Fernando Cárdenas Cabello
Taiwán, al igual que Hong Kong, es un enclave estratégico para occidente, sólo que a diferencia del primero no se ubica en la China continental, sino que es una isla a una distancia de aproximadamente 200 kilómetros de la costa de la segunda economía más grande del mundo.
Fue históricamente un área perteneciente a China, que después de una guerra con Japón, este último país ocupó desde la última década del siglo XIX, hasta poco después de la segunda guerra mundial, poco antes de ello sirvió como refugio para el Kuomitang, el grupo político adverso al comunismo chino en el periodo de la revolución.
Con el apoyo militar de Washington la autodenominada República de China asentada en Taiwán (nombre adoptado en contraste a la República Popular de China, la comunista continental) ha podido mantener el dominio insular, e incluso durante una parte del siglo XX contó con el reconocimiento de algunos países así como del asiento reservado a China en el seno de la ONU, mismo que desde la administración Nixon se cedió a la RPC.
Hoy somos testigos de un momento álgido en el reacomodo de las fuerzas internacionales, el derribamiento del bloque comunista que dio como ganador al capitalismo occidental, presenta un revés con el reclamo ruso por Ucrania; la hegemonía americana, como lo ha señalado Noam Chomsky, no es ya incontestable.
En este contexto Beijing amaga con avanzar sobre Taiwán, en un primer momento Biden ha declarado un decidido apoyo armado para la isla, a diferencia de como lo ha hecho con Ucrania, sin embargo aparentemente sus propios asesores le han hecho revirar en este “statement”.
Las condiciones económicas actuales de la economía americana, especialmente en esta crisis mundial pospandémica cuyo alcance aún no dilucidamos, no parecen ser las mejores para soportar un conflicto del que no se plantee como rápido vencedor, a diferencia del escenario observado en Irak o Afganistán.
Algunas voces hablan de una decadencia americana (iniciada en la administración anterior), lo mismo se dice de Inglaterra desde mediados del siglo, lo cual es aventurado e impreciso en ambos casos, lo que sí es previsible posibilidad es una próxima intervención de la RPC en Taiwán sin una decidida participación de occidente en favor de la isla.
El autor es doctor en ciencia política por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, cuenta con estancias de investigación doctoral en la Facultad de Geografía e Historia en la Universidad Complutense de Madrid España y en el Corpus Christi College de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, ha sido analista para diversos medios nacionales así como profesor de universidades públicas y privadas en México.