- En México, asesinados cientos de miles de personas
- Duelen mucho las masacres de infantes escolapios
El comercio libre de armas de todo calibre, en los Estados Unidos, ha sido una de las causas, si no es que la más importante, de infinidad de crímenes, los más sensibles, perpetrados contra grupos de niños escolapios, en escuelas primarias en el país vecino, y ha fortalecido a los cárteles del narcotráfico, que asuelan varias regiones en México y que han matado también a cientos de miles de personas.
Mientras, desde México, los traficantes, que no necesariamente son solamente mexicanos, llevan la droga a territorio estadounidense, donde narcotraficantes estadounidenses y mexicanos las distribuyen por todo el territorio, y de Estados Unidos son enviadas las armas a México para mantener vivos a los cárteles de la droga.
Los ultraconservadores, los conservadores y los liberales hipócritas del Congreso estadounidense jamás permitirán, por su propia cuenta, que el gobierno de México y sus fuerzas de seguridad dobleguen, detengan y destruyan a los grupos de la delincuencia organizada, porque estos grupos son quienes aseguran el abasto de marihuana, cocaína y otros productos para satisfacer la demanda en los Estados Unidos.
Al interior de Estados Unidos también está afectando muy gravemente la política oficial de completa libertad para poseer un arma, lo que ha ocasionado mucha violencia y muerte. Últimamente ha habido masacres estúpidas que han comenzado a sensibilizar a la sociedad estadounidense. Y contra lo que se suponía y lo que habían vendido a la llamada opinión pública los medios masivos convencionales, buena parte de la ciudadanía de ese país ya está cansada de esta situación.
Las mayorías ciudadanas se ha sensibilizado con las masacres perpetradas en escuelas primarias. Todos deberán recordar que el 24 de mayo fueron masacrados 19 niños en una escuela en la población texana de Uvalde, y hubo otra en Buffalo, Nueva York.
El comercio libre de armas es el pulmón que le da vida a la delincuencia tanto en Estados Unidos como en México.
Por lo que se refiere a México, el gobierno tiene fincada una demanda, ante los órganos jurisdiccionales del vecino país, en contra de vendedores de armas que, en manos de los grupos de narcotraficantes, han causado ya cientos de miles de ejecuciones en territorio mexicano.
La opinión pública estadounidensem sabemos, no es monolítica. Tiene una historia de lucha por la reivindicación de las verdaderas libertades. Ahora más contra la libertad de comprar y poseer un arma letal. Y diversos grupos se han sensibilizado ante las masacres ecolares.
Miles de personas, informó la agencia de prensa asociada, se congregaron, el sábado pasado en el complejo de monumentos National Mall en Washington, D. C. y otras ciudades para exigir leyes estrictas para el control de las armas de fuego, luego de recientes tiroteos como los de Uvalde, en Texas, y Buffalo, en Nueva York.
En el evento de protesta participaron personajes como la alcaldesa del Distrito de Columbia, Muriel Bowser. “Les hablo como alcaldesa, como madre y les hablo por millones de estadounidenses y alcaldes en Estados Unidos, que demandan que el Congreso haga su trabajo. Y su trabajo es protegernos, proteger a nuestros niños, de la violencia con armas de fuego”.
De acuerdo con el reporte de la agencia de prensa, en Washington, DC, orador tras orador exigió a los senadores —que son considerados el mayor obstáculo para una legislación que acabe con el derecho de comprar, portar y usar un arma— a que actúen ahora, o enfrenten la posibilidad de ser derrotados en las elecciones, especialmente dado el shock en la nación, luego que 19 niños y dos maestros fueron asesinados el 24 de mayo en la escuela primaria Robb, en Uvalde, estado de Texas.
Algo tiene que hacer el gobierno de Biden y el Congreso. “Si nuestro gobierno no puede hacer nada para impedir que 19 niños sean asesinados en su propia escuela… Es hora de cambiar a quién está en el gobierno”, afirmó David Hogg, sobreviviente de la masacre escolar de 2018 que mató a 17 en la escuela secundaria Marjorie Stoneman Douglas en Parkland, Florida.
Yolanda King, nieta de Martin Luther King Jr., declaró: “Esta vez es diferente, porque no se trata de política. Se trata de moralidad. Ni derecha ni izquierda, sino lo que está bien y lo que está mal, y eso no significa rezar y ofrecer pésames. Significa valor y acción”.
Manuel Oliver, cuyo hijo Joaquín murió en el tiroteo de Parkland, pidió a los estudiantes “que eviten volver a la escuela hasta que nuestros líderes electos dejen de evitar la crisis de violencia armada en Estados Unidos y comiencen a actuar para salvar nuestras vidas”.
Cientos de personas se desarrollaron en un anfiteatro en Parkland, donde Debra Hixon, cuyo marido, Chris Hixon, director de atletismo de la escuela secundaria, murió en el tiroteo, dijo que es “demasiado fácil” para los jóvenes comprar armas de fuego en las tiendas.
En San Antonio, Texas, los manifestantes corearon “Oye, oye, ho, ho, la NRA (Asociación Nacional del Rifle) tiene que irse”. Frank Ruiz, que dijo que ayudó a organizar la marcha, pidió reformas a las leyes sobre armas similares a las promulgadas en Florida tras el tiroteo en Parkland, que sólo se centraron en aumentar la edad para comprar ciertas armas de fuego y señalar a las personas con problemas de salud mental.
Pero es seguro que la Cámara de Representantes de Estados Unidos hará muy poco, muy poquito, para cambiar la ley de armas de fuego.
Aprobó proyectos de ley para elevar el límite de edad para comprar armas semiautomáticas y establecer leyes federales de “bandera roja”.
Un grupo bipartidista de senadores esperaba llegar a un acuerdo, esta semana, sobre un marco para abordar el problema y mantuvo conversaciones el viernes, pero no se anunció ningún acuerdo.
“Sigan marchando” les recomendó a los marchistas el presidente Biden, mostrándose “ligeramente optimista” sobre las negociaciones legislativas para abordar la violencia armada.