Yo… ¡Teniente!…

0
324

México.- Acá, dentro del Think Tank hoy estamos encarrilados en ejercicios de “revisión de los motivos axiológicos que cada GRADO militar inyecta en el espíritu de aquellos oficiales que caminan en busca del Ser General”. Por ello hoy diseccionaremos el grado de “teniente”.

En patrullamiento anterior hablamos del “ser subteniente”, entonces, el hijo del General G/Durón desarrolló en una narrativa justa y perfecta la esencia de su pasó por ese grado. El hoy General de División con posgrados primero de Estado Mayor y después Doctorado en Defensa nos puso con su narrativa frente al joven subteniente de caballería quien, en sus desinhibidos 18 se encontró de pronto en el sendero del primer amor. Hoy…aquel subteniente hablará del grado inmediato superior; yendo al paso, el Teniente nos dejará saber que fue para él el paso por las -dos barras-.

Antes de entregarnos a la historia de ese grado militar quiero referir que, cuando yo pienso en el escalafón de “Teniente” inmediatamente lo ligo a la primera consigna que ese recibe, él es, per sé, administrador de la violencia”.

Tener bajo su responsabilidad y mando a más de 30 elementos y que en algún momento en la operación la acción se ponga violenta y que esté (muy joven) Teniente sepa detener el impulso de su personal, eso, sin lugar a dudas si que es un oficio.

Más, que nos dice nuestro señor General de DIV. DEM de lo que para él significó el grado de Teniente?

-Siempre en la espiral de crecer, ascender y avanzar en la vida del soldado, vemos al Subteniente evolucionar. Lo hice- dice desde su lugar el General -siguiendo la premisa de mi padre cuando dijo … esto no es para mediocres o espíritus pequeños. Avanza! No te quedes! … – acá el narrador nos hizo recordar que él es hijo de otro General … y mientras hablaba comenzó a mutar hasta que llegó al grado de Teniente, y siguió en su historia. -pero además lo dicho por mi padre, entonces Coronel, me hizo sentir que yo también me movía por el deseo de subir escalón por escalón hasta donde mis sueños y capacidad lo permitieran- ya en modo “Teniente” entró al galope en su narración.

-En el Ejército no obsequian nada. Todo te lo debes ganar! Es una auténtica meritocracia. Un permanente concurso de oposición. De modo que concursé, me medí con mis pares, desde el mismo momento de intentar el ingreso al Colegio. Luego para “pasar” cada año sin ser dado de baja por rendimiento insuficiente. Aquí te enfrentas contigo mismo, tus miedos y limitaciones- el “Teniente” calibró sus pupilas y siguió.

-Para dejar de ser parte de “los oficiales nuevos”, concurrí a los exámenes de promoción. Si, deseaba mucho llegar a Teniente.

Dejé la Partida Militar de San Luis Río Colorado (recordemos que el entonces subteniente estaba a la cabeza de esa partida) en manos de un compañero más antiguo, que no había logrado ascender luego de dos intentos- un gesto parecido a el gancho de un recuerdo me hizo saber que el oficial (“”) estaba cómodo platicando…

-Cuando cadete aquel me hizo la vida imposible. No daré detalles porque ya no está con nosotros para ofrecer su propia versión. Pero el sujeto de la primera persona del singular sí aprobó los exámenes: médico, de capacidad física y de materias militares.

Así, al regresar a tomar de nuevo el mando de la Partida, mi compañero dijo …. Te entrego sin novedad. Solo firma y podré irme …. A lo que respondí: no debería tomarse familiaridades con el superior. Por esta vez lo pasaré pero, que no se repita! …. Fue un abuso de mi parte (acá yo me permito opinar, el recién ascendido Teniente le dio su lugar a cada cosa), lo sé, pero, igual lo disfruté. Si, ya sé que está mal- la voz y mirada de quien platicaba reflejaba un orgullo muy de militar- el Divisionario camuflado de Teniente siguió hablando.

-El Teniente ya es considerado un oficial antiguo, por lo que asume el papel de “camarada de combate”, es decir, guía a los nuevos que van como “segundos” a una misión.

Se dice que es el grado más romántico en la escala. Lo creo.

Apenas ascendido contraje matrimonio con “mi soldadita”, yo con 20 y ella con 18 añitos, con muy malos augurios pues todos decían …. no van a durar …. Pero, tenemos ya 53 de casados- yo no lo sé de cierto, más créame, quien estaba charlando conmigo no era un señor General tres estrellas, como lo he referido, quien me explicaba su paso por ese grado me hablaba “cómo el Teniente recién casado”

-Pude entonces -siguió diciendo. -ser distinguido con la responsabilidad de llevar la bandera nacional, el estandarte del Regimiento, como comandante de la escolta. Un privilegio.

Muy pronto recibí órdenes para hacer el curso de la Escuela Militar de Aplicación para la Caballería (EMAC).

Viaje de Esperanza, Son. a Sarabia, Gto. donde, además del curso, pude evolucionar en el deporte de la equitación.

De regreso, me asignaron para mandar la Partida Militar en Nogales Sonora, reservada a los oficiales antiguos y con el gafete de EMAC. Se trataba de la frontera pues. Me sentía distinguido cuando escuchaba un llamado …. Teniente! Haga, diga, proceda, lo que fuera! Era un Teniente! Qué tal?!… un largo trago a su taza de café hizo veces de “trapecio”, así saltó al siguiente recuerdo.

Fui luego cambiado al 14/o Regimiento con sede en Irapuato, Gto. donde mi segundo Comandante fue el Tte.Cor.

