En España, dentro de un mes empezarán a encenderse las calefacciones centrales en los edificios de oficinas, escuelas, universidades y en los hogares y serán apagadas hasta mayo de 2023.
“Está bien llenar las reservas pero no asegura nada. En un escenario de corte total del gas ruso, Europa no tiene gas para pasar este invierno”, de acuerdo con Ignacio Gistau, consultor energético.
Los analistas de Rystad Energy dicen que Europa podría enfrentar una grave escasez de electricidad antes de que finalice el año: “Este invierno habrá recortes de un 15% en el uso de gas, será todo un desafío para el sistema eléctrico europeo; ya se anticipan racionamientos de energía y apagones”.
Hace unos días asistí al VII Foro de la Energía realizado por El Economista en Madrid y diversos directivos del sector energético criticaron los gravámenes extraordinarios sobre de las ganancias señalando que solo terminan perjudicando al consumidor.
La actual crisis del gas está resucitando el uso del carbón siendo perjudicial para la transición energética con una UE con retos como las emisiones cero antes de 2050 y la descarbonización de las economías.
“No debemos ni pensar en abandonar esta carrera por la descarbonización. Hay que ver las oportunidades y alternativas. Tenemos el caso de Chile que tuvo que independizarse energéticamente cuando se cortó el suministro de gas procedente de Argentina y construyó una central de gas natural licuado (GNL) y aprovechó las renovables”, señaló Mario Ruiz-Tagle, consejero delegado de Iberdrola España.
A su vez, Loreto Ordóñez, consejera delegada de Engie España, dijo ante los asistentes que hay que apostar fuertemente por los recursos renovables y comentó que Engie ha invertido 4 mil 400 millones de euros en la compra de activos hidráulicos en el Duero y en la adquisición de Eolia.
Del sector de las energías limpias, la mayoría de los empresarios del sector criticaron que sigue siendo muy lento y burocrático los trámites y procesos oficiales; que las ayudas son incipientes y deben mejorarse las normativas.
A COLACIÓN
Para Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, es ilógico creer que se dejará de utilizar petróleo o gas porque “durante décadas los necesitaremos” sin embargo, hay que contribuir a la transición energética cuidando la seguridad del suministro como aspecto prioritario. “La demanda de gas obliga a importar y se emite incluso más CO2 que si se produjese en el país”.
Los panelistas hablaron de cambios prioritarios en los próximos años, Raquel Espada, vicepresidenta de Servicios Energéticos y Sostenibilidad de Schneider Electric, aventura una auténtica revolución.
Espada la avizora así: “Habrá un protagonismo todavía mayor de las renovables, se prevé que en 2025 superen al carbón como fuente primaria de energía a nivel global; la aparición de los prosumidores crearán nuevas oportunidades de mercado”.
En palabras de la ejecutiva surgirá un nuevo mundo de “activos energéticos autónomos, virtuales e hiperlocalizados” en un sector energético cada vez más demandante con el hidrógeno adquiriendo un papel preponderante.
“Se trata de un futuro excitante, lleno de oportunidades, pero también de retos. Uno de los principales es dotar de inteligencia a una red totalmente envejecida para que pueda satisfacer estas nuevas demandas. La electrificación, descentralización y sobre todo la flexibilidad serán las claves”, inquiere la ejecutiva.
Por lo pronto, España y toda Europa, tienen el reto inminente de sobrevivir al duro de invierno. La población adulta de edad mayor está acostumbrada a los sacrificios de las etapas de la posguerra pero no así los millennials que van manifestando ya su hartazgo con varias protestas en ciudades como Praga y París. La gente está exigiendo en la calle neutralidad ante la invasión de Ucrania y no sufrir más en sus bolsillos por la guerra de Putin.
@claudialunapale