Migración; “ahogado el niño, a tapar el pozo”…

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Es un contrasentido que en México por un lado se condene el tráfico de migrantes y, por el otro lado, se celebre la entrada de remesas a nuestro país enviadas por connacionales que trabajan sobre todo en Estados Unidos, donde detestan ambas situaciones.

Los gobiernos de México (desde el PRI hasta Morena, pasando por el PAN) han hecho como que no ven nada mientras sigan los envíos de dólares, y solamente pegan el grito en el cielo cuando suceden tragedias con los migrantes, como la ocurrida el pasado lunes.

El hallazgo de un tráiler abandonado con alrededor de 51 migrantes muertos por axficia (en su mayoría hombres) y una docena de sobrevivientes, ‘asombró’, ‘consternó’, ‘indignó’, a los gobiernos de ambos países, pero ninguno sabe cómo es que tantas personas pudieron atravesar la frontera mexicana sin haber sido detectados por las autoridades.

Tampoco saben cómo es que el tráiler atravesó la frontera cargado de migrantes sin que en ninguna parte del territorio mexicano fuese revisado por autoridades competentes; tampoco en aduanas, garitas y vías carreteras estadounidenses. Qué extraño.

A menos de que el tráiler sea una innovación tecnológica desconocida que apretando un botón se hace invisible. Ah, justifican que los migrantes atraviesan la frontera mexicana en pequeños grupos y después son trasladados en conjunto a diversos lugares de Estados Unidos.

Como sea, el caso es la evidente existencia de tráfico de migrantes indocumentados; personas de diversos países centro y sudamericanos, y de nuestro propio país. Por ejemplo, en ese tráiler de la muerte iban alrededor de 22 mexicanos.

¡Qué triste que los gobiernos se indignen cuando ocurre la muerte masiva de migrantes! Y no se indignen, y mucho menos hagan nada, por frenar las causas que obligan a las personas a abandonar sus lugares de origen en busca de trabajo y, en consecuencia, de ingresos y de mejores condiciones de vida.

Porque en sus países de origen no hay oportunidades de conseguir trabajo y mucho menos dignamente remunerado. Y es que no hay fuentes de empleo debido a que los gobiernos no impulsan el sector productivo o porque las propias comunidades se cierran al desarrollo económico.

Cuando menos eso pasa en México, aunado a la existencia del crimen organizado que asola hasta la agricultura o acapara el mercado de una diversidad de productos.

A la clase política de todos los colores ni le importa.

Porque las personas dedicadas a la política nunca pasan hambre, ni frío, ni angustia por no tener dinero para sostener un hogar con lo indispensable.

La alta burocracia recibe quincenalmente su buena paga. Pocas son las personas dedicadas a la política que sí se preocupan por la situación de pobreza en nuestro país, de falta de productividad, pero nada pueden hacer pues no son quienes toman las decisiones.

Ah, pero eso sí, los mandatarios federal y estatales en México hasta incluyen las remesas en su informe de gobierno como un logro de su respectiva administración. ¡Imagínense! O sea, para los gobernantes es bueno que haya migrantes en Estados Unidos porque envían dólares.

Pero si sucede una tragedia, entonces quieren ‘tapar el pozo una vez el niño ahogado’.

REMESAS 

El 22 de mayo pasado, el diario EL ECONOMISTA difundió que “México fue el segundo mayor receptor de remesas en el mundo durante el 2021 y el primero en América Latina y el Caribe, de acuerdo con información del Banco de México.”  

“Durante este año, los paisanos en el extranjero enviaron 54,000 millones de dólares a sus familiares residentes en México. En el primer lugar se ubicó India y el top 10 lo completan México, China, Filipinas, Egipto, Pakistán, Bangladesh, Nigeria, Ucrania y Vietnam.” 

Y el Banco de México informó que, en cifras mensuales, “los ingresos por remesas provenientes del exterior ascendieron a 4,760 millones de dólares en diciembre de 2021, lo que implicó un aumento anual de 30.4%.” 

Y para la totalidad de 2021, “el valor de los ingresos por remesas fue de 51,594 millones de dólares, monto superior al de 40,605 millones de dólares reportado en 2020 y que significó una expansión anual de 27.1%.”. 

Felices y contentos, ¿no?

Ah, pero con la tragedia del medio centenar de migrantes muertos en el tráiler ya no encuentran a quien crucificar. Y el que está a la mano es el canciller Marcelo Ebrard, cuando la migración es un problema añejo, estructural y de fondo.

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