Los Estados Unidos no van a permitir dos culiacanazos como los tolerados en México. La advertencia del Departamento de Justicia de Estados Unidos ha sido directa, contundente.
Washington ha ratificado e insistido en su petición para extraditar a Rafael Caro Quintero, solamente que este personaje no se encuentra en la cárcel debido a que fue liberado y presenta un amparo. Los hijos de El Chapo Guzmán son los siguientes: Ovidio fue aprehendido, pero también está amparado. Sus hermanos prófugos, aunque la agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA, los haya infiltrado como le detalle el día de ayer. Al parecer nuevamente Estados Unidos presentan mejor y más confiable información, aunque el gobierno de México los proteja.
Con la declaración del fiscal general Merrick Garland la ofensiva contra el narcotráfico mexicano y, en particular contra el Cártel de Sinaloa y sus actuales líderes “Los Chapitos” ha procurado un tono distinto en la relación de ambos países.
Ahora si el gobierno mexicano, aunque quiera no se va a escapar, los límites de tolerancia en el extranjero llegaron al máximo. La Casa Blanca menosprecia, diría ignora la política de “abrazos no balazos” y se está cobrando las insistentes burlas y afrentas del tabasqueño a Biden. AMLO pretende nuevamente quedar bajo la sombrilla protectora de Trump, pero el estadounidense, hoy aspirante a regresar a la Casa Blanca, le ha dado la espalda al mexicano y ha exhibido a Marcelo Ebrard.
El mensaje de la Casa Blanca explota 24 horas más tarde de que el gabinete de seguridad de México pisara Washington en n donde las carpetas abiertas tratan no solamente sobre México sino China y Guatemala involucrados en el negocio del fentanilo.
Así pues, estamos viviendo un segundo capítulo de las órdenes estadounidenses impuestas al gobierno mexicano por su ineficiencia y torpeza: primero la migración, ahora el narcotráfico. Son, cómo le llaman “acciones ejecutivas” que no se discuten, se aplican.
Los mexicanos enviados allá, a Estados Unidos, fueron a mostrar la imagen de un gobierno carente de un líder con políticas de seguridad claras y eficaces. No puede AMLO entonces mofarse de los que llama “conservadores” y “neoliberales” porque queda claro que el fracaso en frenar la violencia es responsabilidad personal de él.
Las 28 órdenes judiciales emitidas por la justicia estadounidense en contra de los participantes en la red de producción, tráfico y exportación del fentanilo son en su mayoría contra ciudadanos mexicanos y tienen como objetivo principal a los tres hijos de El Chapo y por ellos ofrece una recompensa de hasta 10 millones de dólares intentando incluso la traición entre los miembros del cártel para denunciar a sus líderes. AMLO está atrapado y Estados Unidos sabe y bien a qué va con frecuencia a Badiraguato y esa factura es muy cara.
Por ello tampoco es casualidad que se reabra el expediente del crimen de Camarena y que, por algo, por algo, AMLO vuelva a destapar el caso del General Cienfuegos en una hurgada temeraria de demostrar que las agencias de inteligencia de Estados Unidos son tan ineficaces que ni información pasan a la Casa Blanca.
Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv a canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio.
@cramospadilla