Ciegos de poder, los partidos políticos no ven como en nuestro país pulula la gente enojada, dolida, sentida, angustiada, desesperada, en esta época de pandemia, donde la vida y la muerte son bandera electoral, sobre todo del partido gobernante: Morena.
También del resto de los partidos, los cuales aprovechan la presencia de la Covid-19 para reprochar al gobierno de Morena todos sus errores, empezando por la política errática para combatir la pandemia en nuestro país.
O sea, todos hacen proselitismo.
Pero la peor parte es responsabilidad del Gobierno Federal, el cual tiene la rectoría en materia de salud; en las entidades federativas ni tienen recursos ni el permiso de aquél para adquirir insumos, equipo y vacunas contra el virus.
Así, México se convierte en un cementerio mientras avanza el proceso 2020-2021 para las elecciones concurrentes más grandes en la historia del país para renovar la Cámara de Diputados Federal y cargos locales en las 32 entidades, incluyendo 15 gubernaturas.
Y el gobierno poco hace por frenar la pesadilla llamada pandemia. Más bien, hace como que hace, pero solo hace proselitismo y cultiva el voto cautivo a costa de la salud y de la muerte de mexicanas y mexicanos.
El virus vino como “anillo al dedo”.
En noviembre pasado, el Gobierno Federal anunció un apoyo de 11 mil 460 pesos para los familiares de personas fallecidas por COVID-19 en el país; entonces, el director del IMSS, Zoé Robledo, explicó que éste es válido para quienes perdieron a algún familiar entre el 18 de marzo de 201 hasta el día en que se declare el fin de la emergencia sanitaria.
Y ayer el presidente del Senado, Eduardo Ramírez Aguilar, presentó una iniciativa con el objetivo de elevar a rango de ley que el Ejecutivo garantice a las personas adultas mayores de escasos recursos la asistencia de servicios funerarios integrales y de calidad.
Aquellos que lleguen a fallecer a consecuencia de la actual crisis sanitaria o por cualquier otra circunstancia, pero se subraya la causa de la pandemia. Si bien es cierto (dijo) que las instituciones de seguridad social apoyan este tipo de trámites, también lo es que existe un vacío legal respecto de las personas que no cuentan con tal servicio.
Cierto. Sin embargo, hacer la propuesta justo cuando se está en la víspera de las campañas electorales suena a proselitismo, usando siempre a los más pobres. Y quien sabe si el planteamiento del senador incluya gastos crematorios, porque las personas que fallecen a causa de Covid-19 ni siquiera pueden ser veladas.
Qué triste, cuánta miseria humana.
Toda ayuda es buena. No obstante en vez de apoyo para funerales, propongan y hagan efectiva de manera inmediata la reconducción de la mitad del presupuesto destinado al Congreso de la Unión, al fin que dada la emergencia sanitaria pueden sesionar a distancia; modalidad que deberían adoptar para disminuir gastos.
Y los recursos destinarlos para la compra de vacunas. Las adquiridas hasta el momento por el Gobierno Federal no alcanzan ni para vacunar al más del millón de médicos del país.
Y si en verdad Morena representa la “Cuarta Transformación” y en realidad quiere el bienestar de mexicanos y mexicanas, ahorita que tiene la mayoría en la Cámara de Diputados Federal y aliados en el Senado, que desaparezca por lo menos 100 diputados de representación proporcional (plurinominales) y 32 senadores por el mismo principio.
Una reforma para aplicarla en las siguientes elecciones a las de este año.
Vaya, si Morena y el gobierno emanado de sus filas está en la ruta de desaparecer todo lo inútil y oneroso, ahí está el exceso de legisladores.
Imagínense, cuántas vacunas contra la Covid-19 pueden adquirirse tan solo con la mitad de recursos que hoy se destinan al Congreso de la Unión.
En fin.
Hablando de vacunación, ésta ha servido a Morena para desplegar una campaña de mensajes en redes sociales sobre la adquisición de vacunas “gracias” al Gobierno Federal, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
¿Gracias? ¡Es su obligación! Y hasta son pocas las vacunas para los más de 80 millones de habitantes en nuestro país.
Como se ha dicho, si bien Morena tiene el derecho de gritar a los cuatro vientos las acciones del gobierno emanado de sus filas, no tiene derecho a lucrar electoralmente con la salud de la gente.
En fin, Morena busca votos. ¿Cuántos podrá conseguir? ¿Más, igual, menos que en 2018? ¿Qué tan efectivo le resultará el proselitismo basado la Covid-19?
Quien sabe si las ciudadanas, si los ciudadanos, que perdieron familiares, el empleo o el changarro, tengan ganas de votar por el partido en el gobierno, el cual le apuesta al voto cautivo vía programas sociales.
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