El todavía gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa (del PRI), reiteró su intención de buscar la candidatura a la Presidencia de la República para las elecciones 2024, en entrevista colectiva previo al Primer Informe de su homólogo de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda (del partido Movimiento Ciudadano).
Como dice la famosa canción popular de Chava Flores: “A qué le tiras cuando sueñas mexicano”.
Y no porque sea un pésimo político y administrador público, sino porque pretender ganarle a Morena la sucesión presidencial es como arrancarle un suspiro al viento. Por lo menos por parte del Revolucionario Institucional solito; la ciudadanía mexicana todavía tiene en mente los excesos del priismo, sobre todo en el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto.
Bien dice la vox populi que “justos pagan por pecadores”. Porque en la historia del longevo partido ha habido muy buenos priistas, con verdadera vocación de servicio a la Patria, que crearon las instituciones que mantienen de pie este gran país.
Incluso, en términos de sus documentos básicos (estatutos, programa de acción y declaración de principios) el PRI es un buen partido político. Los malos han sido los cuadros priistas que, engarzados en el poder, se sirvieron con la ‘cuchara grande’; además, el partido se convirtió en una organización de élites y de dinastías, que se olvidó del “pueblo”.
Ese “pueblo” conquistado por el demoledor Andrés Manuel López Obrador mediante el instrumento político llamado Morena, aunque a poco más de cuatro años en el poder presidencial su fuerza es incierta; ya no es demoledora, pero sigue siendo peligrosa para la oposición.
Es obvio que rumbo a la sucesión, los adversarios externos e internos intentarán debilitar a AMLO y a Morena. Quizá el hackeo de ‘Guacamaya Leaks’ tenga que ver con ese propósito al revelar secretos del Presidente de la República y de las Fuerzas Armadas, amén de las verdades reveladas.
En fin. Retomando el tema. Alejandro Murat Hinojosa ha sido uno de los gobernadores consentidos de López Obrador, por lo menos en número de visitas a Oaxaca; y sin militar en Morena, sino en el PRI. Bueno, suele haber militancias de facto, que en el argot político llaman “traidores”.
Inteligentemente, Alejandro Murat se puso a las atentas órdenes del presidente AMLO en vez de confrontarse con él como hicieron los gobernadores panistas. Tan buena relación hicieron ambos, que en su última gira a la entidad oaxaqueña López Obrador habló de que volverá antes de que concluya el mandato del priista para hacerle un homenaje o algo así.
Y hasta hizo que el gobernador electo, Salomón Jara Cruz (de Morena) y Murat Hinojosa se dieran la mano en señal de realizar una transición del Ejecutivo estatal de manera armoniosa. Uno o dos días después, inició oficialmente el proceso de entrega-recepción de la administración pública de Oaxaca, entidad que el morenista gobernará a partir del primero de diciembre próximo.
Tanta deferencia, consideración, estima, hacia Alejandro Murat por parte del presidente AMLO despierta suspicacias. ¿El todavía gobernador será su candidato a la Presidencia de la República? En el PRI, por supuesto. Porque en Morena el tabasqueño ya tiene perfiladas tres “corcholatas”, salvo que Alex termine incrustándose en Morena y en la preferencia electoral del tabasqueño.
En el Revolucionario Institucional, López Obrador necesita aliados leales.
Alejandro Moreno Cárdenas (“Alito”) sería un excelente candidato presidencial perdedor, solo por el PRI o encabezando la incierta coalición “Va por México” con el PAN y el PRD. Pero el campechano no es leal y se va de boca; en cualquier momento puede dar el revés.
En cambio, Alejandro Murat ha mostrado lealtad al Presidente. Y terminando su gestión como gobernador de Oaxaca va a “levantar la mano” en el PRI, cuyos militantes, dijo, “están listos para salir cuando hay quién los encabece”.
Ahí está lo bueno y lo malo.
Porque en la entidad oaxaqueña, él se desentendió del priismo y no salieron en la elección de gobernador de junio pasado; el entonces candidato, Alejandro Avilés Álvarez, sí levantó la votación, pero era imposible hacer en unos meses de campaña lo que el jefe político no hizo en seis años respecto al trabajo político y partidario.
Respecto de las alianzas, Alejandro Murat dijo: “…Tienen que construirse de manera orgánica, de abajo hacia arriba. Porque ahí es donde hay empatías, hay coincidencias. Pero por supuesto, las victorias se construyen con votos. Todas las alianzas son bienvenidas.”
Ah, quien sabe si el PAN quiera ir en coalición con el PRI llevando como candidato a Alejandro Murat, quien, en auxilio al presidente AMLO, en discursos mandó mensajitos a gobernadores panistas; además en la víspera de la campaña local habló muy mal del PAN, lo calificó como “enemigo” de Oaxaca y de México.
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