Lo cierto es que aquellas voces en algo tienen de razón; hablar de ética, axiología y deontologuía todo comprimido en el “Arte Militar” es un ejercicio cercano al elitismo, en defensa de este pido vuestra venia para desarrollar el documento y apegarme a la cómoda máxima de “el que tenga ojos para ver, qué vea”.
Vamos a hablar hoy de el interesante Grado de “Mayor”.
Recordemos el haber mostrado el quid del “emerger como subteniente” y su rápido ascenso a Teniente dEl hijo del General Durón, él nos llevó también por su praxis de Capitán y él mismo ahora nos comparte su vida como Mayor. Y así lo comenta ahora dentro de este Taller de Ideas.
-A continuación escucharán ustedes una historia distinta, atípica es por eso que la creo, interesante- comenzó así su narrativa el General de División hoy, para efectos, vuelto Mayor de Caballería. – y continuó.
-Es otra visión de los múltiples caminos que ofrece el Ejército. No es lo común, es la excepción. -e inicia el relator su historia-.
-Consiente de que el sistema de ascensos en el Ejército es como una meritocracia, veía a mis jefes hacer a través de los demás, es esa la mejor y más corta definición de administración que conozco.
Pero, decía que mis jefes coordinaban el adiestramiento y las operaciones, así mismo, manejaban el reclutamiento de personal, los recursos para la vida y operación del Regimiento, así como los servicios de plaza.
Menuda responsabilidad!
Sin embargo, mi deseo por dar el salto, dejando de ser oficial para colocarme entre los Jefes, era motivación suficiente para hacer el esfuerzo requerido.
En lo particular, esta fase me sorprendió en el Estado Mayor de SeDeNa, (top de la administración del Ejército Mexicano) donde la presión era adicional, toda vez que estaba a la vista del Alto Mando y los Funcionarios de esta Dependencia del Ejecutivo. Ello sin contar a la crema y nata de los Diplomados. (militares con altos estudios de estrategia que pasaron por decenas de árcanos y pocos subieron la pirámide)
Todo momento libre lo aprovechaba – sigue diciendo el hijo de Durón -para “entuzarme” en el archivo de la S-3 EMDN, para estudiar.
Logré mi objetivo, pero no fui encuadrado, porque me autorizaron estudiar, si, como nunca lo había hecho!
Fue en esta jerarquía en la que inicié el verdadero despegue de mi ruta profesional. Realice dos Diplomados, uno en México y otro en Panamá, en lo que fue la llamada “zona del canal”, en El Fuerte Gulick. Ambos cursos ubicados en terrenos de la Administración (militar uno y pública otro privado). Mi camino había tomado la deriva del “hacer a través de los demás”.
Por tal motivo, – mucha emoción en la voz -fui transferido al Grupo de Control y Evaluación del EMDN, puesto que desde ahí se manejaban el gasto corriente y de capital de SeDeNa.
Era tan relevante y técnico el trabajo, que me autorizaron ir, previo concurso de selección, al famoso INAP (instituto nacional de administración pública) como maestrante. Termine la Maestría en Administración Pública con mención honorífica! Perdón por la falta de modestia.
Ello me privó de haber estado en un Regimiento como Jefe de Instrucción y Operaciones, (dato más que interesante) pero, en cambio, me permitió formar parte del comité que negoció y obtuvo los “niveles” (compensación garantizada) para Ejército y Fuerza Aérea!
Por otro lado, también tuve el privilegio de negociar la adquisición de los primeros 40 vehículos blindados ligeros del Ejército, y por ello, concurrir a Paris, Francia para realizar el curso de “formación acelerada en blindaje”.
Luego, por ser congruente con mis actividades cotidianas en el multicitado EMDN, y también previo concurso, me autorizaron realizar el curso “Administración de los recursos” en la Escuela de las Américas del Comando Sur del Ejército de EUA.
Podrán notar que mi tránsito por el importante grado “Mayor” fue muy distinto al de la mayoría de los jefes.
“Por algo sería” solía decir mi madre Santa.
Lo cierto es que para los cánones de la época, junto con unos pocos de mis compañeros, muy pocos, fuimos unos privilegiados. Pero, igual es cierto que el grado o jerarquía, así como todos los estudios realizados, no fueron un regalo. Fueron una conquista, un logro, una recompensa al esfuerzo desplegado.
Fatuo? Así parece, pero, créanme que no mis ilustres hermanos. Es el afán de seguir buscando la luz. De aprender cada día algo nuevo y útil. Desde su plaza el “Mayor” comenzó a regresar a su ser de General de División, !y eso sucedió frente nuestros propios ojos!- concluyó.
Con que me quedó? El ascenso dentro de la carrera militar es por una escalera de caracol, explico. Además de subir vas tocando los 4 puntos cardinales, lo que no sucedería si subieras por una escala plana. Y; al ir alcanzando el grado inmediato superior el Oficial sufre fracturas en sus estructuras mentales, ya “renacido” con el nuevo grado inicia su (nueva) praxis.
Como lo apunté al principio, estos patrullamientos traen aroma de “lectura elitista”… no es mi intención segregar, más lo que es, es…y es imposible que no sea.
Último patrullaje.- EUREKA. el éxito de todo Ejército de personal armado de una República está en sus niveles de adiestramiento. En México por la ausencia de eso fracasan las Policías Preventivas estatales y municipales; por eso se “perdieron” la Policía Federal de Caminos, la Policía Federal, la Gendarmería, los Cuerpos de Aduanas, Migración, etc.
Con interés observamos, los que nos creemos expertos en temas de Risk Managment, que las Fuerzas Armadas Nacionales hoy tienen gran parte de su atención puesta en cada uno de sus Niveles de Adiestramiento, desde que el recluta aprende la posición de FIRMES hasta que el General practica con éxito el movimiento sobre el terreno de un Cuerpo de Ejercito. Obvio que en cada nivel se incluyen las prácticas de espir de Corp, camaradería y, criterio doctrinal. Por todo ello, acá en la mesa del think tank vaticinamos el futuro éxito de la GN.
Balazo al aire.- lo que me inspiró el Mere.
Greguería.- !no te alejes de mi, corneta! (la importancia de poner la “coma” en su lugar)
Oxímoron.- Guerra en paz.
Haiku.- si tú cierras mis ojos,
los vuelvo a abrir.
No lo hagas tú