La candidatura de Murat, la traición de Morena a Oaxaca

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Como lo dijo el periodista Julio Hernández López (@julioastillero) en la red X: “Registrar a @alejandromuratcomo candidato a senador sería una traición de #Morena a sus principios y una bofetada a su militancia. Sea por vía de representación proporcional o de mayoría, por #Morena o el #Verde, tal candidatura debería ser inaceptable.”

 

Y así como el autor de la columna Astillero, que se publica en La Jornada, diversos ciudadanos, ciudadanas emitieron opiniones adversas a la postulación de Alejandro Murat Hinojosa, a quien Morena terminó registrando como candidato plurinominal al Senado tras el berrinche de éste porque inicialmente no aparecía en la lista.

Ni el PRI se doblegó a los berrinchitos del mexiquense. ¿Qué no por eso abandonó las filas priistas, porque este partido no le ofreció una buena posición en su lista plurinominal al Senado? El Revolucionario Institucional lo mandaba al onceavo lugar y él no quiso, según se sabe.

Y miren en Morena sí aceptó gustoso el sitio. Seguramente tiene la certeza de entrar dada la fuerza electoral de este partido político aunque sea en un lugar tan lejano del primero, quizá con el cálculo del 2018 en que Morena consiguió 13 senadurías pluris. Pero de una a otra elección las circunstancias cambian.

Claro, Alejandro Murat hubiese querido uno de los primeros cinco lugares de la lista. Y tal vez Morena inicialmente lo colocó en el lugar 13 o 17 por eso el berrinche del ex gobernador de Oaxaca, quien primero salió casi morado de la reunión con la cúpula morenista.

Más tarde su mueca de enojo cambió a sonrisa así como cuando los niños obtienen lo que quieren tras tirarse en el suelo emberrinchados porque no se les quiere dar lo que piden.

¿Pues qué favor tan grande le hizo Alejandro Murat a Morena o al presidente Andrés Manuel López Obrador para que le paguen con una candidatura plurinominal cuando ésta debería corresponder a militantes o simpatizantes que se rompieron la espalda en la constitución de este partido político y en su arribo al poder en el 2018?

¿La gubernatura de Oaxaca en la elección del 2022? No. En ese año Morena ya era una marca imparable en esta entidad, ganaba por sí mismo sin necesidad de cualquier ayuda de Alejandro Murat, cuya mayor ayuda fue haber gobernado mal. Es más, Morena ni siquiera requería del PT y del PVEM para ganar la gubernatura.

Porque el partido guinda traía una fuerza per se, en mucho gracias a la presencia de AMLO en la entidad oaxaqueña. Además, Salomón Jara Cruz, entonces candidato a gobernador, toda su vida se dio a la tarea de construir una base social, político electoral propia.

Entonces ¿qué le debe Morena o AMLO al mexiquense?

Como sea, la candidatura de Alejandro Murat es la traición de Morena a Oaxaca, la traición del presidente López Obrador a esta entidad a la cual dice querer mucho; y, sin embargo, le paga postulando a quien como gobernador nada hizo por frenar la red de sus funcionarios conocida como el “Cartel del Despojo” que tanto dañó a familias oaxaqueñas.

Que dejó obras inconclusas e inauguró obras sin terminar o mal hechas como el Circuito Interior de la Ciudad de Oaxaca y el Centro de Convenciones de Huatulco; que dejó deuda pública y un desastre en la administración estatal.

Dicho por el actual gobierno encabezado por el morenista Salomón Jara Cruz. Y aunque no lo haya dicho, el despojo lo sufrieron en carne propia ciudadanos oaxaqueños y las obras ahí están, aun inservibles a pesar de haber sido inauguradas.

Y no solo por eso debería ser “inaceptable” la candidatura de Alejandro Murat, sino porque representa ese pasado tan cuestionado por Morena, AMLO y por toda la llamada Cuarta Transformación; es miembro de la crema y nata del peñismo, fue colaborador cercano del ex presidente Enrique Peña Nieto, emanado del PRI.

Es como si Morena no hubiese sacado al PRI del poder a nivel nacional y en Oaxaca.

Quien sabe si Alejandro Murat entre como senador, eso dependerá de la votación total emitida y el número de votos que obtenga cada partido político para realizar el reparto; igual y sí entra gracias a su buena suerte.

Pero su solo registro es como dice Julio Astillero, “una traición de Morena a sus principios y una bofetada a su militancia…”

Porque la militancia se partió el alma para hacer de Morena un partido político y llevó a AMLO al poder. Y se va a seguir partiendo el alma para hacer que Alejandro Murat entre como senador sin otro esfuerzo mejor que la traición.

Y porque postular a alguien que hizo un mal gobierno en vez de enjuiciarlo, también es corrupción, también es mentir, también es traicionar.

Por eso Morena traiciona sus propios principios al otorgarle una candidatura a Alejandro Murat, quien, por cierto, en el 2016 pasó por encima de los mejores cuadros priistas oaxaqueños para ser postulado como gobernador de una entidad donde no nació, ni creció, ni vivió.

Fue gobernador gracias al ius sanguinis.

En fin, el costo lo pagará Morena cuando Alejandro Murat traicione a este partido político o cuando la ciudadanía empiece a retirarle la confianza al partido guinda.

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