Después de los resultados de la jornada electoral a las gubernaturas, Alejandro Moreno Cárdenas (“Alito”), y los gobernadores Alejandro Murat Hinojosa y Omar Fayad Meneses deben renunciar a la “militancia” en el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Nada tienen que hacer ya en un partido político para el cual han contribuido a reducirlo a la nada política en la geografía electoral de gubernaturas, sin contar el sinnúmero de Congresos Locales donde el PRI ya no es mayoría y las presidencias municipales perdidas.
El PRI con “Alito” como presidente nacional, este domingo perdió dos entidades de la cuatro que todavía gobierna: Oaxaca e Hidalgo. Y las perdió con una abrumadora diferencia.
Conforme al Conteo Rápido del Instituto Nacional Electoral, en Oaxaca el candidato común del PRI-PRD, Alejandro Avilés Álvarez, podría tener entre el 24.3% y 27.2% de votación como límites inferior y superior. Mientras el puntero, Salomón Jara Cruz, de la coalición Morena-PT-PVEM-PUP puede alcanzar entre el 58.0% 61.4%.
¡Poquito menos del tres a uno!
Y casi por las mismas anda Carolina Viggiano Austria en Hidalgo donde compitió por la alianza PAN-PRI-PRD, a quien el Conteo Rápido le da entre el 30.0% y el 32.7%. En tanto, el abanderado de la coalición Morena-PT-NAH, Julio Menchaca Salazar, obtendría entre el 60.4% y el 63.2%.
Enlas dos entidades federativas, ni para impugnar. Son tendencias inobjetables por irreversibles.
Tales aproximaciones ya se reflejan en el Programa de Resultados Preliminares (PREP). El de Oaxaca, arroja el 60.1411% para Salomón Jara, y el 25.0104% para Alejandro Avilés; y el de Hidalgo, arroja el 61.9649% para Julio Menchaca, y el 30.9103% para Carolina Viggiano. Con más del 90% de actas contabilizadas en ambas entidades.
Vaya, parece que ni siquiera el voto duro del PRI acudió a las urnas electorales. En Oaxaca, el promedio histórico priista ha fluctuado en los 400 mil votos; ahora como partido político per se anda en los 237,599. Y en Hidalgo, el Revolucionario Institucional tampoco canta mal las rancheras con apenas 234,768 votos que obtiene como partido. En ambos estados es aparte la suma de votos por candidatura común y como coalición, respectivamente.
¿Dónde está el liderazgo de “Alito” como presidente nacional del PRI?
¿Dónde está el liderazgo de Alejandro Murat y de Omar Fayad como gobernadores en Oaxaca e Hidalgo, respectivamente, y como jefes políticos del priismo de la respectiva entidad?
La ciudadanía les dio la espalda y está visto que hasta su mismo voto duro.
Es el resultado de las imposiciones, cuando en tiempos adversos para el PRI el método de selección de candidaturas ya no debe ser la simulación que ofende; amén de la imagen de las personas candidatas.
En Hidalgo desde el principio no querían a Carolina, por eso buscaron postularla por la vía panista; ella, además de representar lo peor del priismo hidalguense, también lo es de la cúpula nacional, donde también figura su esposo, Rubén Moreira, actual diputado federal y líder de la bancada priista en la Cámara Baja.
¡Camarillas!
En Oaxaca, Alejandro Avilés fue bien arropado por la militancia priista al ser un militante formado desde abajo. Pero no le alcanzó el voto, pues el PRI según parece ha ido perdiendo su voto duro o, éste no salió a votar totalmente no por estar en contra del candidato, sino como una forma de protestar por el desapego de Alejandro Murat como jefe político priista.
Incluso, parecía que José Murat es quien ha llevado las riendas del PRI en el estado de Oaxaca durante el sexenio de su hijo Alejandro (y desde cuando Don Pepe fue gobernador para acá). ¿Qué no la semana pasada estuvo en la entidad? Quien sabe si para apoyar la candidatura con su experiencia electoral o para darle la estocada con su presencia.
¿CON QUÉ CARA?
Ahora con qué cara, “Alito” puede seguir presidiendo el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, aún cuando Esteban Villegas Villareal haya triunfado en Durango vía la coalición con el PAN-PRD; el conteo rápido le da una ventaja de alrededor de diez puntos.
Su meta como presidente del priismo nacional debió ser retener las gubernaturas de Oaxaca e Hidalgo, y ganar las otras cuatro. Sin embargo, fue de más a menos; incluso, está a punto de perder las prerrogativas locales en Quinata Roo, donde su candidata a la gubernatura Leslie Angelina Hendricks Rubio apenas si alcanzaría entre el 2.5 y el 3.1 de la votación.
La votación del PRI en el resto de entidades donde este domingo hubo elecciones, también deja mucho que decir.
Y bueno, así ¿cómo pretendería “Alito” convertirse en el candidato del PRI a la Presidencia de la República? Menos con el escándalo de los videos dados a conocer por la gobernadora de campeche, Layda Sansores, que puede que sí le hayan pegado.
Al PRI solo le quedarán 2 entidades a gobernar: Coahuila y el Estado de México. Y eso si no las pierde en las elecciones de 2023.
En el contexto de la derrota priista, Carolina Viggiano tampoco tiene cara para regresar a la Secretaría General del PRI. Por puritita vergüenza.
Y Alejandro Murat también se quedó sin cartas de presentación para sustituir a “Alito” en la dirigencia nacional del Revolucionario Institucional y luego convertirse en el candidato presidencial de este partido para las elecciones de 2024.
Vaya, como jefe político del priismo oaxaqueño no fue capaz de retener la gubernatura, ni se ha distinguido como líder priista; por el contrario. Tras las elecciones del 2021, militantes hasta le reclamaron en su propia cara su abandono, el cómo la ciudadanía reprocha la falta de acciones de gobierno.
Ahora, entrega muy malas cuentas respecto de la jornada electoral de este domingo. A menos de que haya pactado con AMLO la entrega de Oaxaca a Morena. Aunque de por sí ya se veía venir la derrota priista, precisamente por la inacción partidaria durante seis años.
Correo: [email protected]