Un grupo de periodistas de investigación encontraron que la ministra que propusiera el presidente en la Suprema Corte y a la que después él encaminara para presidir el máximo tribunal judicial, plagió su tesis de licenciatura cuando estudiaba en la Facultad de Estudios Superiores de Aragón, lo que constituye un delito, por más que lo ha querido minimizar el presidente como “un error de juventud” y que desde la mañanera la defendiera con el argumento de “quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra”.
A qué te refieres Andrés, cuando te diriges con desprecio a los periodistas de Latinus, a quienes en repetidas ocasiones tratas de adversarios – que se traduce en enemigos – por las evidencias exhibidas sobre tu 4T o cuarta Tiranía – presumes saber de historia y seguro te refieres a las tiranías que te antecedieron, Santa Ana, Porfirio Díaz, Victoriano Huerta y ahora tú. Las siglas las manejas con astucia, así; el Aeropuerto Internacional de la Fuerza Aérea, que cambiaste de Fuerza Aérea por Felipe Ángeles. Cuando dices que “el que esté libre de pecado que arroje la primera piedra” no puedes referirte a la UNAM, quizá lo pensaste, pero desviaste la atención hacia algunos escritores, porque si seguías con esa ruta de “defensa” entonces tu título después de dieciséis años te obligaría a no arrojar la primera piedra, y eso también habrá de investigarse, igual que los libros que dices que escribes si no sabes manejar una computadora, pues sería muy interesante ver los manuscritos de tus libros, que por supuesto no existen porque también hay la sospecha de que te los han escrito o acaso dirás mentirosamente que los dictaste – a que hora – a quién, a una secretaria y con que le pagaste el sueldo o dirás que a Beatriz.
La ministra de la Corte plagió, es decir se robó el trabajo de otro para exhibirlo como propio, mintió, engañando como si fuera resultado de su esfuerzo y traicionó tu confianza al mantenerte en el error – se llama fraude – para ser propuesta para ser ministra de la corte, que ahora sabemos, lo hiciste como pago – un pago fraudulento – a su esposo el constructor de las obras que realizaste en la ciudad de México, cuando fuiste jefe de gobierno.
Las instituciones como la UNAM no son responsables y menos culpables de que una estudiante haya plagiado un trabajo de tesis para titularse, si bien es cierto que los sinodales debemos revisar y corregir los trabajos de los estudiantes, parten de la buena fe del sustentante, cuando no es así, el sustentante engañó a sus sinodales y es responsable de sus actos. Mentira que se pretenda justificar como pecado de juventud, justificarlo, seria fomentar éste tipo de delitos entre los estudiantes, entonces, tu afirmación de que “tiren la primera piedra” está fuera de lugar como defensa, porque partes del equívoco mal intencionado, de que todos los estudiantes hacen lo mismo, pero además, resulta ofensiva la comparación porque la frase la usó Cristo para defender a una prostituta y, la comparación que haces te obliga a ofrecerle una disculpa a la Ministra, eso te lo reclamarán las feministas.
Te exhibiste proponiendo para ministra de la Suprema Corte, a alguien sin conocimientos, ni autoridad moral, solo por ser la esposa de tu benefactor, lo que te coloca a ti como corrupto, por regir tu criterio por compromisos fundados en tu interés económico, en vez del de la Patria, favor del que resultaste beneficiado y peor, luego te erigiste en su defensor, lo que te hace cómplice y encubridor.
Con las evidencias exhibidas, la ética del jurista obliga a la ministra a renunciar al cargo y explicar su actuación, en aquellos asuntos en los que intervino y benefició a personas cercanas a ti laboral o familiarmente.
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