AMLO dice “aquí no hay dedazo”… pero da línea…

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No cabe duda, el presidente Andrés Manuel López Obrador sabe el arte de la política, tiene el don de enviar mensajes entre líneas, y es operador electoral fino, fino y con filo. Ni punto de comparación con los ‘mapaches’ del “conservadurismo”, pero que a veces guardaban las formas.

Si no lo vieron o escucharon, entonces lean la versión estenográfica de su encuentro con personas legisladoras de la “Cuarta Transformación” del Congreso de la Unión, al cual no fue convocado el senador Ricardo Monreal Ávila porque se trató de agradecer a los concurrentes el respaldo a las reformas lopezobradoristas…y también se trató de algo más.

La versión no tiene desperdicio (más bien el mensaje de AMLO). La leí de principio a fin sin despegar el ojo, porque te va llevando a un desenlace desconocido. Y previo raspón entre líneas al zacatecano al hablar sobre qué es la lealtad, el tabasqueño concluye diciendo:

“Aquí tengo, miren, aquí tengo dos hermanos, dos hermanos: mi hermano Marcelo (Ebrard), mi hermano Adán (Augusto López Hernández) y mi hermana Claudia (Sheinbaum). Y de una vez, ¿eh?, de una vez les digo: ya saben cuáles son las reglas, ya no hay dedazo, eso se acabó, eso pertenece a la época de la antidemocracia. Estamos inaugurando una etapa nueva, esto es la transformación, la Cuarta Transformación.”

“Ya saben cómo se va a elegir (la candidatura de Morena a la Presidencia de la República) y yo voy a apoyar al que gane la encuesta. 

“No me voy a meter a hacer campaña porque no me corresponde, yo voy a seguir gobernando para todos los mexicanos, pero sí cuando se dé a conocer quién gana la encuesta voy a estar con el que gane la encuesta, sea quien sea.” 

Y conforme a la redacción de la versión estenográfica, AMLO pregunta a las personas ahí presentes: “Y a ver, a ver, a ver, para irle midiendo: ¿Vamos a apoyar al que gane la encuesta?” 

“¡Sí!”, responden en coro.

“¿Sea quién sea?”,__incita él.

“Sí”,__otra vez el coro.

“¿No está por encima de todo el proyecto de transformación?”,__induce nuevamente.

“Sí”,__otra vez el coro.

“Vamos adelante”,__dijo poniendo punto final a la arenga, no sin antes vitorear: “¡Que viva los legisladores! ¡Que vivan los diputados, las diputadas, senadoras, senadores!” Me da muchísimo gusto verles. Amor con amor se paga. Muchas gracias.”  

Dio ‘línea’. Más claro ni el agua. También suena a ‘lectura de cartilla’.

Ahora se entiende por qué cuando ves la foto donde aparecen las “corcholatas” (Marcelo, Adán y Claudia), cualquiera se pregunta: ¿Qué hacen en la Reunión de Senadores y Diputados Federales de Morena y Partidos en Coalición, con el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en Palacio Nacional?

Así el final del mensaje de AMLO en la versión esténografica.

El principio tampoco tiene desperdicio; habló sobre qué es la LEALTAD.

Tras saludar a la concurrencia, empezó:

“Pues este es un acto de reconocimiento a ustedes, legisladores, (que) hacen realidad, hacen valer una palabra, un término, un concepto que es fundamental: la lealtad. 

“Pero aclaro de que no me refiero a la lealtad a las personas, a los dirigentes, a los políticos. La lealtad más importante es la que se profesa al pueblo y al proyecto de transformación en beneficio del pueblo. Esa es la lealtad. 

“La lealtad al proyecto de transformación, porque suele pasar…no es el caso de nosotros que nos formamos manteniendo principios, ideales, pero en la política suele pasar de que se tienen amigos de mentira y enemigos de verdad. 

Y los que hablan mucho de lealtad sin tener principios, sin tener ideales, a la primera traicionan, no resisten las tentaciones del poder.  

“Por eso, lo mejor es la lealtad al proyecto, la lealtad al pueblo, la lealtad a los ideales, la lealtad a los principios, la lealtad a la transformación que estamos llevando a cabo. Y ustedes han actuado de manera ejemplar en ese sentido, han actuado como mujeres, como hombres leales al proyecto del pueblo… 

“…Hay órdenes que no deben de cumplirse…cuando está de por medio el afectar una causa popular…cuando se tiene que optar entre la eficacia política y los principios no hay que titubear, hay que irse del lado de los principios… 

“…Ustedes han ayudado mucho, sus compañeras, compañeros, de la legislatura pasada…para que se lleven a cabo los cambios, las transformaciones.” 

Clarísimo raspón, pedrada, para el senador Ricardo Monreal.

El concepto de lealtad del presidente AMLO quizá influyó mucho en algunos legisladores que saliendo de la reunión empezaron a hablar en la posibilidad de remover al zacatecano, que desde cuándo debió de renunciar a Morena pues es evidente que ya no se siente a gusto. Hay una profunda ruptura en la relación entre ambos.

En fin, después el mandatario se colgó del micrófono hablando de constitucionalismo. Casi una cátedra sobre la historia de la Carta Magna. Eso sí, se abstuvo de mencionar las constituciones “conservadoras”.

