El resultado político del bloqueo de la alianza opositora a la reforma constitucional eléctrica podría ser el principal obstáculo para la aprobación de una reforma-político electoral antes de las elecciones presidenciales de 2024.
Los puntos clave de la reforma parecían ser la reorganización de la estructura del INE, el recorte a las participaciones federales a los partidos y una nueva ley de partidos. Pero todo indica que la oposición no va a soltar la actual organización del INE que podría operar en contra de Morena.
En este sentido, lo único inevitable será el relevo de los consejeros Lorenzo Córdova Vianello y Murayama Rendón y otros dos, porque terminan en abril del 2023 su período constitucional en el Instituto. Y la mayoría morenista en la Cámara de Diputados va a imponer perfiles alejados de simpatías con la oposición.
El problema del INE, considerado su pecado original, fue la propuesta del presidente Salinas de Gortari de crear un Consejo General de once personas que hoy constituyen uno de los problemas burocráticos más graves del organismo, además de que en ese Consejo participan con una doble representación representantes de los partidos en el Congreso y representantes de los partidos registrados en el Instituto.
El modelo del IFE-INE fue creado para darle funcionalidad a las autoridades federales que siguieron dependiendo del Gobierno hasta la reforma de 1996 y a partir de entonces el Consejo General se asumió por sí mismo como un poder electoral autónomo no solo en materia electoral, sino como el garante de la democracia como forma de Gobierno y no solo como ejercicio libre del voto.
Sin embargo, la definición y vigilancia de la democracia corresponde a otros poderes de otras instancias ajenas al Instituto. Por ministerio de ley, el INE tiene solo la función de administrar el padrón electoral, generar reglas para la competencia electoral, instalar casillas, vigilar el libre ejercicio del voto y contar los sufragios.
Ante la ausencia y pasividad de otros poderes, el INE se autoasignó la función de convertirse en la autoridad general del sistema democrático atropellando el equilibrio de poderes que define el funcionamiento de la democracia.
De cara la propuesta de una reforma electoral de Morena, la casta burocrática y de funcionarios del INE se está convirtiendo en un obstáculo para impedir la modificación de la estructura del INE, sobre todo la que tiene que ver con los enormes salarios, el despilfarro de recursos en asesores y oficinas y el funcionamiento autoritario del Consejo General.
La actual estructura del INE fue creada como un mecanismo transitorio hacia la maduración de las fuerzas políticas nacionales y el fortalecimiento institucional del sistema político y se ha convertido en un obstáculo Para la democracia.
El INE actual se ha burocratizado y el Consejo General opera como un obstáculo para el perfeccionamiento de las libertades democráticas por su actuación más como embudo que inhibe la competencia de los partidos y la libertad ciudadana para establecer sus preferencias partidistas.
Juego de las sillas
- Si se mantiene el juego cerrado en la alianza opositora, por lo pronto habrá que esperar la posibilidad de que pudieran darse dos candidaturas adicionales: Movimiento Ciudadano y cuando menos el intento de construir una nominación independiente.
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