Ahora van con el TEPJF, pero parece un ‘balazo en el pie’

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Los partidos políticos son adversarios cuando se trata del ‘reparto del pastel’, como en el actual proceso de selección de cuatro consejerías del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), incluyendo la presidencia.

En ese caso, Morena amaga con poner fin a la “tradición de cuotas y cuates” llevando el proceso hasta la insaculación de las cuatro quintetas para decidir así las consejerías; la oposición acusa al guinda de negarse a la “construcción de acuerdos” para quedarse con todo, amenazando también con el mecanismo al azar.

Ah, pero la rivalidad se les olvida cuando están de por medio intereses comunes –por decirlo de algún modo— de los partidos políticos. Es el caso de la pretendida reforma a los artículos 41, 73, 99 y 105 de la Constitución Política para acotar las facultades del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Una reforma que cocinan vía sus grupos parlamentarios en la Cámara de Diputados Federal, que según es iniciativa de la bancada de Morena, pero que tendría el consenso de las bancadas del PAN, PRI, PRD y de los aliados del guinda, PVEM y PT. Cosa que no ocurrió con los planes “A” y “B” de la reforma electoral.

En resumen, con la reforma constitucional pretenden limitar la resoluciones del TEPJF en base solamente a la interpretación literal de la norma, y acotarlo en cuanto a la vida interna de los partidos políticos y de las desiciones legislativas, pues a juicio de los partidos, vía sus diputados (y viceversa), el Tribunal se excede en sus facultades.

Vaya, a los partidos políticos y sus legisladores (con sus honrosas excepciones) bien les queda el poema de Alfonsina Storni: “Tú me quieres alba”, que en sus versos dice: “Tú que en los jardines negros del Engaño vestido de rojo corriste al Estrago… Tú que el esqueleto conservas intacto no sé todavía por cuáles milagros, me pretendes blanca (Dios te lo perdone), me pretendes casta (Dios te lo perdone), ¡Me pretendes alba!”

A la letra, igualitos se ven los partidos y bancadas respecto del INE y del TEPJF.

En cuanto al máximo órgano jurisdiccional en materia electoral plantean modificaciones constitucionales como la siguiente:

“El Tribunal Electoral dictará sus resoluciones conforme al límite del tenor literal de la ley y esta Constitución, y los principios expresamente establecidos en ésta. Los actos y demás determinaciones de las Cámaras en ejercicio de sus facultades exclusivas, las decisiones de sus órganos de gobierno y las que correspondan a sus regímenes interiores, quedan excluidas de la jurisdicción del Tribunal.”

Y para blindar la vida interna de los partidos, plantean establecer:

“Los partidos políticos, en ejercicio de su autodeterminación y auto organización, establecerán en sus normas estatutarias las reglas para la designación de sus dirigencias, así como las reglas para garantizar el principio de paridad de género en la integración de sus órganos colegiados.”

Uf, los partidos, vía sus bancadas, se darán un ‘balazo en el pie’ con propuestas como las anteriores, porque cuando legislan dejan tantos huecos que el Tribunal necesita de todos los criterios de interpretación para resolver las controversias planteadas mediante los medios de impugnación.

Por ejemplo, ¿qué les parecería que el Tribunal interprete a la letra la siguiente disposición?: “La senaduría de primera minoría le será asignada a la fórmula de candidaturas que encabece la lista del partido político que, por sí mismo, haya ocupado el segundo lugar en número de votos en la entidad de que se trate.” 

Entonces, tal escaño se le asignaría al partido, no a una coalición.

El TEPJF no invade las facultades exclusivas de las cámaras del Congreso de la Unión; lo que ha hecho, cuando ha dado revés a desiciones o actos legislativos, es salvaguardar derechos político-electorales ciudadanos, máxime a la luz del artículo primero constitucional donde los derechos humanos se plasman prácticamente como la columna vertebral del andamiaje jurídico mexicano.

Y los derechos político-electorales son derechos humanos. Entonces ¿cómo limitarlos cuando, incluso, uno de los principios de éstos es la progresividad?

El TEPJF tampoco se entromete en la vida interna de los partidos políticos; respeta la autodeterminación y auto-organización de éstos. Lo que ha hecho es garantizar derechos humanos y principios constitucionales cuando, por ejemplo, algún militante impugna decisiones de los órganos de su respectivo partido político.

Además, por si no les ha caído el veinte a los partidos, estos son entidades de interés público y por tanto sus actos deben ser revisados. Sin embargo, las camarillas internas pretenden hacer y deshacer sin que nadie les diga nada.

En fin.

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