Y así como justificando el proyecto ‘4-T’, aludió: “Siempre que ha habido una transformación, una revolución, se elabora una nueva Constitución…” 

Pero en el caso de la ‘4-T’ se optó por continuar con la Constitución del 1917, la vigente, cuyo espíritu consideró de “avanzada”. Previamente hizo un repaso por la historia: 1-T, 2-T, 3-T, hasta llegar a la 4.

Dijo: “Se decidió mantener la misma Constitución, pero como una estrategia: vamos a hacer reformas, pocas, pero mejores. Y gracias a ustedes con esas reformas se ha podido llevar a la práctica la transformación.” 

Y, enorgullecido, citó las reformas: Al artículo 28 de la Constitución para prohibir la condonación de impuestos, con lo cual ahora México cuenta “con una hacienda pública fuerte”; el derecho a la pensión a los adultos mayores a rango constitucional y demás programas sociales, para los cuales siempre debe haber “presupuesto suficiente”. 

El tema sobre constitucionalismo y la historia de las ‘T’, lo concluyó así:  “Vamos hacia un auténtico Estado de bienestar…Estamos cumpliendo…Ustedes están cumpliendo…son verdaderos, verdaderas representantes populares…Yo estoy muy agradecido con ustedes.” 

Luego como que le vino a la memoria el zacatecano, quien sabe si dolor o ganas de mandar a expulsarlo de Morena, pero sin decir nombres simplemente aludió: “No creo en las medidas coercitivas, en el autoritarismo, no soy estalinista.”  

Sacó a colación al “El Che” y a Fidel Castro, deseó feliz Año Nuevo a la concurrencia. Ya ven como a veces divaga el presidente AMLO, y es un decir, porque va de un tema a otro pasando sin terminar la idea, pero la retoma y en ocasiones para dar ‘un tiro al blanco’. Como ocurrió en la reunión con personas legisladoras y ‘corcholatas’.

Dijo: “Adicionalmente…estoy contento también porque fíjense que en nuestro MOVIMIENTO tenemos mujeres, tenemos hombres con muy buen nivel político e ideológico. La oposición tiene problemas.” 

¡Tiro al blanco! Y gol al INE.

Y así como aquél que apenas se percata, aclaró y preguntó: “Esto lo podemos decir aquí porque no se está transmitiendo, no se está transmitiendo, ¿verdad? ¿Sí? Ah, bueno, ya ni modo.”  

Genial.

Ya vendrá la ola de acusaciones e impugnaciones de la oposición contra AMLO. Y quien sabe si procedan. Ya hay por ahí un paquete normas electorales reformadas. Y aunque procedan, al presidente AMLO no le quitan el sueño las resoluciones del INE, ni las sentencias del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Por el contrario, le ‘carnita’ para seguir sacando su don de operador electoral.

Luego aludió a la oposición (PAN, PRI, PRD, MC). Porque dijo: “Pero miren nada más, porque algunos piensan y se puso de moda, ¿no?, de que cualquiera puede ser gobernador, cualquiera puede ser presidente, ¿no? No, la política es un oficio noble del más alto nivel espiritual; decía don Jesús Reyes Heroles ‘La política es tan limpia que ni los más sucios políticos han podido mancharla’…

“…es como el oficio del carpintero. Si nos ponemos a hacer una mesa (…) no nos va a salir; (…) nos va a salir chueco…Lo mismo el oficio del albañil, si no se conoce ese oficio se caen las paredes. Pues así es el oficio de la política.” 

Y en clara alusión a Morena, refirió: “Nosotros tenemos muy buenos dirigentes políticos, eso es una bendición…” 

Un párrafo más sobre que irá a Palenque, para en seguida rematar su mensaje en relación con las ‘corcholatas’:

“Aquí tengo, miren, aquí tengo dos hermanos, dos hermanos: mi hermano Marcelo, mi hermano Adán y mi hermana Claudia. Y de una vez, ¿eh?, de una vez les digo: ya saben cuáles son las reglas…” 

Genial.

Aunque, claro, no para el INE, no para la oposición, no para la democracia. Pero ¿qué no dicen que ‘en la guerra y en el amor todo se vale’? Y las elecciones concurrentes de 2024 serán la guerra, sobre todo por la sucesión presidencial.

En fin.

¿Puede el presidente AMLO reunirse con legisladores de su partido (Morena) y aliados (PVEM y PT) en Palacio Nacional para agradecer el respaldo a sus reformas, entre éstas la electoral secundaria? Sí.

¿Pueden estar presentes servidores públicos como el canciller, el secretario de gobernación y la jefa de gobierno de la Ciudad de México? Sí, pero no en calidad de ‘corcholatas’.

¿Puede aludir al senador Ricardo Monreal y al concepto lealtad? Sí.

Puede casi todo, pero no debería.

Y como el presidente AMLO no hace caso a nadie, sobra decir que cualquier reunión con legisladores de la “4-T” en Palacio Nacional es válida mientras no tenga fines electorales. Sin embargo, prácticamente bailó un jarabe tapatío sobre reglas e instituciones electorales.

El PRI y el PAN también lo hacían, pero sin darle publicidad a los encuentros, lo cual tampoco justifica la conducta del presidente López Obrador, de cuya actuación como jefe político de Morena no hay la menor duda. Vaya, él está en lo suyo: El 2024, que representa la continuidad de su proyecto, salvo que el cuadro morenista a sucederlo rompa con el tabasqueño una vez en el cargo.

Y eso puede pasar con Marcelo, o con Adán, pero no con Claudia ¿o sí?

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