El dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano Grijalva, acaba de declarar que el método de selección de las candidaturas será clave en el futuro de la coalición “Va por México” con el PAN y el PRI, para las elecciones a las gubernaturas 2023 de Coahuila y el Estado de México y para los comicios concurrentes de 2024 empezando por la contienda presidencial.
Palabras más, palabras menos.
Y sí, tiene razón. El método para seleccionar las candidaturas aliancistas debe incluir a los tres partidos políticos y a la ciudadanía. ¿Y cuál es ese método mágico? No lo dijo. Solamente refirió que el desde el PRD se ha hecho un llamado para construir un “método incluyente” sobre todo para la selección de la candidatura a la Presidencia de la República.
Suena como pretender arrancarle un suspiro al viento, ¿no?
Aunque el único método más o menos incluyente es la elección de las candidaturas por voto directo y secreto con participación abierta de la base militante y de la ciudadanía con calidad de elector. Sería ideal que el PAN, el PRI y el PRD propusiera cada uno una candidatura para definir en las urnas la postulación de la alianza.
Pero dificilmente ocurrirá.
Probablemente sucederá lo mismo de siempre: Que primero acuerdan la candidatura y después solamente le dan la formalidad: Aprobación interna en cada partido y luego de manera conjunta. Y así es más fácil postular al mejor postor o a quien garantice los intereses de uno, dos o los tres partidos, que no los intereses de la ciudadanía.
Incluso, en una elección directa se corre el riesgo de la simulación solo para formalizar una candidatura previamente acordada.
En fin. Aquí hay dos hipótesis:
Una: Que del método de selección de candidaturas depende el futuro de la coalición “Va por México”; es decir, que se concrete para las elecciones 2023 (lo cual no debe tardar porque los dos procesos locales están en marcha) y para los comicios concurrentes 2024, sobre todo para la postulación presidencial.
Dos: Que de las candidaturas depende el éxito de la coalición tanto en las elecciones a las gubernaturas del Estado de México y de Coahuila de este año, como en los comicios 2024 para elegir Presidente de la República, diputaciones federales y senadurías, además de diversos cargos populares locales en alrededor de 30 entidades, entre éstos ocho gubernaturas y la jefatura de gobierno de la Ciudada de México.
¿Qué importa más? ¿El método o las candidaturas en sí mismas? Importan por igual. Pero sin duda, las candidaturas serán determinantes.
Los tres partidos aliancistas no están en las mejores condiciones como para igualar en el 2024 a la coalición de Morena del 2018. Incluso, en ese entonces fue una sola candidatura la que dio el éxito a las demás: La de AMLO, cuyo efecto hizo ganar hasta a los peores candidatos de la coalición “Juntos Hacemos Historia”.
Independientemente de las malas candidaturas morenistas, hubo otro factor en el éxito electoral del partido guinda desde su primera competencia en el 2015: La postulación de liderazgos regionales y de sectores abandonados por el PRI, el PAN y el PRD.
Sin embargo, a los partidos de la pretendida alianza “Va por México” no se les ve la intención de privilegiar ni un método incluyente de selección de candidaturas, ni las candidaturas de liderazgos locales rumbo a los comicios concurrentes de 2024. Ni siquiera tienen, ninguno de los tres, cuadros propios altamente competitivos por sí mismos.
AMLO EN CAMPAÑA
Andrés Manuel López Obrador no debería usar la tribuna de sus conferencias matutinas para hablar de temas electorales, porque siendo el Presidente de México, debería conducirse con estricta imparcialidad. Sin embargo, lo hace. Y aunque intente verse neutral, sus palabras siempre inducen a inclinaciones políticas.
La mañana de este jueves, se refirió a la hipótesis compra de votos en Coahuila y en el Estado de México, en cuyo caso las ciudadanía tiene autorización para agarrar dádivas, pero a votar libremente.
Obvio, lo dijo en alusión a los opositores de Morena.
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