Ricardo Monreal Ávila ha sido buen apostador. Cuando quiso ser gobernador de Zacatecas, lo consiguió postulado por el PRD tras renunciar a las filas del Revolucionario Institucional, donde empezó a militar por los años ’70, pero que en 1998 le negó la candidatura a la gubernatura y él le apostó a ganar vía otro partido político.
Le fue bien; ganó.
Luego le apostó a Andrés Manuel López Obrador; solidario con el tabasqueño abandonó igualmente la militancia en el PRD, uniéndose a AMLO en su lucha por el “movimiento” tendente a la conformación de un partido político propio.
También le fue bien.
López Obrador creó el Movimiento Regeneración Nacional que le sirvió de plataforma para obtener el registro de Morena como partido político nacional en el 2014, y cuatro años después, en 2018, el tabasqueño gana la Presidencia de la República y Ricardo Monreal se convierte en senador para liderar la bancada de Morena y presidir la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta.
Bueno, según dicen también fue como una especie de recompensa por habérsele negado la postulación a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, lugar reservado a Claudia Sheinbaum Pardo, desde entonces en el afecto de AMLO.
Sheinbaum nuevamente se le cruza en el camino a Ricardo Monreal en la aspiración a la candidatura a la Presidencia de la República; ella con algo más de ventaja debido a la ola en pro del principio de paridad de género, además de continuar gozando del afecto del líder moral de Morena.
Aunque ahora no es solo Claudia, en el camino del zacatecano también se cruzan otros morenistas con la misma aspiración presidencial (o cuando menos metidos al juego por el propio tabasqueño): Marcelo Ebrard Casaubón, Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier, Rocío Nahle, Adán Augusto López Hernández y Rosa Icela Rodríguez.
La pelea se ve dura, aunque el jefe político de Morena quizá ya tiene decidido quién será su sucesor o sucesora, al menos en la candidatura del partido de moda.
Como sea, nuevamente se le presenta otro reto para otra apuesta a Ricardo Monreal en el camino de la sucesión, en cuyo contexto a veces hace declaraciones que suenan a amago de abandono de las filas de Morena, luego desmiente o lo niega argumentando que él busca la postulación morenista ‘a la buena’.
Incluso, recientemente en Quintana Roo aseguró que permanecerá en Morena porque es fundador del partido, por lo cual no aceptará la presión de grupos internos. Y dijo: “Quiero ser el Presidente (de México) de la reconciliación nacional, el que atenúe los efectos de la confrontación y la polarización política”.
Buena frase, slogan, propósito.
Suena perfecto ante la polarización en el país con la llegada de la “Cuarta Transformación” encabezada por el presidente López Obrador, a quien tal vez le tocó confrontarse con medio mundo y abrazarse con sectores inconfesables por las mismas circunstancias del país y la situación en que se coloca un mandatario cuando su partido derrota al otro.
De por sí la llegada de la ‘izquierda’ al poder presidencial en México disgustó a la ‘derecha’ y al ‘centro’.
En fin, vaya usted a saber el fondo real.
Retomando el tema: Suena bien la frase de Monreal: “El Presidente de la reconciliación nacional”. Es más, debería ser principio de cualquiera que suceda en el cargo a AMLO.
¿Y si no es a la buena, será a la mala? ¿O qué hará don Ricardo?
LA DEFENSA DE DANTE
En diversas ocasiones, Ricardo Monreal también ha dicho que no se irá a otro partido político. Sin embargo, en una eventual expulsión por desacato al estatuto de Morena o renuncia por presiones excesivas internas, el senador tiene como opciones a dos partidos: El Verde y Movimiento Ciudadano, con cuyos líderes ha trabajado de la mano desde el Senado.
Dante Delgado acaba de salir en su defensa, acusando una campaña “negra” orquestada desde Morena para hacer creer que Ricardo Monreal saldrá de este partido y, en consecuencia, de la coordinación de la Junta de Coordinación Política el Senado de la República.
Nada más lejos que eso, según dio a entender Dante Delgado, líder y senador de MC, quien se dijo amigo del zacatecano.
Vaya, poco faltó para decirle a Ricardo: “Bienvenido de vuelta a Movimiento Ciudadano”.
Si fuese el caso, MC haría una buena adquisición: Un aspirante ya posicionado rumbo a la sucesión presidencial 2024, aunque competiría con un perfil muy afín a la ciudadanía y al priismo relegado, como Luis Donaldo Colosio Riojas.
Y quizá Luis Donaldo en la candidatura presidencial y Ricardo Monreal en la jefatura de gobierno en la Ciudad de México, provocarían la Quinta Transformación en México.
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