Morena es un partido político sumamente joven. El Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) le otorgó el registro nacional en el 2014, con lo cual lo colocó en condiciones legales para competir electoralmente por primera vez en las elecciones federales de 2015.
Y obtuvo espacios en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión; fue una elección intermedia: Alcanzó 35 curules, entre de mayoría relativa y de representación proporcional.
Le fue bien.
Poquísimos partidos políticos de nueva creación consiguen espacios en su primera elección; generalmente a duras penas logran mantener el registro, casi arañándolo y peleándolo en el órgano jurisdiccional en materia electoral.
En cambio, Morena desde entonces fue todo un fenómeno; además de conseguir alrededor de 35 curules), alcanzó más de 3 millones 300 mil votos, lo cual le significó más del 8% de la votación; de sobra para mantener el registro nacional.
Vino su segunda participación electoral federal: Las elecciones de 2018; y ya ven, en tan solo cuatro años de existencia ganó la Presidencia de la República, y en coalición con el PT y el PES se llevó 210 distritos electorales, más 8 ganados solamente como Morena. Y en senadurías, ganó las de 24 entidades en coalición, más en una solo.
Fue un tsunami electoral.
Considerando además que en 2018 Morena (junto con sus aliados) ganó la mayoría de las gubernaturas que se disputaron entonces y que fueron casi la mitad del país; también congresos locales y presidencias municipales importantes.
.lSu tercera elección federal fue la intermedia de 2021 para la renovación de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, y a Morena y aliados no les fue tan bien como hubiesen esperado; en coalición con el PT y el PVEM llegaron a 185 curules de mayoría; menor que en 2018; y ni con las plurinominales de cada partido obtuvo mayoría calificada, aunque sí alcanzó la simple.
Y como resultado de las elecciones locales de 2021 y 2022, al finalizar este último año Morena gobernará la mayoría de las entidades federativas del país: Alrededor de 22.
Y ya vine su cuarta elección federal: La de 2024.
Y que no será cualquiera, sino se trata de la sucesión presidencial y de renovación del Congreso de la Unión; concurrente con elecciones locales en casi la mitad de las entidades. Casi igual que la del 2018.
Pero como en política nada está escrito, cabe preguntar: ¿Con el tamaño de esta estructura política-administrativa-electoral, Morena podría perder la Presidencia de la República?
Pues pareciera que no.
En 2024 Morena medirá su fuerza electoral, no solo para un sexenio más en la Presidencia de México, sino para dos o tres más; o de plano para convertirse en el partido hegemónico como lo era el PRI en sus mejores tiempos.
Eso parece por el momento. Porque hay una gran diferencia en relación con 2018: La medición de su fuerza en 2014 será como partido en el gobierno, y éste ya trae un desgaste evaluado en el ejercicio de revocación de mandato, donde Andrés Manuel López Obrador consiguió a su favor apenas 15 millones de votos; la mitad de la votación con la cual ganó la Presidencia de México.
Y con todo y programas sociales, que son los que alimentan el voto cautivo.
Aun con el desgaste, Morena tiene muchas posibilidades de ganar en 2024. Sin embargo, también es incierto el fututo de este partido político, porque para la sucesión AMLO no irá en la boleta electoral, además de que la gloriosa unidad interna de 2018 ahora presenta cierta inconsistencia.
Todo puede pasar. Igual y Morena provoca otro tsunami electoral, máxime con la crisis en que se encuentra sumida la oposición.
No obstante, de aquí al 2024 puede fortalecerse un liderazgo como el de Luis Donaldo Colosio Riojas, que de plano opaque a AMLO y a Morena. O quizá tenga éxito otro tipo de movimiento como, por ejemplo, el planteado por el exgobernador oaxaqueño a partir de una red de candidaturas independientes para todos los cargos de elección popular enarbolando la bandera “Por la Segunda Independencia de México”.
Interesante.
Por un lado, Morena y el presidente traen el voto del electorado de los cinturones de pobreza; ese aproximado de 15 millones del resultado del ejercicio revocatorio.
Por otro lado, existen alrededor de 70 millones de electores sueltos, a la expectativa; un universo en el que se encuentra el llamado voto volátil.
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