relevancia dentro del PIB mundial. Antes del Brexit, la británica era la sexta economía global, ahora está en picada y en cambio, India está en expansión.
Tan es así que el FMI estima que en 2022, India logrará un crecimiento de 6.8% y en 2023 de 6.1% será la única economía que este año y el próximo alcanzará tales niveles de crecimiento. Es más, junto con China se convertirán en los titanes del siglo XXI después de 2050.
Mientras la economía estadounidense y las economías europeas tenderán a perder peso económico específico, el pivote del crecimiento estará instalado en Asia.
Al final parece que son muchos los factores que están combinándose y obrando para mal en contra de las economías occidentales. Lo de Reino Unido es paradójico, desde 2016, está gobernado por políticos rupturistas que votaron por el Brexit demencialmente; actualmente han pasado 6 años y la economía está pagando los platos rotos y por ende, la población. Al final han logrado lo que querían: nadie quiere ir a trabajar a Reino Unido, el Brexit ha consistido en devaluar la vida de los británicos y en hacer que la gente mire a otro lado, por ejemplo, a India y a China.
@claudialunapale