En parte tiene razón el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando considera que Morena seguirá ganando elecciones y dará “una paliza” a la oposición.
Y aunque lo dijo en el contexto de la sucesión presidencial 2024, también puede aplicar para las elecciones locales 2022 y 2023, sobre todo en cuanto a renovación de gubernaturas.
Las victorias y las derrotas electorales son multifactoriales, y hay dos factores de peso que pueden darle victorias a Morena: La oposición poco se ha preocupado por formar cuadros competitivos a los cargos de elección popular, y en construir una estructura sólida.
Si los partidos políticos de oposición fuesen competitivos por sí mismos, ni siquiera tendrían necesidad de coaligarse como una estrategia para ganar elecciones; sus posibilidades de triunfo serían mayores si postularan liderazgos naturales.
Además, los ahora partidos de oposición de desentendieron de las causas sociales, y en lo interno se convirtieron en partidos de élite, sobre todo el PRI, pero también el PAN y el PRD, aun cuando este último solamente gobernó algunas entidades y municipios. Las mismas caras en los cargos públicos o de elección popular, fastidió hasta a la propia militancia.
‘CORCHOLATAS’
En alusión a las “corcholatas”, mujeres y hombres, de Morena con posibilidades para sucederlo en la Presidencia de la República, este 1º de mayo Andrés Manuel refirió:
“Tenemos como cinco pícheres abridores, mujeres y hombres, y como 10 cerradores, mujeres y hombres, y todos tiran más de 100 millas, pura recta, como se decía que tiraba el panameño Mariano Rivera: la recta cortada, y no sólo recta cortada. Y además tenemos hombres y mujeres también que tiran moña, que no sólo es la recta, sino curva, y screwball y otras pichadas que no son fáciles de batear…”
Vaya, Morena tiene tela de donde cortar para la candidatura presidencial: Claudia Sheinbaum, Rocío Nahle, Tatiana Clouthier, Marcelo Ebrard, Esteban Moctezuma, Juan Ramón de la Fuente, y Adán Augusto López Hernández, a quien recientemente eligió como un buen Secretario de Gobernación, con lo cuál prácticamente lo destapó como otra de sus “corcholatas”.
Y hasta Ricardo Monreal Ávila es un cuadro de Morena con tablas para suceder a AMLO en la Presidencia de la República, aunque parece que no está en el ánimo del mandatario. ¿Y LA OPOSICIÓN?
Los partidos de oposición qué cuadros tienen para la candidatura presidencial a la elección 2024. Como se dice en el argot político: “La caballada está flaca”, bueno “algo flaca”
En el PRI, es evidente la aspiración de Alejandro Moreno Cárdenas, cuyo cargo como presidente nacional del partido le ha servido para posicionar su imagen. También quiere Alejandro Murat Hinojosa, gobernador de Oaxaca, quien tampoco pierde oportunidad para promocionarse. Enrique de la Madrid es otro cuadro priista con la misma aspiración.Y si Carolina Viggiano gana la gubernatura de Hidalgo, puede convertirse en el cuadro femenino para la candidatura del PRI a la Presidencia de la República. ¿Qué otra mujer priista? Ah, Beatriz Paredes Rangel es un experimentado cuadro, pero quien sabe si la tomen en cuenta.
En el PAN, es evidente la aspiración del actual presidente del Comité Ejecutivo Nacional, Marko Cortés, quien por la misma naturaleza de su posición aprovecha toda ocasión para posicionar su imagen. Ricardo Anaya Cortés tampoco quita el dedo del renglón. Santiago Creel Miranda es otro cuadro panista importante. Y tal vez alguno de los gobernadores salientes en 2022.
En cuanto a mujeres: Margarita Zavala y Lilly Téllez.
En el PRD, francamente hasta el momento no se ven cuadros competitivos.
En Movimiento Ciudadano hay dos: Samuel García Sépulveda, gobernador de Nuevo León, y Luis Donaldo Colosio Riojas, presidente municipal de Monterrey y quizá con más posibilidades sobre todo por lo que representa su apellido en la historia del país.
El PT y el PVEM seguramente irán nuevamente en coalición con Morena, a menos de que el senador Manuel Velasco Coello se lance como candidato del Verde.
RIESGOS DE DIVISIÓN
Morena tampoco es infalible, y corre el riesgo de la división interna llegado el momento de la definición de la candidatura presidencial. De entrada, una eventual dimisión a las filas morenistas de Ricardo Monreal, quien sabe cuánto afectaría la unidad interna.
Unidad que, por cierto, también se verá en las elecciones a las gubernaturas 2022 en Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. Porque el proceso de selección interna de las candidaturas dejó heridas, cuya cicatrización es incierta.
Igualmente incierto es si Morena en los hechos ya es un partido político, o sigue siendo un movimiento, el cual ha sufrido desprendimientos sobre todo desde el 2018 a la fecha. El PRI, el PAN y el PRD, como oposición también corre el riesgo de la división, no solamente al interior de cada uno de los partidos, sino en su propósito de aliarse para la elección a la Presidencia de la República, porque seguramente el Revolucionario Institucional y Acción Nacional querrán poner la candidatura, y ahí vendrá el jaloneo y la ruptura.
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA O JEFE DE PARTIDO
Andrés Manuel López Obrador es el Presidente de la República, pero con frecuencia –por no decir todos los días– actúa como jefe de su partido político: Morena.
¿Y eso es bueno o malo?
Pues según “el cristal con que se mire”.
Malo porque afecta principios como la equidad y la neutralidad en las contiendas electorales, y malo porque internamente estaría actuando al estilo priista del jefe político (por lo menos es refleja).
Bueno, en términos de que no descuida a su partido. Lo que sí hicieron mandatarios nacionales del PRI y del PAN; lo que sí hacen algunos gobernadores priistas y panistas.
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