Antes del 2018 en Morena todo era unidad. Es más, desde cuando obtuvo el registro como partido político en 2014. Porque la meta era ganar la Presidencia de México en 2018, lo cual consiguió, convirtiéndose en el primer partido en llegar al poder en tan breve tiempo.
Incluso, rebasó la meta, pues junto con sus aliados (PT y PES) ganó una holgada mayoría en las cámaras del Congreso de la Unión, que le permitió hacer reformas constitucionales sin sobresaltos mayúsculos. También arrasó en las elecciones locales concurrentes.
Así, de dos saltos (elecciones 2016 y 2018) Morena se entronó como el partido mayoritario gracias, fundamentalmente, a la fuerza de su fundador: Andrés Manuel López Obrador, quien consiguió unir a la izquierda mexicana, a la sociedad civil, organizaciones sociales, académicos, artistas, etc.
Su Movimiento estaba en la cúspide del éxito. Sin embargo, éste no ha sido la excepción en el natural desgaste del ejercicio de gobierno. En 2021 perdió posiciones en el Congreso de la Unión.
Así, Morena se enfila a las elecciones concurrentes de 2024, además con un grave y riesgoso ingrediente: La falta de unidad interna, alterada por la sucesión presidencial adelantada. Sin excepción, las principales “corcholatas” buscan adelantársele una a la otra, entre pisotones y codazos mediáticos.
Hay un dicho que reza: “Cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana”, que hace referencia a las relaciones de pareja cuando el dinero empieza a escasear. Quizá le quede a Morena, pero a la inversa y modificado “Cuando el dinero y el poder entran por la puerta, la unidad sale por la ventana.”
Morena ahora es el partido rico, el partido en el poder, pero su unidad se está haciendo trizas.
Cuando menos así lo refleja el cruento pleito entre la Gobernadora de Campeche, Layda Sansores, y el senador Ricardo Monreal Ávila, cuyo fondo es la sucesión presidencial. La mandataria ‘tira’ para destrozar mediáticamente al zacatecano para despejarle el camino a Claudia Sheinbaum, según dicen.
Si ello fuese cierto, ¿entonces ven en Monreal a un fuerte rival interno?
Y si no lo es, los ‘tiros’ están fortaleciendo a Ricardo, quien consiguió el respaldo de 88 senadores: 39 de Morena, 13 del PAN, 12 del PRI, 12 de MC, 5 del Partido Verde, 3 del PRD y 4 del Grupo Plural, quienes en un manifiesto conjunto rechazaron agresiones a cualquier senador.
Una demostración de músculo que puede impactar en la aprobación de las iniciativas de AMLO, empezando por la reforma electoral. De avalarse en la Cámara de Diputados, puede que no pase en la de Senadores, aunque el costo para Ricardo Monreal sea que Morena lo quite como coordinador de la bancada, y, en consecuencia, de la presidencia de la Junta de Coordinación Política.
Entonces quizá al zacatecano no le quede más remedio que renunciar a las filas morenistas para sumarse a cualquier otro partido político para competir por la Presidencia de la República, o de plano irse por la vía independiente.
¿Se atreverá?
Morena tiene posibilidades de retener la Presidencia de México, pero sin unidad interna le costará doble esfuerzo.
¿CUÁNTOS ‘MONREALES’ MÁS?
Además de la Presidencia de la República, en 2024 se renuevan las cámaras del Congreso de la Unión, que van en elecciones concurrentes en 30 entidades federativas para elegir diputados locales y/o ayuntamientos, 8 gubernaturas y la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
Y a Morena le pueden surgir varios “Monreales” más; militantes dispuestos hasta la dimisión para abanderar a la oposición en caso de verse relegados en el partido guinda.
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