AMLO, ¿ató de manos a Salomón Jara?

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El elogio del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, al exgobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, ha clavado una doble duda: Una sobre favores políticos del priista al jefe político de Morena, y otra respecto del margen de acción del nuevo gobernador Salomón Jara Cruz, emanado de las filas morenistas, cien por ciento de izquierda y lopezobradorista hasta el tuétano.

En su reciente visita a la entidad oaxaqueña, AMLO dijo: “Nos ayudó mucho Alejandro Murat, el pasado gobernador, se portó muy bien porque no había distinción partidista, como debe de ser, los gobernantes tenemos que atender a todos, escuchar a todos, respetar a todos y el presupuesto público es de todos, no es de ningún partido, nosotros somos simplemente administradores de los dineros del pueblo.” 

Además, “lo entendió bien” y permitió un avance en Oaxaca.

Bueno, en una normalidad democrática no tendría por qué un mandatario estatal poner obstáculos al Presidente de la República a pesar de pertenecer a distintos partidos políticos, pues se entiende que ambos fueron electos para realizar acciones en beneficio del ‘pueblo’.

Y ninguno debería aplicar los recursos públicos con sesgos partidistas para favorecer a la militancia de su instituto político. De hecho, así lo manda la Constitución Política.

Ambas situaciones son harto complejas de entenderse por los gobernantes. Oaxaca ha tenido malas experiencias en ese sentido.

Cuando José Murat Casab gobernaba la entidad, en el 2000 llegó a la Presidencia de la República el panista Vicente Fox Quesada, por lo cual el mandatario estatal priista prácticamente no contó con el respaldo del Gobierno Federal en los últimos cuatro años de su sexenio.

A su sucesor en la gubernatura de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, le tocaron dos años de Fox y cuatro años de la administración federal del panista Felipe Calderón Hinojosa. Así que le fue como en feria sobre todo políticamente, porque Vicente lo desamparó cuando el movimiento ‘social’ del 2006. No obstante, el entonces gobernador priista hizo mucha obra pública sobre todo en la capital oaxaqueña, además de iniciar la autopista a la Costa.

Después de Ulises, llegó a la gubernatura Gabino Cué, postulado por la coalición PRD-PAN-PT-Convergencia; le tocaron dos años de Felipe y cuatro años del priista Enrique Peña Nieto, quien apenas si se paró en Oaxaca porque cada vez que se asomaba terminaba literalmente perseguido por el magisterio radical. Cué que había sido apoyado por AMLO, terminó despreciado por éste por haber respaldado la reforma educativa peñista.

Luego llegó Alejandro Murat, a quien le tocaron los dos últimos años de Peña Nieto, cuando un Gobierno Federal tiene muy poco qué ejercer en obras de envergadura en las entidades federativas, pues va de salida; y cuatro años del presidente López Obrador (Morena), quien entrando entrando apoyó de manera decidida al estado de Oaxaca, que no al gobernador priista.

Claro, AMLO vio a Oaxaca con ojos político-electorales: Una entidad con 570 municipios, 417 de los cuales se rigen por sistemas normativos indígenas, con altos índices de pobreza, cuya mayoría lo respaldó en las urnas electorales cada vez que compitió por la Presidencia de la República.

Así que en esta entidad López Obrador puso en marcha y a prueba sus políticas social e indigenista, sabedor además de que la gubernatura oaxaqueña sería para Morena en el 2022, tal como ocurrió llevando como candidato a Salomón Jara Cruz, quien, desde cuando el tabasqueño militaba en el PRD, lo acompañó en su recorrido por los 570 municipios.

Alejandro Murat como gobernador fue inteligente en el sentido de no pelearse con AMLO, sino, por el contrario, se mostró muy a las atentas órdenes del Presidente de la República, quizá más por conveniencia política personal, que en beneficio de Oaxaca, pues toda acción del Gobierno Federal redundaría positivamente en la imagen del priista.

En la colaboración con el presidente López Obrador, Alejandro Murat cuidó su futuro político, sobre todo tras la debacle del PRI del 2018. AMLO (según dicen) hasta contempló la posibilidad de incorporarlo a su gabinete legal o por lo menos en una posición del servicio diplomático (una embajada o un consulado), que hasta el momento no se ha dado.

En círculos políticos hay quienes consideran que Murat Hinojosa puede servirle a López Obrador para efectos de controlar el PRI y descarrilar a la coalición “Va por México”, empezando por la candidatura priista a la sucesión presidencial. ¿Será? Aunque no es un cuadro político de peso completo del Revolucionario Institucional, en cuyas filas hay hombres y mujeres con más tablas.

En fin. El elogio de AMLO hacia Alejandro Murat, ese “nos ayudó mucho” y “lo entendió bien”, clava la duda sobre si la colaboración de éste como gobernador con el Presidente de la República fue meramente institucional, ¿o también incluyó cualquier acción u omisión como jefe político del PRI estatal para la derrota lisa y llana de este partido?, el cual, por cierto, solamente tiene seis diputaciones locales (de 42) y ningún espacio popular federal de mayoría relativa.

Y acaba de perder la gubernatura.

Por eso hasta en las mismas filas priistas hablan de que Alejandro Murat entregó Oaxaca a Morena. Aunque, a decir verdad, es la presencia de AMLO la que ha hecho posible que la entidad se encuentre prácticamente teñida de guinda. No obstante, el jefe político priista abandonó a sus suerte al PRI.

¿ATADO DE MANOS? 

El elogio de AMLO hacia Alejandro Murat, también clava la duda sobre el margen de acción del nuevo gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, respecto a las irregularidades detectadas en la administración de su antecesor, quien, además, le dejó una deuda pública por más de 20 mil millones de pesos.

Solo por citar algunas situaciones escabrosas, pesan sobre la administración alejandrista el llamado “Cártel del Despojo” (funcionarios que en contubernio con algunos notarios se dedicaron a quitar bienes inmuebles a familias oaxaqueñas); la obra pública inconclusa como el Centro de Congresos de Huatulco, o tan mal hecha que ha empezado a presentar fisuras y hundimientos como el Circuito Interior en la capital oaxaqueña.

Entonces, si el presidente López Obrador tiene en tan buen concepto a Alejandro Murat, ¿Salomón Jara podrá actuar en contra de éste? ¿O AMLO ya lo ató de manos?

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