Zatarain, una gloria de la equitación en Mexico. Jinete olímpico. Fui su “piloto de pruebas” para ejercitar a un poderoso tordillo de su propiedad llamado “cantador”. Aprendí mucho con el.

En algún momento “el Federal” (mi padre) me dice …. Debes decidir si quieres dedicarte a los caballitos (así, con sarcasmo) o a estudiar para ser alguien más que un buen jinete.

Me fui a la Escuela Militar de Ingenieros (EMI), previo concurso de admisión. Como siempre, muchos acudimos, pero a pocos nos llamaron.

Descubrí que había algo más que la equitación y el básquetbol. Pero, durante los exámenes finales del 1/er año, caí encamado por un malestar estomacal agudo que me hizo perder dos exámenes.

Para no ser dado de baja sin derecho a regresar, solicité que, por causas de salud, se me permitiera repetir el año.

Gran sorpresa me causó saber del cierre de la Escuela Militar de Ingenieros (EMI) por dos años, para modificar su programa. No habría más Ingeniero Industrial, dividieron la carrera en 3: ingeniería mecánica; eléctrica y química.

Adiós!

 

Entonces me asignaron al Heroico Colegio Militar como oficial de cadetes. Otro privilegio. Los Tenientes son oficiales muy cercanos al cadete. Podría aportar algo a mi alma Mater.

Es aquí donde por fin, tomaría el camino que daría rumbo firme a mi vida, militar y personal.

Resulta que aquel padecimiento sufrido en la EMI, toma un segundo aire y regresa para obligar mi salida del Colegio.

Otra vez encamado….-el color y tono del Teniente (“”) dejaba leer frustración resiliente-

-No puedes constituirte en guía y líder de cadetes, si no estás en perfecta salud, excelente condición física y estable emocionalmente.

Salí para causar alta en el 10/o Regimiento, con sede en Aguascalientes, Ags., donde consolidé mi decisión como oficial elegible para presentar examen a la Escuela Superior de Guerra.

Ingresé, mi familia conmigo en el periplo de la espiral. Muchas son las opciones de un Teniente. El Ejército ofrece una Gama de posibilidades para el progreso de sus integrantes. Aquí, el oficial antiguo o veterano toma esa importante decisión.

Lo hice. En 1973 pasé a integrar parte de la 44/a Promoción para la Licenciatura en Administración Militar y el curso de Estado Mayor General.

Buena decisión.

La familia conmigo, siempre, en todo destino.

Saber más, para servir mejor!- las reflexiones que nuestro narrador daba se presentaron como un largo salto del binomio caballo jinete sobre una larga valla-.

El Teniente.

En el Ejército significa dejar el estatus de oficial nuevo, para ser parte de los oficiales veteranos.

Se obtiene presentando y aprobando exámenes: médico; de capacidad física; y de conocimientos sobre táctica y legislación militares, así como de cultura general.

Siempre compitiendo con nuestros pares o con nosotros mismos. Es por ello que hablo de una meritocracia.

Luego de aprobar todo satisfactoriamente y regresar a mi Corporación, supe que mi ubicación ahora, sería la de un orientador y ejemplo de los Subtenientes, y un aprendiz y aspirante a grado de Capitán.

Así transité por plazas como: comandante de sección en más de un Regimiento; discente en la Escuela de Ingenieros; oficial de cadetes en el Heroico Colegio Militar y discente en la Escuela Superior de Guerra.

Les comparto -sigue diciendo el duro (…n) militar- que, sin duda, una de mis mayores satisfacciones fue regresar al Colegio (Militar) como oficial.

Podrán notar que los caminos para el militar son múltiples!

No avanza el que no quiere, o aquellos que no logran organizarse para el efecto.

Aunque también debo decir que algunos compañeros asumen muy pronto responsabilidades de otro tipo.

El Teniente es un pilar en la estructura, tanto en lo operativo cuanto en lo académico.

Lo primero porque son los de mayor despliegue en el territorio nacional, como Bases de Operaciones; mientras que en lo segundo, es porque el grado predilecto para iniciar estudios superiores o de especialización, es este.

Si, fui un Teniente muy romántico e idealista, pero igual muy operativo. Pude así conocer muchos lugares en nuestro país, así como su gran problemática, de cerca. Empíricamente…. -En argot de caballería podría usar como alegoría decir que, nuestro narrador, que ya andaba en modo galope, regresó “al paso” para entonces darnos sus últimas reflexiones.

-Al oficial no es que se lo platiquen. Lo vive. A veces muy intensamente.

Así y todo, me gustaría transitar ese camino otra vez.

Que listo no?

Hablo de recuperar mi juventud, divino tesoro!

Más, ante lo imposible, sigamos!

A los caballos!!… acá seré romántico al escribir que, Justo detrás de los lagrimales dos o tres lagrimas enanas mostraban sus testas.

Último patrullaje. – Guerrero. Las grandes gavillas incrustadas en todos los escenarios de este Estado hoy están a horas de enfrentarse. Los “Tlacos” que sospechosamente subieron su perfil durante el Gobierno Estatal anterior hoy observan que desde la Tierra Caliente la “Familia Michoacana” ya muestra el blanco de sus ojos. Y sí, en los aparatos del Gobierno Estatal hay sapos infiltrados. Como sea la Fiscalía Estatal ya despliega misiones de Contra…(solo para entendidos).

Balazo al aire.- y si tú palabra no la haces carne entonces solo eres una “idea de hombre”.

Greguería.- el MIEDO es un monje de negros hábitos que, el verse despojado de esos se convierte en viento fresco.

Oximoron.- baja. Pero no pierdas tu lugar allá arriba.

Haiku.- fiel a ti, río.

Y. Entre tus aguas

no temo nada.