La masonería es buena… a pesar de sus masones

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Corriendo el riesgo, ese mismo que corrió Mozart, me atrevo a usar como premisa mayor el título mostrado en esta primera nota. Y digo primera pues la intención es provocar a los hierofantes dueños y señores de las cabeceras de esta tabla.

Ah, pobre Mozart, tanta fue su emoción de pertenecer a la ORDEN que, cuando lo logró, tomó sus experiencias dentro del taller de ideas y las volvió partituras; solo leyendo los primeros párrafos de su “flauta mágica” entiendo por qué la misma masonería ejecutó al hermano indiscreto. Al menos, esa es la historia que se escucha entre los lúgubres pasillos de la bendita y misteriosa orden.

Resulta que, y colgándome del título de este patrullaje, la augusta institución en sus casi mil años de existencia, ha alcanzado una estatura gigantesca; en el cenit de esa está la coronilla del cráneo y en el nadir las plantas de sus descalzos pies. Por eso, cuando por ahí se muestran algunos masoncitos desequilibrados y con apegos terrenales el mismo cuerpo masónico los bota. La Institución sigue siendo esa luz al final del túnel.

Ahora. Por qué, en una columna cuya principal cantera está en el estudio de las políticas públicas de Seguridad Nacional y Defensa ¿estamos pisando el suelo de mosaicos blancos y negros de la masonería?  Antes de explicar ese “por qué” pido vuestra venia (me dirijo a quienes están en las cabeceras de la mesa) para dar algunos detalles del color y aroma de mis (verdes) genes.

Allá por los 1911 O 12 Apolinar Castillo Rosas se apersonó frente al reclutador de las filas Carrancistas acantonadas en Córdova (Veracruz) -¿sabe uste ler?- le preguntó un recio oficial sonorense- ¡sí! -le respondió Apolinar, -tonz es usted cabo- y ¿escrebir? –volvió a preguntar al carrancista -¡también! –volvió a responder el recién nombrado cabo –ah… pos entonces es usté sargento- y así, a los 16 años de edad Apolinar Castillo Rosas vio nacer una carrera dentro del Ejército Constitucional Mexicano; Apolinar llegó a ser General de Brigada.

  1. Tehuacán Puebla. Recién terminada su educación primaria Gonzalo Castillo Ferrera se dio de alta como “aspirante al Colegio Militar” y no obstante que su padre, el Mayor Apolinar, era uno de los jefes de ese cuartel Gonzalo pasó por todos los quehaceres, tareas y obligaciones dentro del cuartel, un año después Gonzalo ya estaba como cadete del Heroico Colegio Militar, 82 años después de haber causado alta como aspirante Gonzalo fue sepultado con todos los honores de ordenanza para un General de División.
  2. – con la “Secundaria” terminada más un año de Escuela Normal Rubén Darío Castillo Ferrera, tras haber pasado los exámenes de admisión ingresó como cadete al H. Colegio Militar, luego de 36 meses Rubén egresó como oficial de Infantería, cursos en Panamá y en Fort Ord lo metieron en el perfil de un Oficial del Ejército (para la Defensa del Hemisferio)

Podré hablar de Alejandro, que llegó a ser Ingeniero militar, o de Francisco y Gonzalo Castillo Zaragoza, y Antonio, todos extraordinarios oficiales de infantería. Incluso mencionar a mi hermano Guzmar hoy General de División más, si lo hago esta patrulla perdería objetividad. Aunque me queda apetito intelectual pues me da prurito el mencionar a mis hijos, que ingresaron a esa augusta Institución llamada Heroico Colegio Militar luego de haber acreditado la “Preparatoria”, ese sí que sería un tópico que provocaría lluvia sobre el teclado de mi ordenador.

Acá, en el trazo de esta patrulla, el objetivo estuvo en poner sobre la mesa de nuestro Think Tank el cómo, en poco más de 120 años el Instituto Armado mexicano creó un cuerpo extraordinario de pundonor y heroicidad; e incluso este Instituto, desarrolló, en ese tiempo, plataformas profesionales y académicas de perfil mundial, habrá que decir que.

De aquel pundonoroso Apolinar que fue llamado por la Revolución a, mis muchachos que habiendo terminado la prepa buscaron calificar para ser cadetes existe un océano de distancia, distancia que unen eslabones del mismo material.

Decía entonces que, “la masonería es buena, a pesar de sus masones” y con ello quiero decir “el Instituto Armado mexicano es óptimo a pesar de ciertos elementos tocados ya por el veneno de la corrupción” elementos ya detectados por el mismo Alto Mando y que, desde ya comienzan a exponer y botar.

Como dije, este patrullamiento hace veces de “entrada de banda” pues esperamos que desde dentro y fuera del taller se otorguen opiniones …

Ultimo patrullaje. – en la Fiscalía General de Guerrero funge una sección de militares peritos en Derecho, esos hoy están bajo la presión de los actores políticos de esa Entidad, los ojos y oídos de quienes vemos en ellos a un puñado de patriotas fieles a la misión que les fue encomendada no dejan de estar atentos, y, no obstante que esos militares técnicamente son “auxiliarles” del mando, es decir, no son de arma, nosotros, los analistas de Seguridad y Defensa Nacional los medimos con el mismo racero. La Teniente Coronel de Justicia Militar que hoy es Fiscal General de su Estado Natal realmente está sentando las bases para que en Guerrero la procuración de justicia se dé, pero…

Balazo al aire. – al final, la obra logística y patriótica será la solución en LA Fiscalía de mi Guerrero.

Greguería. – las redes sociales en ciertos sectores de Guerrero no son más que las letrinas de lo Bad hombres.

Oxímoron. – los eventos en Tierra Caliente me dejan frío.

Haiku. – en tu piel y en ¡tu voz!

está mi vida mujer,

hija de Dios.