Me he manifestado de siempre contrario a la exclusión y a la censura. Pero también entiendo que hay espacios para todo y niveles que cuidar. Las reuniones internacionales llamadas Cumbres se han propuesto para lograr entendimientos y acuerdos mutuos que acerquen más el desarrollo y convivencia entre los pueblos. Son encuentros entre los líderes más importantes para soluciones igualmente importantes.
Es una llamada a consolidar a las democracias, a generar libertades y a respetar derechos humanos. Por ello Cuba, Venezuela y Nicaragua no fueron considerados para el encuentro en Los Ángeles. Son regímenes represores, son tiranías y dictaduras. Lo que ocurre en Cuba está muy lejano a su reclamo de terminar con el bloqueo/embargo.
El racionamiento de los alimentos, la esclavitud, la represión, los presos políticos, la censura informativa, el freno a la manifestación pública y la profunda pobreza nada se acerca a sus discursos victimízados. Lo mismo con Venezuela, una nación antes próspera, buscando el liderazgo de la región, emprendedora, vive bajo las ocurrencias de líderes improvisados, incultos que se cuelgan de la imagen próceres para sostenerse.
Su vacío es impresentable y su conducta altanera y hostil la adornan con insultos y difamaciones. El gran presupuesto de la nación se lo arrebatan a la educación para dádivas populistas y compra de armamento a Corea del Norte, Libia y China.
Los negocios de tráfico de droga con Cuba han sido exhibidos en más de una ovación, Nicaragua bajo la imposición de un exguerrillero que vive de la nostalgia de sus golpes militares para exportar guerrillas. Otra de las naciones que enriquece brutalmente a sus tiranos dejando a millones en pobreza extrema.
¿Qué pueden aportar esos dirigentes al mundo más que acusaciones y justificaciones estériles? ¿Merecen que se le dé voz sólo para atacar, para desgarrarse en mentiras históricas? ¿Les debemos dar plataformas mundialistas para exhibirse con sus ridículos uniformes militares?
Y lo grave es que México va sembrando camino hacia esa ruta. No fue suficiente el desaire y reto de AMLO a Biden, ahora tanto republicanos como demócratas lo descalifican por la serie de infamias vertidas contra sus representantes Marco Rubio, Ted Cruz y Bob Menéndez.
Y sentenció que son infamias porque AMLO no presenta pruebas, pero si demanda, exhorta, a que se le muestren sus vínculos con el narco, archivo que ya está en el escritorio de la DEA, FBI, CIA, Cámara de Representantes, Senado y Casa Blanca.
El trato a Ebrard fue cordial, pero se le dio el lugar que merecía, el que se buscó, el último en la fotografía, el de hasta atrás. Y el feliz por su roce con los que no merece. Digamos que llegó y su fue doblado así le haya dicho “encantadora” a la esposa de Biden.
Imagínese, darle tiempo mundial a AMLO para defender a Cuba, y allá en Estados Unidos atacar a sus congresistas, desviar el tema para hablar de sus proyectos faraónicos y populistas e incluso decirles a los ricos cómo administrar sus bienes.
¿Toleraría Estados Unidos que AMLO se propusiera formar un bloque opositor a Biden y agarraditos de la mano con Cuba, Venezuela y Nicaragua, México se autopropusiera como el mesías continental? ¿Ir a criticar su industria de armamento cubano cuando el narco se burla del Ejército mientras circula con tanquetas y armas antimisiles? ¿No dice el Secretario de Marina que sus propios soldados son los proveedores de los comunales y que si quieren delinquir lo hagan afuera?
Lo he dicho y lo confirmo, AMLO por el mismo es un peligro que utiliza los recursos mexicanos para aliviar la crisis de tiranías.
Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio
@cramospadilla