Se fueron 5 años más, casi ya el sexenio mexiquense, y fue tan gris y desastroso como los anteriores. Del PRI solo se recibe incapacidad e ineptitud por doquier. No podía ser de otra manera, pero algo es verdad: quisieron retener la gubernatura para condenar a Edomex a su atraso permanente, gracias al PRI. Y eso consiguieron: retraso y anquilosamiento. Otra vez y bajo el PRI. Del Mazo no prometía ser fantástico y así resultó: gris como el cemento. Lo normal. Y no hay manera de culpar a otro partido, pues el cacicazgo priista hasta con fraude electoral, se ha mantenido casi ya un siglo. Una vergüenza y cero resultados buenos. Es que donde gana el PRI, pierden los mexiquenses.
La pregunta es ¿para qué quiso el PRI violentar el resultado de 2017 y eternizarse, si sus resultados como desgobierno, son fatales, una vez más? Pues para lo de siempre: que campee la ineptitud y la no solución de los problemas de la entidad. Al contrario, se va de mal en peor bajo el PRI. El PRI no puede decirnos un problema resuelto. Ni uno y lleva casi 100 años secuestrando la gubernatura del Estado de México. ¿Así o más inoperante?
Pues eso. La grisura de Alfredo del Mazo se suma a un ejercicio de gobierno triste, de bajo perfil que invita, sin duda, a no darle un voto al PRI en 2023. Y ello porque da malos resultados a los mexiquenses. ¿Otra oportunidad? Ya tuvo casi 94 años de ineficaces oportunidades. Su innegable incapacidad invita a ya echarlo. Y se lo merecería.
Sí, a raíz de que Delfina Gómez aparece en el horizonte en pos de la gubernatura y puede derrotar al PRI otra vez como en 2017, se notaron dos movimientos a la desesperada desde el priismo, bastión de lo más rancio y retrógrado del priismo a nivel nacional: a) más patrullas paseándose en las calles para que parezca que la estatal trabaja y, b) más anuncios de tarjetas rosas, medida clientelar, asistencial, que no resuelve la pobreza, porque el PRI está para vivir de los pobres, no para dar respuesta a problemas específicos y los priistas lo saben. Reitérese: no nos pueden mencionar un solo asunto resuelto en la entidad en 93 años bajo su férula.
El panorama mexiquense es fatal bajo el priismo. Es un pésimo partido gobernando y en Edomex se luce su desgobierno. Las cifras dibujan un desgobierno Del Mazo desastroso con las siglas PRI. ¿Los mexiquenses están condenados a tener al PRI encima para siempre? ¿lo necesitan? No, no lo necesitan. Es más, se pueden sacudir al PRI en 2023.
Y hay muchas razones para hacerlo: tan solo entre 2018 y 2020 la pobreza en la entidad aumentó de 41,8 a 48,9 % apuntó Coneval y era bajo un gobierno priista. La pobreza extrema pasó de 4.8 a 8.2%. Como puede verse, el PRI no es precisamente una fábrica de ricos, salvo, lo sabemos todos, de sus correligionarios buscados por Interpol y jamás devolviendo todo lo robado bajo las siglas PRI. Impresentables.
Cifras de seguridad colocan a Edomex, siempre bajo el PRI, como la entidad en los primeros lugares de muertos por asesinato y otros delitos en gran escala en 2022. Al vuelo, el 11 de septiembre de 2022 fue el estado con el segundo lugar en homicidios y el 14 de septiembre siguiente, nuevamente. Solo es superado por el panista Guanajuato que, ya se sabe, arde y el PAN no atina ni atinará a solucionarlo porque no tiene gobernador y, con Marko Cortés a la cabeza, es imposible proponer nada útil. Eso ya se sabe. Cortés y Diego Sihué son un monumento a la inutilidad.
En cifras de percepción ciudadana como una publicada en junio pasado, Cuautitlán Izcalli es vista como de las demarcaciones más inseguras del país. En el verano pasado, mientras la media nacional de feminicidio bajaba a nivel nacional un 10%, se incrementó en un 9% en Edomex, informó el Sistema Nacional de Seguridad Pública. Sin que se estuviera situado en una percepción de seguridad antes de ese dato, desde luego. Un incremento de detenidos de un 41% por delitos de género, remacha la realidad de una inoperatividad, una ausencia del gobierno Del Mazo en la materia y una carencia de capacidad del PRI como gobierno para gestionar crisis alguna. Es que limitarse a dar tarjetas rosas, no es el camino y evidencia clientelismo y una sórdida manera de ejercer el cargo. Estado de México, estado de alerta y bajo el PRI de siempre que no puede ser otro. Está incapacitado para serlo y no hay quien le crea que puede ser distinto. No le sale, no puede. Para donde uno voltea, las cifras no le ayudan al PRI. Es la entidad con mayor robo de vehículos y ello lleva a ser considerado zona de alto riesgo para las aseguradoras nacionales de autos. Lo pagan los mexiquenses. Gracias al PRI desgobernando, pagan primas de seguros altísimas. Responder que sucede tanto crimen por estar más poblado, solo enloda más las siglas del PRI, mostrando su incapacidad para combatir el crimen.
Total, todo mundo sabe en Edomex que no hay gobierno, que el PRI es un desastre. No merece repetir. Dicen los priistas que no darán el Edomex a una analfabeta. Aparte de la misoginia priista, lo dicen como si la casta priista fuera cultita, ya no digamos honrada, que no lo es. No es si quieren ni es cosa de dar o entregar, porque no son dueños de los cargos públicos, aunque se crean y se conduzcan como si sí lo fueran, sin serlo. Esa vetusta visión patrimonialista del cargo público como visión priista, del poder mismo que describe a un priista de los pies a la cabeza, es tan anómala como traidora de la democracia. Dado los catastróficos resultados de un gobierno inicuo como el mexiquense, merecen perder la gubernatura. Es imposible saber qué se sacará de la chistera su candidata priista cobijada por Toluca, que mejore lo mal hecho pesándole casi 94 años evidenciadores de inacción priista. Como no invente el agua tibia…
