Lo importante: enfriar el mercado

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  • Los empresarios no son pesimistas; son calculadores
  • El Banco de México profundiza la política monetaria

Continúa la batalla de la doctora Rodríguez Ceja, la gobernadora del banco central, para controlar la subida de los precios de la economía, porque ya los índices nacionales están muy disparados. Y esta realidad se impone determinantemente en toda la maquinaria económica, principalmente en el comportamiento de la producción.

Los mismos asesores de las más importantes corporaciones empresariales están seguros de que la inflación para los cierres de 2022 y 2023 se incrementará, de acuerdo con la encuesta mensual que realiza el Banco de México entre ellos. Sin embargo, sus pronósticos son muy conservadores.

Hasta la semana pasada, la aplicación de la política monetaria permitió una disminución en la reserva internacional del Banco de México por 330 millones de dólares. Por el otro lado, la base monetaria (billetes y monedas en circulación y depósitos bancarios en cuenta corriente en el Banco de México), también un elemento inflacionario, disminuyó 27,245 millones de pesos.

La idea es que el enfriamiento de la liquidez o el circulante monetario en la calle para satisfacer la demanda de bienes y servicios se tranquilice y calme las ansias inflacionarias de la oferta.

Pero las expectativas indican que continuará subiendo la curva de Gini, que indica el movimiento ascendente de la tasa de inflación para, por lo menos, el presente año y el de 2023.

Los economistas del sector privado no esperan buenas noticias. En la más reciente encuesta del Banco de México se demuestra que las expectativas de inflación general para los cierres de 2022 y 2023 aumentaron en la encuesta de abril en comparación con la encuesta de marzo.

Por su parte, las expectativas de inflación subyacente para el cierre de 2022 también se revisaron al alza en relación con el mes anterior. Para el cierre de 2023, las perspectivas sobre dicho indicador se revisaron a la baja con respecto a la encuesta de marzo, si bien la mediana correspondiente se mantuvo constante.

Mas la realidad ya rebasó las expectativas.

Para abril, los expertos esperaban una inflación general de 6%, pero el índice ya casi llegó al 8%.

Las expectativas empresariales en torno al futuro de la cotización del peso no rebasan los 21 por dólar tanto para este año como para el 2023. El tipo de cambio está y seguirá estando muy estable.

En general, por otra parte, las esperanzas empresariales son relativamente optimistas en torno al empleo, y el crecimiento del producto interno bruto. Los empresarios no esperan graves crisis.

Los índices de confianza empresarial que elabora el Banco de México, en general, de cara al comportamiento del producto interno bruto, del mercado laboral, del tipo de cambio, de la inflación y de la tasa de interés, son medianamente optimistas. No son tan negativos como diría un adversario del Presidente.

Pero no todo acaba aquí.

Han, por supuesto, un entorno económico y factores que podrían obstaculizar el crecimiento económico.

Y si nos atenemos a la opinión de los asesores económicos de las 38 corporaciones más influyentes que son consultadas por el Banco de México, los principales factores, a nivel general se asocian con la gobernanza, la inflación y las condiciones económicas internas.

Particularmente, los principales factores son las presiones inflacionarias, la incertidumbre política interna, los problemas de seguridad pública, la debilidad en el mercado interno y el aumento en los precios de insumos y materias primas, en orden de importancia.

 

A DESFONDO

En la semana que terminó el 29 de abril, el Banco de México realizó operaciones de mercado abierto con instituciones bancarias para compensar una expansión neta de la liquidez por 108,968 millones de pesos. Ésta fue resultado del retiro de recursos de la cuenta de la Tesorería de la Federación y otras operaciones por 81,723 millones de pesos.  La menor demanda por billetes y monedas por parte del público por 27,245 millones de pesos.