Detención

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La violencia estalló en gran parte del país producto de una reacción del crimen organizado por un operativo para reaprenderme a Ovidio Guzmán. El daño patrimonial y económico al país es sin precedentes: aeropuertos cerrados, carreteras bloqueadas, comercio paralizado, actividad pública cancelada además de los abusos internacionales para no venir a Sinaloa y Sonora.

Hay que decirlo, Ovidio Guzmán no representa principal el mando dentro de la célula criminal conocida como “Los Chapitos”.

Iván Archivaldo Guzmán Salazar, 39 años, “su hermano” es quien funge como el brazo fuerte y confiable. Se sabe que fue precisamente Iván el que operó para evitar la primera detención de Ovidio.

Corre y en serio la versión de que fue el embajador de Estados Unidos en México quien ofreció información y coordenadas para localizar a Ovidio a cuatro días de que Biden ingrese al país y que anunció y supuesto acuerdo migratorio con México para enviarnos a 30 mil indocumentados, asunto que no ha tendió espacio para confirmar el gobierno mexicano.

Ovidio Guzmán como su padre son sujetos de importantes golpes mediáticos, pero sus laboratorios, comercialización, rutas de distribución y armamentos están intactos. Tan es así que Culiacán tuvo que vivir un esteño toque de queda impuestos por los sicarios. La producción y distribución de metanfetaminas y fentanilo continúa.

Ovidio Guzmán podría enfrentar un proceso de extradición: una corte federal en Columbia, Washington D.C., a cargo del juez Rudolph Contreras, y tendrá que responder sobre un expediente judicial que lo acusa de tráfico de metanfetaminas y cocaína hacia la Unión Americana desde abril de 2008.

Por ello, y aún con menosprecio del presidente, la DEA operó. Ni se entiende por qué el presiente no enfrenta la situación y da la cara. Ahora es cuando es necesario un claro mensaje a la nación. En el famoso “culiacanazo” hubo muchas mentiras presidenciales. Primero, Alfonso Durazo garantizó públicamente que se había tomado la decisión colegiada para la liberación de Ovidio.

Días después, desafiante, AMLO aseguró que él dio la orden para “evitar la muerte de inocentes”. Al paso del tiempo la violencia se ha incrementado, el poder de los sicarios es mayor y el presidente se rehúsa a cambiar su política equivocada de seguridad nacional.

Esta historia no ha acabado y si feliz AMLO piensa que tiene una pieza fundamental en las declaraciones de García Luna, pues ahora que se cuide de lo que exprese Ovidio Guzmán y del enfado de su “abuelita”.

La suerte de AMLO está echada y hoy es un parteaguas, tiempo al tiempo.

Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio.

@cramospadilla