Ni cómo ayudar al PRI. Alejandro Moreno Cárdenas (“Alito”), su principal sepulturero, sigue echándole paladas de tierra al partido, al cual tiene boca abajo.
Y la cúpula priista, feliz; y su séquito también.
Desde que asumió la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), “Alito” no ha hecho más que contribuir desmesuradamente a la debacle priista, no solo en cuanto a resultados electorales, sino también respecto de la organización y vida interna del partido.
Cuando el tsunami morenista del 2018 le arrebató al Revolucionario Institucional la Presidencia de la República, y junto con sus aliados la mayoría en las cámaras del Congreso de la Unión, además del mayor número de congresos locales, municipios y algunas gubernaturas, parecía que era el peor momento, su más mala época.
Pero ahora puede decirse que no; que más bien la peor época de este partido político empezó cuando “Alito” llega a la dirigencia nacional respaldado por su camarilla mediante los viejos procedimientos como la simulación de la elección interna, la cual operó la misma estructura del partido y la oficial en las entidades federativas donde seguía siendo gobierno.
¡Qué arrepentidos deben estar aquellos cuadros de peso que ayudaron a Moreno Cárdenas para ganar la presidencia del CEN! Entre éstos se encuentra la misma Claudia Ruiz Massieu y Miguel Ángel Osorio Chong, ambos ahora confrontados con “Alito”.
Ella, siendo secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, en 2018 fue electa como presidenta de éste por el Consejo Político Nacional. Le tocó así conducir al partido durante el proceso de renovación de la dirigencia en 2019, cuya presidencia y secretaría general ganó la fórmula compuesta por “Alito” y Carolina Viggiano.
No respaldaron la fórmula encabezada por la exgobernadora yucateca Ivonne Ortega Pacheco, a quien la cúpula priista le puso una serie de obstáculos; tras su derrota en aquella interna, en 2020 renunció al PRI adhiriéndose a Movimiento Ciudadano, partido por el cual hoy es diputada federal.
Tampoco respaldaron la fórmula encabezada por Ulises Ruiz Ortiz a quien ni siquiera le fue otorgado el registro como precandidato a la presidencia nacional del Revolucionario Institucional. Posteriormente, acusado de desestabilización interna, la dirigencia de “Alito” le inició procesos de expulsión, entonces el exgobernador oaxaqueño optó por dejar las filas priistas y ahora encabeza un movimiento de candidaturas independientes rumbo al 2024.
Con Moreno Cárdenas empezó (o se incrementó) el éxodo de cuadros priistas de peso; algunos se fueron ante el golpeteo interno de la misma dirigencia; otros, por así convenir a sus intereses, pero quizá en todos los casos ha habido un denominador común: Desacuerdo con la forma de conducir al partido por parte de “Alito” y séquito.
La más reciente baja del PRI es la de Arturo Zamora Jiménez, quien apenas hace unos días optó por “retornar a (su) origen ciudadano”. ¿Por qué se fue? No lo precisó. Hay quienes dicen que Morena le hizo ojitos. Como sea, cuando alguien ya no se siente bien en su organización política, busca otros espacios, otros rumbos.
Y hay cuadros que por el momento no se irán del Revolucionario Institucional a pesar de las zancadillas de la dirigencia nacional, como son los casos de la senadora Claudia Ruiz, quien contra corriente ha decidido buscar la candidatura priista a la Presidencia de la República; y de Osorio Chong, quien acaba de ser destituido como líder de la bancada del tricolor en el Senado de la República.
Es obvio que estorbaba a los intereses de “Alito”, los cuales, según parece, no son en pro de reposicionar al PRI para recuperar la Presidencia de México y la mayoría en el Congreso de la Unión, así como espacios locales en los comicios concurrentes de 2024 principalmente gubernaturas.
Quien sabe hasta dónde sea cierto que Moreno Cárdenas sirve a los intereses de Morena; lo que sí, con la desunión interna provocada por sus embates internos, empeoran las condiciones del Revolucionario Institucional, cuya fuerza electoral con él se ha ido reduciendo a la nada política; de 14 entidades que gobernaba el partido cuando asumió la dirigencia, solo le quedan dos: El Estado de México y Coahuila con elección este año (más la ganada en 2022).
Al paso que va, la dirigencia de “Alito” lleva al Revolucionario Institucional al destino de partido testimonial.
LA MILITANCIA
Qué lástima por la militancia priista, no la encumbrada en espacios de poder (aunque sean adversarios internos de Moreno Cárdenas), sino aquella de las bases, la que está ávida del resurgimiento del otrora partidazo.
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