- El zacatecano no será el candidato de Morena
- Él se define como Presidente de la reconciliación
Por las señales que han enviado el presidente Andrés Manuel López Obrador Y la dirigencia del Movimiento de Regeneración Nacional, así como por los condicionamientos que ha planteado el senador morenista, Ricardo Monreal Ávila, éste no será el candidato de la 4T a la presidencia de la república en las elecciones de 2024.
No está en los planes de Morena ni en los de López Obrador. Ni en los de la mayoría morenista.
Y por lo visto ni en los presupuestos del senador, quien está totalmente en contra de que el candidato del, hasta ahora, su partido, sea electo mediante las tradicionales y estatutarias encuestas que emplea Morena para seleccionar a sus candidatos a puestos de elección popular.
Adolece el senador de una posición ideológica y, sobre todo, política, muy veleidosa. Algo les pasa a sus emociones que cambia de camiseta sin “razones razonables”. O cuando el equipo, al que presuntamente pertenece, no responde a sus deseos.
Así lo hizo con el PRI, cuando éste no lo designó candidato a la gubernatura de Zacatecas, la que ganó bajo las siglas del PRD en 1998. Luego chapulineó entre el Partido del Trabajo (2008-2012), el Movimiento Ciudadano (2012 – 2015) y, por fin, se asentó, desde 2015 en Morena. Pero, hay que decirlo, ya se tardó en el partido que ganó el poder en 2018.
Es, pues, obvio reiterar que Monreal Ávila no será el candidato de Morena. No está en los planes de la dirigencia del partido.
Hay mucha distancia ideológica (en el buen sentido de la palabra) y política entre el morenismo lopezobradorista y el morenismo monrrealista. No se juntan. Van siempre paralelos.
O sea que el morenista Monreal Ávila puede convivir y conceder a otras formaciones partidistas, que en honor a la verdad son partidos negocio. De ahí su estrecha relación con Dante Delgado Ranauro, jefe nacional del partido Movimiento Ciudadano. De ahí su relación con fuerzas de derecha como las que abrigan a la alcaldesa de Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, Sandra Cuevas.
Monreal Ávila, por la “conciliación y en la reconciliación. Una enorme distancia lo separa del tabasqueño.
López Obrador y Morena se asumen como representantes y defensores de los intereses de las mayorías de los trabajadores, empleados y desempleados. Su máxima divisa es: “Por el bien de todos, primero los pobres”.
Morena es fácilmente confundible con un partido de la izquierda tradicional. Por ello le tienen miedo los sectores de las derechas. Y los partidos tradicionales de corte conservador y de los ultraconservadores. PAN, PRI, PRD y los grupos de un empresariado corporativista y neoliberal, fondomonetarista, yunquista y católico preconciliar. Odian a AMLO los anticomunistas.
La ruptura entre Monreal Ávila y el Morenismo, fundado por López Obrador, no es de ahora. Siempre ha sido la norma de la relación. Ha habido razones de conveniencia coyuntural, de conveniencia político electoral para ese amasiato. Pero en una nueva crisis, como la actual, en la que está de por medio la continuidad de la Cuarta Transformación, se rompe y ambos van por la vida política mexicana con vidas paralelas, como las de Plutarco.
Años luz separan al radicalismo nacionalista del actual presidente del pragmatismo conciliador del zacatecano.
López Obrador requiere de un sucesor que sea, digamos, su clon ideológico y político. Y así lo entiende la dirigencia de Morena, aunque vayan a darse muchos jaloneos al interior del partido de ahora a la fecha de la convención que designe candidato.
Morena no cree que Monreal Ávila sea el prospecto. Éste no cumple con las condiciones, con la personalidad, con los objetivos trazados por el Presidente de la República, de hacer una revolución pacífica que logre un cambio radical en las relaciones de producción en la economía mexicana.
Además de que él mismo, el zacatecano, se ha definido. Qué él será el presidente de la reconciliación. Más claro ni el agua.
Qué opciones, entonces, tiene el senador líder de la mayoría morenista y presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, para registrar su candidatura a las elecciones presidenciales de 2024.
Monreal Ávila asegura que estará en las boletas. El partido que lo abandere ¿lo elegirá por encuestas, o lo designará por lo que, en la jerga politiquera mexicana, se llama dedazo?
¿Movimiento Ciudadano? Digamos que esta formación tomaría un poquito más de relevancia solamente si se uniera al PAN Y ambos presentaran un frente común que, en honor a la verdad, podría prescindir del PRI y del PRD. Pero tal frente no tendría posibilidades frente a Morena.
La llamada Alianza va por México está muy maltratada. En las elecciones del 5 de junio cavó su propia tumba, aunque el PAN haya retenido al electorado, mayoritariamente ultraconservador, de Aguas Calientes y a los priistas duranguenses.
Las posibilidades de triunfo de RMA son muy débiles. Muchos creen que son nulas.